LOLA SORIANO y Moisés Rodríguez
Valencia
Miércoles, 4 de mayo 2022, 13:19
El alcalde de Valencia, Joan Ribó, no lo ha desvelado esta semana y hoy tampoco lo ha querido decir la vicealcadesa de Valencia, Sandra Gómez. Ninguno quiere desgranar y aclarar cuál era el coste estimado de la celebración de la Copa América para Valencia en ... 2024, que llevó al gobierno municipal a no hacer una apuesta firma por este evento que suele tener una audiencia de 200 millones de espectadores, que finalmente se celebrará en Barcelona.
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Si bien el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, lleva dos meses preguntando para que le expliquen de dónde han sacado la idea de que hacer la Copa América en el cap i casal por segunda vez costaría 200 millones, tal como defendió la edil Pilar Bernabé en un pleno de febrero, tras la presentación de una moción presentada por María José Catalá, portavoz del PP, la realidad es que ahora nadie aclara de dónde salió esa cifra para descartar celebrarlo.
En una reciente respuesta del equipo de gobierno, Ribó remite a que se pregunte a la concejala Pilar Bernabé, que es quien habló de esa cantidad en el pleno de febrero, pero el hecho de pasar la patata caliente al PSPV tampoco ha servido para nada.
Preguntada este miércoles sobre el tema la vicealcaldesa Sandra Gómez, ha explicado que «no reafirmo la cantidad». Sobre qué le parecía que el alcalde eludiera responder y trasladara la pregunta al ha afirmado que «no hay nada que decir». Y ha insistido, en referencia a la propuesta que hizo el equipo para celebrar esta prueba, «que todo esto ha sido negociado y compartido por todos los grupos del gobierno».
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Y es que Bernabé en el pleno detalló que el canon costaría unos 30 millones de euros y los gastos de organización otros 50 millones y aún se sumaban otros 120 millones más sin determinar.
Gómez ha eludido entrar en cantidades y ha dicho que «no reafirmo la cantidad», cuando fue una suma dada por su su compañera, la edil socialista Pilar Bernabé.
En todo caso, la vicealcaldesa ha tratado de salir al paso haciendo referencia a la pregunta de Ciudadanos y ha dicho que «las preguntas por escrito son interpretables»
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Ha añadido que «este gobierno en su conjunto puso a disposición los medios y recursos que podía aportar como Ayuntamiento».
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Para evitar nuevas polémicas entre los partidos que gobiernan, ha indicado que «todo el gobierno, Compromís y PSPV marcamos las necesidades y se estableció un marco de colaboración público-privada para financiar la Copa América, igual que han hecho en Barcelona»
Ha comentado que las cantidades eran importantes «ya que no sólo era hacer frente al canon, también se pedía parte para regenerar e invertir en la dársena». Ha añadido que «era una inversión importante que corría también a cargo de las administraciones públicas».
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Llegado este punto, ha insistido que el gobierno municipal sí hizo una propuesta pública-privada y no salió adelante.
Ha defendido que a pesar de ello, «en la Marina se ha hecho un cambio de rumbo, hoy es un foco de atracción para empresas».
Cabe recordar que en el caso de Barcelona, sólo ha transcendido el acuerdo con el Ayuntamiento de la Ciudad Condal con 70 millones de euros, pero faltará ver si hay que aportar más dinero para inversiones.
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Antes de finalizar el año 2022 comenzarán los cuatro proyectos para reordenar el entorno de la estación del Cabanyal que contarán con una inversión del plan Edusi de 12 millones de euros y que dirige la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, a través de la concejalía de Desarrollo Urbano. Los proyectos ya se conocían, no son nuevos, pero es «ahora cuando tenemos los cuatro proyectos redactados y los vamos a pasar a licitación».
Tal como ha explicado la vicealcaldesa, se trata de dinero que procede de los fondos europeos y «si no hay recursos, esperamos que puedan empezar antes de que acabe el año 2022. Algunos de ellos podrían comenzar en cuatro meses.
Una de las obras más relevantes es la reordenación de la estación del Cabanyal. Se hará una rotonda posterior, para que la propia estación deje de serlo. «Daremos un mensaje claro de que la prolongación de Blasco Ibáñez nunca más será una realidad», según Gómez. Y ha añadido que se renaturalizará y pondrá arbolado. Este proyecto costará 12 meses.
La segunda obra está en el eje este-oeste. Se actuará entre Conde de Alaquás y Vicente Guilot creando una plataforma única con preferencia peatonal y se hará zona deportiva para el colegio Santiago Apóstol. En la zona de Vicente Gallart y Vicente Brull se permitirá el paso de coches y desde Vicente Brull hasta Barraca será una plataforma única con preferencia peatonal y se pondrán realces en los cruces para que se reduzca la velocidad por la proximidad de dos colegios.Durará nueve meses.
El tercer proyecto se hará en la explanada del mercado del Cabanyal, que pasará a ser zona peatonal con juegos para niños, aparatos biosaludables y zonas de descanso y se respetarán las zonas de carga y descarga de comerciantes. El periodo de ejecución será de nueve meses.
Y la cuarta obra está en Francisco Eiximenis con Vidal de Canelles, Mijares y Lavador, se renovará la calzada y se pondrá mobilario. Estos trabajos durarán diez meses.
A todo ello se suma el nuevo centro de día y la escoleta para niños.
El coste real que hubiese supuesto la Copa América será un enigma sin resolver. Claro está que, dependiendo del ajuste fino, el canon a pagar al New Zealand oscilaba entre 70 y 80 millones. Caso aparte eran las inversiones en infraestructuras necesarias para el evento que tendrá lugar en 2024, y cuyo coste no se llegó a precisar. Es más, ahora en Barcelona no ha trascendido (al menos por el momento) ninguna estimación.
En Valencia se habla de la realizada por las Consellerias implicadas, cuando Málaga empezó a cobrar fuerza como candidata. Entonces se elaboró un informe que valoró los trabajos en 120 millones. De esta cifra, por ejemplo, habló la concejala de Deportes, Pilar Bernabé, en el pleno del Ayuntamiento durante su turno de intervención por una moción presentada por la popular María José Catalá.
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Al parecer, la Marina también tenía sus estimaciones, que iban de los 23 millones a los 35, en función de los trabajos que se realizasen, siendo la estimación más barata el mínimo exigido en el contrato redactado por el New Zealand. En ese acuerdo se incluía la obligación de construir un edificio que sirviera como sede para el sindicato defensor de la Jarra de las Cien Guineas. Esta infraestructura se hubiera quedado posteriormente para su uso como escuela y museo de vela.
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