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Las fuerzas de seguridad del Estado, policías locales y miembros de Protección Civil han comenzado a repartir esta mañana miles de mascarillas desechables entre los usuarios del transporte público en las provincias de Valencia, Alicante y Castellón. El material para proteger del contagio de la Covid-19 está destinado exclusivamente a las personas que se desplazan a sus puestos de trabajo en tren, metro o autobús tras la vuelta al trabajo en sectores no esenciales, especialmente la construcción, y la recomendación del Gobierno del uso de mascarillas en lugares públicos.
El movimiento de viajeros y transeúntes no ha sido el habitual debido al gran número de personas que trabajan desde sus domicilios o continúan confinadas, pero la mayoría de los usuarios han cogido las mascarillas y han agradecido a los agentes el reparto. «Un policía me ha dado una y me ha explicado cómo tenía que ponérmela. Creo que debemos acostumbrarnos a esta medida de protección porque vamos a utilizar mascarillas durante mucho tiempo», afirmó María Gimeno mientras estira las gomas para cubrir su boca y su nariz con la celulosa.
Según informaron fuentes de la Delegación del Gobierno, las mascarillas higiénicas se distribuirán entre hoy y mañana como una solución temporal ante el problema de desabastecimiento que impide que esta protección esté al alcance de todos los ciudadanos. Ayuntamientos como el de Valencia las repartieron en estaciones de tren y metro y paradas de autobuses a las persona que subían al transporte público, siguiendo las instrucciones del Ministerio de Interior. «La verdad es que no tenía mascarilla ni tenía pensado utilizarla. Ahora recomiendan su uso y me la pondré, pero primero dijeron que no hacía falta», señaló Antonio Navarro mientras baja las escaleras del metro.
El Gobierno de España tiene previsto repartir 1.118.000 mascarillas en 467 nodos de transporte de la Comunitat Valenciana. Este material sirve de barrera de protección pero no posee filtro de partículas, por lo que su uso está recomendado para personas que no tienen síntomas de la enfermedad ni mascarillas quirúrgicas o con filtro. Las mascarillas están confeccionadas con una capa doble de celulosa, un material ecológico y biodegradable.
«Cuando he empezado esta mañana a trabajar había dos policías locales en la entrada del metro y me han ofrecido una mascarilla. Me han explicado que la protección dura unas cuatro horas aproximadamente y que después hay que tirarla a la basura. Es un material desechable», manifestó Ana María Brenes, trabajadora del servicio de limpieza del metro.
Por provincias, los policías y guardias civiles distribuirán 416.000 mascarillas en Alicante, 572.000 en Valencia y 130.000 en Castellón. El reparto comenzó a las seis de la mañana en algunos lugares y se hizo de manera escalonada. En la ciudad de Valencia se distribuirán en dos días 100.000 mascarillas en las paradas de Plaza España, Jesús, Patraix, Angel Guimerá-Fernando el Católico, San Isidro, avenida de Cid-Tres Cruces, avenida del Cid-Central Policía Local, Xàtiva, Colón, Alameda y Bailén, así como en las líneas 4, 5, 6 y 7 de la EMT.
La delegada, Gloria Calero, recordó ayer que las mascarillas «son para aquellos trabajadores que tengan que usar necesariamente el transporte público en los que sea difícil mantener la distancia de seguridad», y es «para estos trabajadores para los que va destinado este reparto». Desde el Ministerio de Interior se insta a entregar el material «siempre a los que van a tomar el transporte público y no a los que salgan del mismo».
Los puntos de distribución en la Comunitat Valenciana se han determinado en función de la afluencia media de viajeros. Así, en la provincia de Alicante se repartieron mascarillas en 179 puntos, en otros 35 sitios en Castellón y en 253 lugares en Valencia. Por lo que respecta a las capitales de provincias, los principales puntos de distribución están en las estaciones principales de Renfe, paradas de transporte metropolitano, estaciones de metro y estaciones de autobuses. En cada uno de estos lugares se ha reforzado esta mañana la presencia de policías para realizar las comprobaciones pertinentes y garantizar que los movimientos son los permitidos por el decreto de estado de alarma.
Mientras los policías y guardias civiles reparten miles de mascarillas, los farmacéuticos se quejan del desabastecimiento que están sufriendo con respecto a este material de protección desde antes incluso que el Gobierno decretara el estado de alarma. «No tenemos ni para los empleados pese al riesgo de contagio que corremos. Todos los días entran clientes para preguntar si vendemos mascarillas y no sabemos aún cuándo vamos a recibirlas», afirma José María de Jaime. «Nosotros estamos utilizando pantallas protectoras que nos regaló la empresa Faurecia», añade el farmacéutico.
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