Como quien clama en el desierto, sólo que esta vez se diría que lo hace ante un bafle a todo volumen, el Síndic de Greuges ... ha vuelto este año a investigar las macroverbenas de Fallas. Lo ha hecho tras una denuncia del Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, que como en años anteriores ha vuelto a protestar por las grandes concentraciones de personas en entornos protegidos como los alrededores del Mercado Central y de la Lonja.
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En esta ocasión, las reuniones las noches de los días 16 y 17 en la plaza Ciudad de Brujas sorprendieron... bueno, en realidad no sorprendieron a casi nadie, porque ya ocurrió en 2018. Y en 2019. La pandemia y las Fallas de septiembre fueron un respiro pero las imágenes de miles de personas en la zona de más valor patrimonial de la ciudad corrieron de móvil en móvil. La entidad que preside Guardeño denuncia al Síndic que el Consistorio «ha vuelto a conceder permisos y licencias, por acción u omisión, para una serie de actividades que van en contra de la Ley de Patrimonio de la Comunitat Valenciana y que ponen en riesgo los bienes culturales y protegidos de nuestra ciudad».
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La entidad asegura que esta situación se ve agravada porque «ya eran conocedores y estaban advertidos de los problemas que esto había generado en años anteriores y aún así han reincidido en una serie de errores que deberían haber sido ya subsanados». El Círculo añade que el problema es el efecto llamada «incontrolado y desbordante que produce el hecho de permitir y dar licencia a tantas verbenas en un espacio monumental y patrimonial tan importante, que conlleva a su vez la celebración continua de botellones en estos entornos». La entidad censura «la propia incapacidad por parte del Ayuntamiento de Valencia a la hora de prevenir, gestionar, controlar y vigilar todos los problemas de orden público, incivismo y agresiones a nuestro patrimonio».
El Círculo hace un recorrido por las zonas en cuyo entorno se han instalado puestos de comida estas Fallas y que ha contado este diario, como la Casa de los Dragones de la calle Sorní, el convento de San José y Santa Teresa y la Iglesia de San Valero y San Vicente Mártir. «El máximo responsable de estos hechos es el Ayuntamiento de Valencia y sus respectivas concejalías, áreas y servicios, que han concedido y autorizado las correspondientes licencias y permisos a las comisiones falleras o a quienes las hayan solicitado sin comprobar si las instalaciones, ocupaciones o celebraciones cumplían o no con la legislación patrimonial o el Plan Especial de Protección de Ciutat Vella», señala la entidad.
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Así, el Síndic de Greuges da un mes al Consistorio para que remita «un informe detallado y razonado» sobre lo ocurrido. El documento debe incluir qué áreas o servicios municipales fueron los responsables de autorizar y conceder las licencias y permisos para la celebración de la macroverbena que tuvo lugar en la plaza Ciudad de Brujas, así como de la instalación de puestos de comida, bebida y todo tipo de elementos junto a las fachadas de los monumentos protegidos y dentro de sus entornos. El Síndic pide al Ayuntamiento que diga qué medidas ha adoptado «para depurar responsabilidades por los incumplimientos denunciados».
Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural no vería con malos ojos la instalación de 'verbenódromos' lejos del centro, como ya ha planteado la Federación de Ocio y Turismo (Fotur). Fue la misma semana de Fallas cuando la propuesta empezó a comentarse en varios foros. La idea es 'copiar' el modelo de la Federación Interpeñas de Zaragoza, que organiza las fiestas de la capital maña como El Pilar o la Cincomarzada en distintas ubicaciones situadas lejos del centro, como el Auditorio Interpeñas, situado al sureste de la ciudad, o el Parque del Tío Jorge, localizado, este sí, más cerca del centro pero al otro lado del Ebro, en el norte de la urbe.
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La propuesta de Fotur incluye distintas ubicaciones posibles, como el entorno de Campanar o la Marina de València. Esta misma semana, el presidente de Junta Central Fallera, Carlos Galiana, no ha cerrado la puerta a prohibir las verbenas en el centro y sacarlas de la ciudad. De hecho, Galiana no quiso descartar, en una rueda de prensa celebrada el pasado miércoles, la apertura de un proceso de diálogo con todos los actores falleros para mejorar y combatir estos macrobotellones. «Debemos dedicarle una reflexión, un 'pensament' que se dice, sobre qué hacer con ello», comentó Galiana.
Parece, por tanto, que a la tercera irá la vencida. Tras las imágenes de 2019, con gente orinando en la fachada de la Lonja, el traslado de las verbenas a Ciudad de Brujas ha conseguido evitar esas actitudes incívicas y, además, el vallado del Mercado Central ha permitido alejar ligerísimamente la fiesta de sus paredes. Sin embargo, no ha sido suficiente y miles de personas se dieron cita en una celebración descontrolada en la que, además, falleció un joven en un trágico accidente tras caer de cabeza en las escaleras del aparcamiento que gestiona la EMT en la plaza.
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En total, la Policía Local ha impuesto estas Fallas un total de 15 denuncias por desmanes en las verbenas. Los vecinos han protestado también en varias ocasiones por las molestias derivadas del ruido y por la basura de la que se veían rodeados cualquier mañana de la semana grande de las fiestas josefinas.
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