10 fotos
Secciones
Servicios
Destacamos
10 fotos
Lunes, 2 de abril 2018, 20:33
Recuerdos de familia | La chef Begoña Rodrigo confiesa que siempre fue una persona creativa, a la que le gustan las artes en general "y las cosas bonitas". Por eso, el punto de partida de sus rincones favoritos de Valencia arranca en la avenida del Oeste. "Como buena hija y nieta de modistas, puedo pasar horas frente a las mercerias y tiendas de telas de la zona. Allí, mi madre, mi abuela y mis tíos trabajaron cuando eran jóvenes y algunos de ellos hasta hace poco", desvela.
Irene MarsillaModa | A Begoña le "chiflan" los sombreros y por ello la sombrerería Albero es uno de sus rincones favoritos. El negocio, dice, le recuerda a su abuelo, "fan incondicional de la boinas". Por último, asegura que le da "pena" que Valencia "tenga tanta facilidad para perder el pequeño comercio". "Yo soy muy fan en general de todas estas tiendas cargadas de historias", apunta.
Manuel MolinesPlan dominical | La chef asegura que los domingos, si puede, le gusta perderse por los alrededores de la Plaza Redonda y el barrio del Carmen. Le "encanta" pasear por la zona por si encuentra tiendas abiertas de anticuarios, otra de sus "debilidades". "Me fascina inventar historias que pueda haber detrás de algunos objetos. Además, de que me divierte soberanamente el arte de la venta de los anticuarios por derecho".
Manuel MolinesGastronomía | No puede dejar de visitar el puesto de quesos de Bertrand ('Sólo queso') siempre que acude al Mercado de Ruzafa. "Este francés que sólo trabaja con queso español de leche cruda me tiene ganada", cuenta. "Es capaz de contarte el porqué de cada uno de ellos, acompañándolo de una buena copa de vino", desvela no sin antes apuntar que ella "podría vivir con queso, vino y pan".
Damián TorresCostumbres | Cuando Begoña Rodrigo pasea por la plaza del Ayuntamiento le gusta contemplar los puestos de flores que la rodean. Es un momento único que, según cuenta, le recuerda a cuando estuvo viviendo en Holanda. "Cuando vivía allí, por costumbre y precio, era raro no comprase flores un par de veces por semana en cualquiera de los puestos callejeros. Esta costumbre he intentado extrapolarla aquí, creo todo el mundo debería tener un par de flores frescas en su florero todas las semanas".
LPContacto con la naturaleza | Para Rodrigo, el Jardín Botánico es "uno de los grandes tesoros de esta ciudad, un pulmón verde que te transporta a miles de lugares del mundo por su variedad vegetativa". Cuenta que una de sus grandes aficiones es viajar y por eso allí puede encontrar paisajes que sólo ha visto "en viajes y sitios reconditos que seguramente no vuelva a visitar". "Me encanta poder recordarlos y olerlos allí", añade.
Jesús SignesExposiciones | Begoña Rodrigo confiesa que, "si tuviese más tiempo", visitaría "más a menudo" el edificio de la Fundación Bancaja. "No soy una entendida, pero me gusta visitarlo cada vez que hay una nueva exposición", cuenta la chef a la que que, según desvela, le encantaría estudiar Bellas Artes.
Irene MarsillaLa importancia del mar | Begoña vive en La Patacona y es por ello por lo que, asegura, no entiende su vida sin el mar. "Sería incapaz de vivir en la ciudad, necesito dormir con el ruido de las olas y despertarme con su olor, pero sobre todo en este mundo en el que vivimos a contrareloj llegar a mi casa y encontar esa paz no tiene precio", explica.
Manuel MolinesArte | En una visita al Louvre, relata Rodrigo, tuvo la oportunidad de ver la casa de Napoleón y le "fascinó". Desde aquel momento, cuenta, allá donde va intenta buscar exposiciones "ya no sólo de pintura o escultura, si no de casas. Es como meterte en la vida de ellos y transportarte a otra era". Aquí en Valencia, hay una casa-museo que le "encanta"; la "desconocidísima" casa de Mariano Benlliure, "una joya de la ciudad, valiosa por todo lo que encierra, por la belleza de su jardin y por su marca Valencia", dice.
Javier PeiróVeranos de la infancia | La chef concluye su recorrido con Sot de Chera, el pueblo de su madre y sus abuelos, y donde tiene "más recuerdos sentimentales", apunta. "Tanto ser sotera como ser cocinera es una forma de vida, te sientes de allí sin saber muy bien porqué, allí hay paz", cuenta orgullosa. Además, no olvida recordar el gran valor ecológico de su río natural.
Publicidad
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.