De la rosa blanca del «fascista» Badenas al bote de chapapote de Robles

Fue el del lunes un pleno más bronco de lo esperado. El protagonista, como tantas otras veces, fue Juanma Badenas, portavoz municipal de Vox y segundo teniente de alcalde, que estaba este lunes tremendamente enfadado. Todo explotó en el momento de la intervención de la representante de Valencia Acull, Ángela Pedraza, que recordó los mensajes de Cecilia Herrero en Twitter (ahora X) que la Fiscalía ya investiga.

Pedraza hablaba del aumento de los delitos de odio cuando hizo referencia a los mensajes de Cecilia Herrero. Badenas interrumpió a gritos y Giuseppe Grezzi, desde la bancada de Compromís, pidió a la alcaldesa que le echara. La primera edil se limitó a pedir paz. Este tipo de comportamientos, sobre todo cuando intervienen entidades, es muy poco común.

Hubo aplausos de la oposición para Pedraza después de que Vox le exigiera a gritos que dijera a qué concejala se refería. Ella dijo claramente «Cecilia Herrero» y volvieron los gritos. «No ayudan», dijo la alcaldesa a la oposición. Luego hubo otra intervención, la de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, en la que también se hizo referencia a esos tuits. Más gritos.

Posteriormente, en un momento en el que las concejalas Lluïsa Notario y Lucía Beamud estaban hablando la salida del pleno con una nerviosa Pedraza, Badenas las grabó con el teléfono móvil y se encaró con la mujer, tal como pudo confirmar este diario de fuentes de toda solvencia. Más tarde, a última hora de la mañana, Badenas anunció que iba a pedir al Síndic de Comptes que investigara las asociaciones que le han difamado (auqnue no supo decir cuáles ni con qué declaraciones) por si han recibido subvenciones.

También anunció Badenas acciones legales contra el concejal socialista Borja Sanjuán, con quien tuvo un intercambio de pareceres más que acalorado después de que Badenas dijera que la rosa blanca que portaban desde primera hora de la mañana era para recordar la asociación homónima que se enfrentó al nazismo durante el Tercer Reich. «En la Alemania nazi usted habría estado en el bando de los delatores o de los fascistas», le espetó Sanjuán. Badenas abandonó el pleno y el edil socialista le llamó «cobarde». Cuando el concejal de Vox le ofreció que retirara esos apelativos, Sanjuán se negó: «A un fascista le llamaré fascista todas las veces que haga falta».

Además, hubo otro momento incómodo cuando el representante de Lambda, Juan Francisco Fernández, cargó contra el posicionamiento del PP contra las bodas homosexuales aprovechando el enlace de Juan Carlos Caballero. Fue una intervención desagradable dado que Caballero no ha hecho bandera política de su orientación sexual. Horas más tarde, en uno de los turnos de réplica de la alcaldesa Catalá, se demostró que el comentario no sentó bien al PP. «Creo que no es bueno que las asociaciones hagan referencia a la vida privada de los concejales. Es una pena que no esté aquí el representante de Lambda pero seguro que tengo ocasión de decírselo», comentó. Fernández llegó a decir que no sabía lo que era una boda «marin blue».

En el apartado más positivo de la mañana, el duelo dialéctico entre Papi Robles y María José Catalá, las dos mejores oradoras del pleno con mucha diferencia. Entre sonrisas y trato cordial, las pullas van que vuelan, pero ambas tienen un don para hacerlas sin que parezca que te la están tirando y otro don para encajarlas de forma casi divertida. Robles, por ejemplo, llevó a la alcaldesa un bote con arena y chapapote del vertido que ensució las playas del Saler en julio después de afearle que ella no fuera («usted decía mucho del señor Ribó, pero luego...», comentó, en referencia a las protestas del PP por la jornada que hacía el exalcalde). La alcaldesa aceptó el bote de buen grado e invitó a Robles a acompañarla a llevárselo a Pilar Bernabé, dado que es Delegación de Gobierno la administración que ostenta la capacidad investigadora a través de Capitanía Marítima.

Además, Robles entregó a Catalá cuatro decenas de propuestas para la ciudad. La alcaldesa las agradeció y prometió leérselas, así como las del PSPV. «La ciudad les necesita a todos», dijo. El tono conciliador de la primera edil contrasta por mucho con el comportamiento de Vox (a Pepe Gosálbez no se le ve del todo cómodo). De hecho, la alcaldesa tuvo buenas palabras para Sanjuán y Robles. «Ustedes hicieron cosas maravillosas, pero trabajo, trabajo.... hay que hacerlo adrede para dar sólo 14 llaves en 8 años», dijo en referencia a la entrega de llaves de vivienda. A Sanjuán, por su parte, le alabó la oratoria pero dijo que sus intervenciones «no pasan la prueba del algodón». «Si es que es un erial, es un erial», apuntó, en referencia a las supuestas inexactitudes de Sanjuán, y luego, sobre el cheque-bebé, dijo: «No les voy a decir que no escuchan a la gente, pero tenemos que ayudar a la maternidad y a la conciliación, no ridiculizaría el cheque-bebé porque muestra una sensibilidad de este gobierno». La alcaldesa terminó agradeciendo el buen tono del debate. Se entiende que se refiere a los cuatro minutos en que no hubo gritos.

Todo se agrió aún más después de comer, en un pleno sobre corrupción que el PP no quiso ni entrar a debatir. No contestó ni a Compromís ni al PSPV: votaron que no a la propuesta de Robles de retirar los honores y distinciones y el nombre de Rita Barberá del puente de las Flores y a otra cosa. Sin embargo, sí bajó al barro Juan Carlos Caballero con Robles, en un intercambio sobre la corrupción en el que el portavoz del PP criticó que Compromís «volviera a arrastrar a este pleno al fango».