Marcando distancias. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, marcó ayer una clara línea de separación con su compañero de coalición, el diputado Joan Baldoví, respecto a la presentación del segundo de una proposición no del ley firmada también por ERC y la CUP en el Congreso en contra de la ampliación norte del puerto, un escrito donde además de la paralización de las obras se reclama su desmontaje.
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«Yo soy alcalde de Valencia antes que militante de Compromís, y suscribo lo que se ha dicho aquí», dijo en la puerta del hemiciclo antes del inicio de la sesión mensual. El primer edil recordó la moción ya pactada con los socios socialistas en el Consistorio, acerca de un puerto «tan sostenible como competitivo» y que la Autoridad Portuaria considerase la conveniencia de un nuevo estudio de impacto ambiental.
«Como militante de Compromís me parece muy bien lo que se plantee, pero mi posición es la posición como alcalde de Valencia, soy alcalde de todos los valencianos, no solo de la gente de Compromís. No he dicho que no estaría a favor, sino que suscribo, como alcalde, lo que se ha suscrito aquí, evidentemente», subrayó antes de la sesión.
La intención de la portavoz del grupo popular en el Consistorio, María José Catalá, era debatir una moción de su formación a favor de la ampliación del puerto, aunque no le fue aceptada la urgencia. «Creemos que no es urgente, es querer volver a sacar el debate, ya lo hemos hecho y dimos traslado a la Generalitat y al Gobierno, no hace falta enviarle ningún recordatorio más salvo que interese debatir políticamente este tema. La cuestión ya está debidamente cumplido», dijo la vicealcaldesa Sandra Gómez.
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Previamente, Catalá había señalado que «las intenciones de Compromís y de sus socios catalanistas y separatistas en el Congreso es boicotear la ampliación norte, una inversión determinante para que siga siendo líder de mercancías en el Mediterráneo». Añadió que la proposición no de ley se hace en «beneficio del puerto de Barcelona, que sí está adelantando y licitando su ampliación por el sur», señaló.
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Tras la moción fallida, en el turno de preguntas fue el turno del portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, quien le preguntó directamente a Ribó si está de acuerdo con Baldoví. «Pide la paralización y el desmantelamiento; costó 203 millones de euros, 74 de los cuales los pagó Bruselas y habría que devolverlos, pero es que por lo que nos dicen hay 50 millones de toneladas de material que habría que retirar. Es todo un despropósito».
El alcalde contestó que está de acuerdo en lo que votó «en el consejo del Puerto, que es la necesidad de una declaración de impacto ambiental, la considero imprescindible y lo volveré a votar». Por último, Catalá pidió turno para preguntarle exactamente lo mismo sobre el diputado de Compromís, aunque la respuesta fue la primera por parte del primer edil.
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