A cuadros. Así se han quedado la consellera de Transición Ecológica, Mireia Mollà, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, tras conocer la intención de la Autoridad Portuaria de coger arena de El Saler para rellenar su nueva terminal de contenedores. Este proceso precisará de 350 hectáreas de fondo marino y la intención es coger parte de las playas del sur.
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La reacción de Mollà y Ribó, que se han reunido hoy en alcaldía, ha sido tajante. «El puerto es importante pero no puede hacer ampliaciones sin respetar partes de la ciudad como las playas», ha dicho Ribó.
El alcalde ha recordado que hace tiempo que pidió un informe para ver si la nueva ampliación supondría afección a las playas del sur. «La Politècnica dijo que no modificaba el perímetro exterior, pero el nuevo hecho del dragado nos preocupa porque no lo conocíamos» y ha señalado que no hay que perder de vista que «estamos en la frontera del parque natural de la Albufera».
Ribó también ha dicho que el puerto es la primera empresa económica de la ciudad «pero debe entender que la gestión sostenible es importante y que Valencia ha de medir los efectos del puerto como la contaminación y la movilidad».
De hecho, la consellera Mireia Mollà ha anunciado que sí ha presentado por registro de entrada en Madrid la petición de que el puerto haga un nuevo informe de declaración de impacto ambiental de la ampliación del puerto. «Lo presenté en fecha de 2 de agosto y luego cuando hablé con la ministra me contestó que todavía no habían estudiado técnicamente el contenido de la carta».
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Mollà ha querido recordar al presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, que «por lo tanto no hay un pronunciamiento del ministerio de si se necesita o no un nuevo estudio ».
También ha argumentado la falta de transparencia del puerto. «La presidencia custodia el proyecto y él es el que dice que no es necesario un nuevo informe, cuando la parte interesada no es la que debería de decirlo». Y ha retado nuevamente a Martínez a que le dé acceso al expediente.
En esta reunión también ha asistido el vicealcalde y concejal de la Albufera, Sergi Campillo, que ha reconocido que han retomado las negociaciones con la Junta de Desagüe de la Albufera, colectivo que controla las compuertas de las golas. Campillo ha anunciado que el Ayuntamiento volverá a presidir esta junta, concretamente será el propio Campillo, y no Ribó el que ocupe la presidencia. «Me han mostrado su intención de respetar y cumplir las normas de control del desagüe que marcó la conselleria», ha indicado.
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A pesar de ello, ha explicado que están evaluando el modelo futuro de gestión. Ha recordado que el Ayuntamiento es el dueño del lago y de las compuertas y el Consell tiene las competencias ambientales, «pero lo importante no es la forma, es el fondo, que se gestione bien».
Ribó también ha pedido a la consellera que adquieran dos parcelas en la Zona de Apoyo Logístico (ZAL), en La Punta, para la futura ampliación de la depuradora de Pinedo, para dejar como huerta la zona de Pinedo próxima a la depuradora.
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Mollà ha comentado que lo estudiará. A la pregunta de si van a indemnizar a los vecinos de Pinedo, la consellera ha reconocido que «todavía no he tenido la oportunidad de estudiarlo. Es una cuestión pendiente. Llegaré».
Por último, el alcalde ha explicado a Mollà el proyecto verde del cauce del Turia. La consellera se ha ofrecido a ser la interlocutora con el Estado y la CHJ.
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