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Melchor abraza a dos niñas, este lunes en una pedanía de Valencia. JL BORT IZQUIERDO

Los Reyes Magos visitan las pedanías: «Habéis sido muy buenos y, sobre todo, muy valientes»

Sus Majestades acuden a Castellar-Olivera, Horno de Alcedo y La Torre antes de volver a Oriente para entregar juguetes a los niños de la ciudad que más sufrieron las inundaciones

Lunes, 6 de enero 2025, 11:49

En el frío de una mañana de enero, los pequeños pasitos de una niña de unos seis años que va colgada del brazo de su padre rompen el silencio de la calle Sedaví. «'Corre, que no llegamos!». La niña tira de su madre, que sonríe ... con resignación materna. No hay prisa, en realidad. Llegarán de sobra. Porque están cansados, llevan toda la noche trabajando, pero todavía les queda un poco de energía para visitar a los niños. Es la mañana de Reyes y estamos en Horno de Alcedo. En las paredes blancas todavía se puede ver la marca tenebrosa del agua, pero nadie presta atención. Porque en la plaza de la Iglesia están... ¡los Reyes Magos!

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A algún padre hasta se le ha escapado una lágrima. Ha sido cuando Baltasar ha dicho a los niños que le miraban embelesados que habían sido «muy buenos y, sobre todo, muy valientes». Decenas de menores disfrutan de la visita de Sus Majestades que, este año por primera vez, han alargado su estancia en tierras valencianas para ir a Castellar-Oliveral, La Torre y la misma Horno de Alcedo. «Se lo merecen, se lo merecen», dice emocionada una madre a otra.

Melchor, Gaspar y Baltasar han disfrutado saludando a todos los pequeñajos. Tanto que, si se dedicaran a otra cosa, les costaría volver a salvar personas, trasladar a la Mare de Deú u dar misa, por decir algo. Algún que otro reproche se han llevado Sus Majestades, que ya se sabe que los niños no son muy de protocolo («no me has traído el camión», decía uno de los niños a Gaspar), pero en general todo han sido alabanzas y abrazos. El protocolo probablemente impida abrazar a los Reyes, por eso de que son Reyes y demás. Pero claro, vaya usted a explicarle lo de las reverencias y las genuflexiones a un niño de cinco años que hace dos meses y medio pasó una noche agarrado a su madre en un coche en la pista de Silla. Los niños de las pedanías, que no son ni más ni menos que el futuro de una ciudad que haría bien en basarse en ellos para resurgir del lodo, como las flores más altas, han tenido que madurar mucho en muy poco tiempo, porque se han enfrentado a la tragedia. Pero todo eso quedó ayer en un segundo plano cuando los niños han pasado frente a los Reyes para sentarse en sus regazos y hacerse una foto. Claro, qué iban a pedirles, si ya han venido. Una paradoja temporal que, eso sí, sólo nos hace fruncir a nosotros, que somos mayores y descreídos.

Los niños estaban encantados. Se han llevado peluches, muñecas, coches... juguetes donados que han repartido los bomberos y Sus Majestades. Además de en Castellar-Oliveral y Horno de Alcedo, también han acudido a La Torre, la pedanía más afectada por la dana, y también la más poblada. Es la primera vez que el Ayuntamiento convence a Sus Majestades de que se queden un poco más, pero es que la ocasión lo merecía. «Vuestra sonrisa es un ejemplo para todos», ha dicho Baltasar. El padre que antes, al fondo, había soltado una lágrima aquí ya era un lloro continuo.

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Y es que a propios y extraños ha sorprendido la afluencia de niños en las tres pedanías. Hasta a la concejala de Fiestas, Mónica Gil. Cientos de menores, sobre todo en Castellar, han estado durante una hora haciéndose fotos y saludando a Sus Majestades. Hasta Compromís ha celebrado la iniciativa, aunque han asegurado que se ha puesto en marcha por una moción suya. Sea como fuere, lo interesante es que ha surtido efecto: los Reyes Magos se han quedado un poco más. Ahora seguro que están descansando ya tras un largo viaje y preparándose para volver el año que viene, con la esperanza de que las huellas de sus dromedarios no se vean en el barro de las calles.

Mientras, en la zona cero y también en cualquier otro pueblo y ciudad de la Comunitat Valenciana, cientos de miles de niños se han levantado con una sonrisa enorme en la cara. Si la tarde del día 5 es la tarde más mágica del año, la mañana del día 6 no le va a la zaga, porque da igual el parque o jardín que usted visitara este lunes: en cualquier espacio había niños con patinetes o muñecas o niñas con bicicletas y pelotas. Los Reyes se han portado bien, y eso que en algunas zonas sus 'pajes' han tenido que hacer un esfuerzo especial. Paiporta, Picanya, Catarroja, Sedaví, Alfafar, Benetússer... la zona cero ha querido este lunes poner al mal tiempo buena cara (como por otra parte hacen desde el primer día) para que los más pequeños tengan un momento de normalidad y alegría dentro de la inmensa tragedia. Quizá haya algo en lo que ponerse de acuerdo más importante que en esto, como la paz en el mundo o el cambio climático. Pero en este día de Reyes, en los pueblos engullidos por el fango en la peor noche de la historia de Valencia, nos vale con que todos hagamos lo posible para que los más pequeños vuelvan a jugar.

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