Ribó duda ahora sobre celebrar en La Punta el macrofestival de paellas

Incertidumbre total sobre las paellas universitarias de La Punta a 24 horas de que abran las puertas del Multiespai para recibir a 25.000 jóvenes de toda Valencia. La denuncia de los vecinos ante el juzgado de guardia del evento, concretada el martes por la noche y adelantada en primicia por este diario, puso en marcha una serie de acontecimientos y reacciones que terminaron con el alcalde de Valencia, Joan Ribó, dejando más en el aire que nunca el evento. «No tenemos ningún interés especial en él», dijo.

Todo comenzó el martes por la noche, cuando un grupo de vecinos se reunió en La Punta y decidió llevar a los tribunales el evento. Lo hicieron a través de una denuncia en la que pedían la paralización del evento para evitar daño en cosechas, campos, jardines y coches y suciedad en las calles. Los representantes de la Asociación de Vecinos La Unió de La Punta acudieron al juzgado de guardia, el 13 de Instrucción de Valencia, a última hora de la tarde noche.

La sorpresa llegó el miércoles por la mañana, cuando Ribó desveló que el evento no contaba con todos los permisos a poco más de 48 horas (a 24 horas, este jueves) de la apertura de puertas. Afirmó que el festival sólo se celebrará si lo consideran adecuado los servicios municipales, que todavía lo están estudiando, y si lo permite el juzgado . «Nosotros no tenemos ningún interés especial en este evento. No queremos dejar colgadas a miles de personas que habían comprado una entrada», defendió el alcalde, que aseguró que La Punta es la única ubicación posible en estos momentos para situar el festival, que espera a unas 25.000 personas. El primer edil insistió en que su único motivo para «ayudar» a la empresa organizadora es que «en definitiva tenía vendidas las entradas y ahora no tiene lugar», tras la negativa del Ayuntamiento de Moncada de ceder su espacio. Este diario intentó ayer ponerse en contacto con el concejal de Espacio Público, Carlos Galiana, en varias ocasiones sin éxito.

Los vecinos, mientras, estaban cabreados. Mucho. El presidente de la entidad vecinal, Vicente Romeu, aseguró que al barrio acudirá «una marabunta, una manada desbocada de búfalos, y aunque habrá quien se porte bien, tendrán que beber y escuchar música y, como en Fallas, la gente orina, defeca y practica el sexo en la calle». Según Romeu, el festival no produce «ningún beneficio para los vecinos; al contrario, vulnera sus derechos». El dirigente vecinal, además, recordó que la Policía Local ya ha alertado de que no pueden aparcar en las calles de La Punta mañana de 6 a 23 horas. «¿Dónde van a aparcar los vecinos?», se preguntó.

Estas declaraciones no sentaron nada bien en la organización del evento, que se apresuró en sacar otro comunicado en el que aunque insistían en las medidas de limpieza y seguridad que, prometen, van a tomar mañana, hacía hincapié en las palabras de Romeu. «La juventud valenciana no son animales y lamentamos la escalada de criminalización de los estudiantes que se desprende de las continuas intervenciones sobre los jóvenes que acuden a este u otros eventos musicales y de ocio», explica la entidad en un comunicado, que tilda las palabras de «falta de respeto y un insulto inaceptable para los 25.000 asistentes».