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Atracadores menores de edad que intimidan y roban a niños de un par de años menos. Esa es la alarmante situación que se ... está produciendo en el jardín del Turia de Valencia y en la zona de Ciudadela, entre el puente de las Flores y el de Calatrava.
Los afectados que están sufriendo esta oleada de atracos son alumnos del Club de Fútbol Base Ciutat de València, que tiene sus instalaciones precisamente en el tramo del puente de Calatrava.
«Han robado a casi todo el equipo de mi hijo. No nos sentimos tranquilos ni seguros», explica Alberto A., padre de uno de los jugadores de la categoría de Cadetes que precisamente este pasado jueves sufrió un intento de robo cuando iba a entrenar.
En el caso de su hijo, de 14 años, el suceso se produjo en la Ciudadela. «Como varios compañeros ya habían sufrido robos, mi hijo iba precavido. Vio acercarse a dos chavales de unos 16 o 17 años que le causaron sospecha», indica Alberto.
Al momento «escuchó la conversación de ambos, que decían '¡Vamos, vamos que está solo' y comenzaron a perseguirle. Mi hijo se puso a correr, ellos también, pero apretó el paso y no le alcanzaron y tuvo que cruzar corriendo la zona de Ciudadela. Voy a ir a denunciarlo para que se tomen medidas policiales».
El director deportivo de este club de fútbol base, Álvaro Figueroa, explica que han advertido de los delitos a la Policía Local «y hemos animado a los padres a que denuncien, para que quede constancia». Añade que «este chico tuvo que cruzar corriendo una calle, pero si lo llegan a atropellar, a ver qué hacemos».
Y es que, según detalla Figueroa, además del intento de robo de este pasado jueves, «en mes y medio ya han atracado a tres chavales más y los hurtos de las mochilas en nuestras instalaciones son constantes».
Uno de los robos se produjo muy cerca de la estación de metro de la Alameda. «El chaval iba con otro compañero por la parte del río, a la salida del entrene, y le robaron el teléfono móvil», indica el director deportivo.
En el Ensanche, la nueva asociación de vecinos de Pla del Remei-Gran Vía, se suma a la petición de tener más vigilancia policial en el barrio. De hecho, esta entidad se ha creado este año después de que se produjera precisamente una oleada de robos, en este caso en las viviendas, y por grupos organizados. Unos robos que comenzaron en 2020 y que a día de hoy continúan
«No han cesado los robos en las casas de nuestros vecinos. Esta misma semana han entrado a robar en otra casa de la calle Jorge Juan y también hay casos de comercios», explica Sonia Ferrandis, presidenta de Pla del Remei-Gran Vía.
En cuanto a los robos entre menores, reconoce que «sí estamos conociendo casos de adolescentes que roban a otros menores. Siempre son en la zona del río o en las calles próximas. El otro día, por ejemplo, al sobrino de un amigo le robaron una cadenita de oro que llevaba, pero sobre todo buscan móviles». Y añade que también están detectando esta misma situación «en la Marina. Salen por esa zona de fiesta los chavales y luego se ve que cuando regresan, hay robos. Es necesario que haya más vigilancia y que los chavales puedan salir tranquilos».
El padre de uno de los afectados, Pau S., comenta que «a mí hijo le pasó el 16 de octubre. Se le acercaron unos chavales y le dijeron que les dejara el móvil. Él les dijo que no podía ser porque no tenía saldo y, entonces, le pegaron un empujón y le arrebataron el teléfono».
El progenitor añade que «la cuestión es que los atracadores eran dos jóvenes y no tenían mala pinta. Fue sobre las 20 horas en la zona del río». Este padre afirma que interpuso la correspondiente denuncia en la comisaría de Abastos para que quede constancia de lo sucedido.
La táctica que emplean los asaltantes, según relatan los padres de los afectados, «es que vigilan a los chavales y los persiguen, sobre todo si van solos».
A otro componente de este equipo le rodearon y le quitaron la bicicleta. A otro compañero, «se le acercaron, le dijeron ¡A ver qué llevas en la mochila! y al final, le quitaron el móvil y hasta las botas de fútbol. No buscan dinero, sobre todo quieren teléfonos móviles», indica Alberto A.
La situación de inseguridad no se queda ahí, como relata el director deportivo de Ciutat de València, «llevamos un mes y medio sufriendo hurtos en el campo». Según indica, «como no se podían usar los vestuarios por el Covid, los chavales dejaban las mochilas dentro del campo de fútbol, al lado de la valla, y resulta que los ladrones pegan tirón y se las llevan». De hecho, el club ha comprado candados para que las guarden en el vestuario.
Este club ya ha avisado por mensajería móvil a los distintos equipos de los robos y hurtos que se están produciendo y les han recomendado que hagan el recorrido por arriba del río.
Tanto los padres como desde el club quieren que la policía refuerce la vigilancia «y que los agentes vengan en las horas de los entrenes para garantizar la seguridad porque tenemos 400 niños y si a los delincuentes les da por coger esta zona como referente, no van a parar los robos». Muchos padres ya han optado por ir a recoger a sus hijos porque les da miedo que vayan solos.
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