El Síndic pega otro 'palo' al Ayuntamiento para reclamar la conservación de una alquería

«Recomendamos que se adopten con determinación todas las medidas que sean necesarias para proteger las pinturas murales que se encuentran en el interior de la alquería, garantizar la limpieza, el desbroce y el mantenimiento regular de su jardín, evitar que los grafitis y las pintadas sean tapadas con capas de pintura plástica en lugar de ser eliminadas por profesionales de la restauración y, finalmente, lograr la rehabilitación y puesta en valor de este bien de relevancia local», indica la resolución.

La medida se toma después de la denuncia presentada por la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio, entidad que desde hace años realiza un seguimiento al estado del inmueble. No en vano, el escrito imndica al Síndic que sus «últimas recomendaciones fueron emitidas en junio de 2015 y tras comprobar el estado de abandono del edificio y de su entorno de protección nos vemos en la obligación y el deber de volver a informarle».

La denuncia surgió al percatarse miembros de la asociación que varias pintadas en la fachadas habían sido tapadas con pintura blanca, no eliminadas. También comprobamos que el jardín está lleno de vegetación, sin un mantenimiento regular y con abundante maleza que hay».

La primera denuncia se remonta a 2013 y las intervenciones que ha realizado desde entonces el Ayuntamiento no han logrado mermar el estado de abandono de la alquería, que forma parte de un gran proyecto en torno a la ampliación del parque de Benicalap hasta la ronda norte.

«Desde 2010 tenemos constancia de la existencia en el interior de esta alquería de unas pinturas murales únicas y de gran valor que decoran la cocina y otras habitaciones. A fecha de hoy, desconocemos en qué estado se encuentran», indican.

Por esta razón, solicitan al Ayuntamiento que realice las «inspecciones oportunas y que informe al respecto, así como que detalle qué medidas se han tomado para evitar su deterioro».

La alquería actual procede de una reforma de mediados del siglo XVIII, aunque sus raíces se asientan en la época tardomedieval. La torre coronada por almenas es su elemento más característico y está protegida al igual que el resto. Llegó a manos del Ayuntamiento en la operación de permuta con el Valencia por el solar donde se asienta el nuevo estadio y el uso previsto está por definir, aunque en su día se habló de una escuela de hostelería relacionada con la huerta.