Las sombras del viejo cauce

Sin embargo, sufre el deterioro propio de sus grandes dimensiones pero también de la falta de actuación municipal. Pintadas, basura y desperfectos son habituales en un recorrido por el antiguo cauce. Después está el caso de los puentes históricos, un tema candente desde hace varios años ya que se encuentra a la espera, tras varias reclamaciones por parte de asociaciones culturales y vecinos, de una rehabilitación de sus revestimientos. Unas intervenciones que en determinados casos podrían resultar urgentes ya que el deterioro de estos pasajes históricos parece ir acentuándose conforme uno se adentra más en el viejo cauce.

Si bien es cierto que varios de estos puentes cuentan con los daños propios de una construcción hecha hace varios siglos existen algunas zonas que precisan de actuación como el puente del Real, que se encuentra con grietas y zonas desconchadas en el pavimento así como fisuras en los pretiles. Estos daños ocasionan que en períodos de lluvia el agua se filtre con facilidad formándose goteras. La evidencia se puede comprobar en la cantidad de moho y vegetación que asoma por sus alrededores.

El puente histórico del Mar también cuenta con pequeños agujeros en el suelo y se puede observar cómo las juntas se han ido separando con el transcurso del tiempo. No es la primera vez que se denuncian estos hechos ya que son varias las ocasiones en las que el Síndic de Greuges ha denunciado al Ayuntamiento de Valencia sobre el estado de los puentes históricos considerados un Bien de Relevancia Local (BRL). Durante el recorrido de la vía urbana a través del Jardín del Turia puede percibirse una situación parecida al hallar desperfectos en determinados tramos del carril bici cuyo terreno presenta irregularidades y zonas agrietadas que son preligrosas para los ciclistas y viandantes.

Además, las pintadas son habituales en todo el parque urbano tanto en los laterales del cauce como en los mismos puentes y áreas reservadas para el deporte. El espacio situado a la altura del puente del Reino de Valencia donde los jóvenes practican skateboard fue rehabilitado hace un tiempo pero los graffitis no han tardado en volver a aparecer.

El Jardín del Turia constituye la espina dorsal de la ciudad y suma una distancia de 10 kilómetros que finaliza en el parque de Desembocadura, que forma parte del plan de proyectos nuevos que presentará el Consistorio este verano. Sin embargo, el área está todavía pendiente de ser construida y por el momento se ha convertido en un lugar de acumulación de residuos.

El antiguo cauce lleva décadas siendo un espacio de recreo tanto para niños como adultos y se le denomina comúnmente el pulmón de la ciudad por sus zonas verdes y porque constituye un lugar ideal para conectar con un ambiente más natural y saludable. Durante el mes de junio y con motivo de celebrar el 35º aniversario del antiguo cauce del Turia convertido el Ayuntamiento llevará a cabo un programa de rehabilitación de algunos de los tramos del viejo cauce, además de proceder a la reapertura del parque de Gulliver. Lo prometido es también elaborar un plan de rehabilitación del Parque de Cabecera y un proyecto de mejora y acondicionamiento del Jardín.