Uno de los negocios de alquiler de bicicletas de la calle Cuba. IRENE MARSILLA

«En Ruzafa es más fácil alquilar una bici que comprar el pan»

En apenas 300 metros de la calle Cuba se concentran hasta siete negocios de arrendamiento de vehículos de dos ruedas para turistas

Pablo Alcaraz

Valencia

Martes, 6 de agosto 2024, 00:21

Los barrios de Valencia han sufrido un profundo proceso de cambio a marchas forzadas durante los últimos años como consecuencia de la llegada masiva de ... turistas a la ciudad. Un buen indicador del impacto de este fenómeno es la mutación que han padecido los comercios para adaptarse a la nueva demanda. En el caso concreto de Ruzafa, la revolución turística ha llegado a golpe de pedal con la calle Cuba como kilómetro cero. La mitad de esta vía se ha inundado de hasta siete negocios de alquileres de vehículos de dos ruedas, patinetes eléctricos y bicicletas, cuyo público mayoritario es extranjero. «En Ruzafa es más fácil alquilar una bici que comprar una barra de pan o ir a la farmacia», denuncia la 'tik toker' valenciana conocida como Bellidamen.

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La joven influencer se ha convertido en una de las voces críticas contra la turistificación más populares de la ciudad. El primer vídeo que publicó sobre esta materia en la red social Tik Tok, tratando los problemas generados por la turistificación del barrio del Cabanyal, roza ya las 417.000 visualizaciones y los 54.500 'me gustas'. Ella se define como «una tía enamorada de su barrio a la que le fliparía vivir allí», pero Bellidamen no ve posible cumplir este propósito porque el turismo de masas «está jodiendo el Cabanyal».

En la última entrega de su particular saga 'Stop Gentrification', que ya va por su decimosexto capítulo, Bellidamen advirtió de que en los 300 metros comprendidos entre la boca del túnel peatonal de Gran Vía, infraestructura que conecta las estaciones de metro de Bailén y Alicante, y el cruce de Cuba con la calle Puerto Rico asoman infinidad de carteles llamativos, escritos en inglés, en busca de captar clientes que quieran recorrer la ciudad en bicicleta. «Disfruta de Valencia en tándem desde 5 euros», «¡Oferta especial! ¡Todo el día! Alquiler de una bicicleta normal 9 euros, una eléctrica 18 y una yamaha eléctrica 25», reza la traducción de la cartelería de estos establecimientos concentrados en apenas 300 metros.

Desde la asociación de vecinos Per Russafa comentan que estos negocios de nicho para turistas han sustituido a tiendas de ropa, ultramarinos, venta de maquetas de aeromodelismo o juegos de mesa en la calle Cuba desde 2019, fenómeno que se ha acrecentado «más intensamente» tras la pandemia. Para los residentes de toda la vida, la proliferación de este tipo de establecimientos destinados a la clientela extranjera «supone un desequilibrio en las condiciones de habitabilidad» que en el día a día se traduce en sobrecarga de los carriles bici y presión inmobiliaria hacia los pocos comercios tradicionales que todavía aguantan con la persiana subida.

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La entidad vecinal lamenta que la perspectiva de cara al futuro sea quedarse con comercios volcados en el turismo «como tiendas de souvenirs, ropa vintage o bicicletas con la consecuente pérdida de negocios de proximidad». En definitiva, desde Per Russafa concluyen en que la gentrificación de sus calles deriva en «expulsión del vecindario y debilitación de la identidad de un barrio abocado a ser un postrero artificial».

Los vecinos comentan que los arrendamientos de los locales comerciales están por las nubes, circunstancia que los propietarios de los bajos aprovechan para hacer su agosto. Según los residentes, esta praxis se lleva a cabo cuando los contratos de arrendamiento de los negocios de toda la vida vencen y «se tienen que renovar con subidas abusivas de las mensualidades». «Si esto tiene algún arreglo, consistiría en aplicar la ley de la vivienda para poner tope a las subidas del alquiler», aseguran desde Per Russafa.

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Este fenómeno que ya afecta a la mitad de la calle Cuba no es un caso aislado sino que el 'renting' de bicicletas para turistas ha ido tomando con sigilo algunos de los rincones más emblemáticos de la Valencia. El medio centenar de negocios de arrendamiento de vehículos de dos ruedas se encuentran repartidos por toda la ciudad aunque con una elevada presencia en el distrito de Ciutat Vella, véase el ejemplo que dos de estos establecimientos se sitúan en las inmediaciones de la plaza de las Brujas o las torres de Serranos.

Y es que el centro de Valencia se ha convertido en una especie de Torre de Babel en la que se escuchan todo tipo de idiomas menos los autóctonos y en los que los vecinos, valencianos de toda la vida, parecen ser los extranjeros en su propia ciudad. De hecho ya hay algunas fincas en las que hay más apartamentos turísticos que viviendas residenciales.

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