Los secretos de la plaza de la Reina

A partir de ahí, el callejero romano, islámico y medieval cristiano se va tejiendo sobre el subsuelo de la plaza, ahora en plena reforma integral. Las obras del aparcamiento subterráneo entre 1969 y 1970 se hicieron con un inexistente control arqueológico, aunque alrededor queda mucho por descubrir. Esa es la razón de que el Servicio de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM) decidiera incluir una serie de catas en la excavación general todavía por hacer.

En el seguimiento realizado a la apertura de zanjas de servicios de Iberdrola y Emivasa han aflorado pavimentos y muros de distintas épocas, lo más antiguos estos últimos pertenecientes a los siglos IV y V, la época romana. Todavía es pronto para determinar a qué corresponden, según indicaron a LAS PROVINCIAS fuentes conocedoras del proceso, aunque dos de las catas estaban ya previstas ahí, en la parte norte y entre la fachada de la catedral y la zona verde.

¿Dónde se harán las catas exactamente? La respuesta se encuentra en el proyecto de la arqueóloga Marisa Serrano, de Semar Arqueología, perteneciente al equipo ganador del concurso del proyecto, que se completa con el arquitecto José María Tomás y la empresa Tes Ingenieros. El documento recoge fielmente la propuesta del SIAM y sitúa dos de las catas junto a la calle del Mar y las otras dos en la parte norte, entre las calles Cabillers y Corretgeria.

Cada una se realiza por un motivo distinto. La más próxima a la calle Micalet prevé encontrar restos de una de las puertas de la muralla romana, mientras que la cercana a la calle Barchilla se sitúa en el ámbito de la ciudad romana republicana.

La probable presencia de estos hallazgos permitirá cotejarlos con los aparecidos en la zanjas de servicios y poder formular una hipótesis sólida. De momento, lo único seguro es que en una perteneciente a cableado eléctrico afloraron los restos de un muro de los siglos IV y V.

Las otras dos catas decididas por el SIAM se sitúan junto a la calle del Mar. El documento indica la probable presencia de restos medievales en los aledaños del nuevo acceso al aparcamiento subterráneo. Una de esta será la mayor excavación al abarcar 66 metros cuadrados.

Conforme avancen las obras llegarán más arqueólogos y peones a la plaza. La asociación de Comerciantes del Centro Histórico expresó este viernes su temor a que los hallazgos demoren la finalización de la reforma más allá de mayo de 2022, aunque fuentes consultadas señalaron que no hay motivo para esto.

En todo caso, habrá seguimiento en lo que suponga excavar, como en las cuatro islas de contenedores soterrados o dos de los ocho báculos de 17 metros de altura cada uno, la principal fuente de iluminación de la plaza de la Reina, y que afectarán al subsuelo. Los otros seis se colocarán sobre la cubierta de hormigón del aparcamiento. Cuando la reforma esté acabada por completo, algunas zonas del pavimento tendrán otro color para recrear por donde pasaba la muralla romana y se sitúan sus restos.