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Con su sonrisa característica y una mirada intensa. Así se puede describir la expresión reflejada en el retrato de la fallecida Rita Barberá que desde el mediodía de este martes cuelga en las dependencias del Ayuntamiento, en el pasillo donde se expone la galería de alcaldes, justo al lado del Salón de Cristal.
El cuadro de la mujer que fue 24 años alcaldesa de Valencia ha regresado a casa y se muestra junto al de Ricard Pérez Casado y Clementina Ródenas. Cabe recordar que en 2015 el gobierno de Joan Ribó remodeló el orden de expositivo, situándose los retratos de los alcaldes democráticos más cerca de alcaldía y los predemocráticos en alas más lejanas.
La obra, realizada por el artista Luis Massoni, lleva por nombre 'Trampantojo, vanitas, collage de Rita Barberá sobre mi caballete' y como curiosidad, la protagonista no aparece representada con un traje 'rojo alcaldesa', su tonalidad predilecta, sino con una chaqueta blanca que aporta luz al conjunto. Eso sí, no faltan su collar de perlas, otro collar complementario con colgantes de oro y los anillos que portaba en los dedos. Barberá figura de pie, con las mangas de la chaqueta arremangadas y asomada a lo que el autor calificó como «el balcón de su popularidad».
La exalcaldesa aparece en un lienzo en el centro de la imagen, pero este está incluido en un caballete donde aparece un collage de fotografías, la mayoría imágenes cedidas por la familia de Barberá. A modo de trampantojo o ilusión óptica, aparece en el propio caballete una reproducción del Guernica de Picasso -uno de los autores en los que se ha inspirado el artista- y un autorretrato del autor.
En el lateral derecho figura un dibujo al carboncillo de la propia Barberá en el desarrollo de un pleno, mostrando su brega política y una mirada pensativa «con una imagen más nerviosa».
Además del trampantojo, hay otras técnicas pictóricas, como el uso del género de vanitas típico de los siglos XVI y XVII, es decir, un bodegón con alto valor simbólico y que muestra la fragilidad y brevedad de la vida. En el bodegón aparecen unas monedas con el cuño de Alfonso XII, de la República y de los reyes de la etapa democrática. También se representa una guía de Valencia de 1991, para referenciar el año en que la exmandataria llegó a la alcaldía, un compás (para indicar los cambios urbanísticos) y la vara de mando donde se reflejan los 24 anillos de oro que incluyó para cada año de su mandato en el Consistorio.
El cuadro es el más grande de la galería de artistas, ya que mide 146,6 centímetros de alto por 110 de ancho, ya que como explicó el autor, «una alcaldesa excepcional debía tener un cuadro excepcional hasta en el tamaño. Todo lo que he puesto no cabría en un cuadro canijo».
El retrato se presentó en el estudio del artista por petición del pintor. Luego se trasladó al Ayuntamiento y los funcionarios lo colgaron en la galería. No hubo acto oficial ni presencia de la familia. Según fuentes del gobierno, los cuadros de Pérez Casado y Ródenas tampoco tuvieron inauguración, aunque sí nota de prensa. La obra se encargó en 2017, pero en diciembre de 2018 el artista pidió una prórroga. El retrato ha costado 15.600 euros.
En su discurso el artista recordó que es un «no retrato», porque como explicó, «el retrato no lo concibo sin trato». Indicó que de la fusión de voluntades del retratado y el pintor surge una criatura «con la personalidad del modelo y del pintor» y apuntó que hizo una excepción con Rita Barberá, porque nunca acepta encargos que se base en fotografías, de hecho rechazó representar a partir de una imagen (sin posado) para el Ayuntamiento al Rey Emérito y algún arzobispo.
A la pregunta de qué le pareció el cuadro a la familia de Rita Barberá, dijo que «les gustó mucho. Pensaba que les iba a desconcertar, pero no fue así. De hecho, casi se pusieron a llorar. Dijeron 'cómo le hubiera gustado a ella'», a lo que el pintor contestó con la pregunta «¿y por qué no me lo pidió en vida?».
El pintor no emitió ninguna opinión sobre la protagonista. Dijo que sólo había coincidido en dos ocasiones en actos y admitió que tuvo un «penoso final con ese annus horribilis de una mujer muy poderosa que cayó en picado» y citó la anécdota del 'caloret faller' de una Crida.
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