La entrada de Urgencias del Hospital Clínico de Valencia provoca continuos quebraderos de cabeza. Pacientes, familiares y sanitarios se quejan de la falta de ... intimidad que tienen los enfermos cuando llegan al centro, ya que ni siquiera los que son trasladados en ambulancia y están graves disponen de una zona más privada para acceder al recinto. Tienen que recorrer un tramo de la calle a la vista de todos, ya sea en camilla o a pie, justo delante de dos bares repletos de gente, con coches circulando y peatones que se cruzan justo por esa acera donde están las puertas de urgencias. Es una situación que llevan ya soportando cerca de tres años, desde la última reforma, y que supone otra herencia envenenada más del Botànic.
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«Esto no pasa en ningún otro hospital de Valencia», dice un conductor de ambulancias que acaba de traer un enfermo al Clínico. «En el General, La Fe o el Peset podemos acceder dentro y dejas a los pacientes sin que los vean», añade. Además, en muchas ocasiones esa zona de la entrada de urgencias por la calle Menéndez Pelayo se convierte en una ratonera, porque en el carril por el que circulan los vehículos privados paran a menudo furgonetas grandes a descargar material para los bares, lo que provoca que muchos coches sorteen el obstáculo e invadan el carril específico de las ambulancias, que se colapsa. Y al final el enfermo es trasladado en camilla o silla de ruedas entre el paso de coches, bicicletas, clientes del bar que miran y peatones que se le cruzan en la acera.
Este problema se repite cada día desde que hace tres años la Conselleria de Sanidad reformó esta parte de la fachada del hospital y el Ayuntamiento modificó los carriles de la calle. Decidieron eliminar la entrada para ambulancias que había en la parte de la calle Gómez Ferrer, que accedían directamente al interior, y también por Menéndez Pelayo, y los pacientes no tenían que pasar por la vía pública entre el resto de gente. Pero tras esta reforma, dependiendo del número de ambulancias que hayan estacionadas, un enfermo tiene que atravesar en camilla una distancia de varios metros, a la vista de todos.
Las circunstancias se complican en días de lluvia o mal tiempo, ya que el enfermo sale de la ambulancia a la intemperie, donde pasa varios segundos antes de entrar al hospital mojado. «Hicieron un pequeño techo pero no sirve de nada, no protege y es un desastre, los pacientes se mojan», señala un facultativo de urgencias del Clínico. Los sindicatos no han recibido quejas oficiales por parte de los afectados, pero sí tienen constancia del problema diario que supone sobre todo para los enfermos.
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Desde el Hospital Clínico argumentan que las obras permitieron dejar espacio para que las ambulancias pudieran maniobrar mejor que antes y se creó una nueva sala de espera donde estaba la entrada de vehículos de transporte de enfermos. Construyeron dos entradas diferenciadas de urgencias, una para peatones y otra para ambulancias. Pero esas obras no han contentado a mucha gente a la vista de las críticas que se producen a diario. En esa entrada sólo para peatones continuamente paran en la puerta vehículos privados y taxis para dejar a personas enfermas, algunos con movilidad reducida, impidiendo el giro de los vehículos para el transporte de heridos por su carril habilitado.
El Clínico es, junto a La Fe, el hospital de la Comunitat que más entradas de urgencias registra diariamente, con una media de unas 500, por lo que ese conflictivo espacio de la calle Menéndez Pelayo convive continuamente con esa descarga de pacientes, que de forma muy poco desapercibida llegan en ambulancia, y muchos en muy mal estado, al centro hospitalario. La masificación de urgencias provoca que en este hospital frecuentemente se colapsen las salas, y ante la falta de camas en planta hay enfermos que han tenido que pasar hasta tres días en una sala provisional.
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Este problema debería arreglarse con la ampliación del Clínico, cuyas obras continúan y los trabajos de la fase 2, que incluyen la construcción de un edificio de consultas externas, está previsto que finalicen en el verano de 2024. Para el nuevo edificio de hospitalizaciones el plazo de finalización es en el segundo semestre de 2025. Una de las mejoras que se pretende hacer junto a la obra es solucionar los actuales problemas que hay con las pasarelas para conectar los edificios antiguos con los nuevos de forma que ni pacientes ni profesionales tengan que salir a la calle cada vez que cambien de ubicación.
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