El deseado traslado de la subestación eléctrica de Patraix

Pasados los 16 años, la subestación todavía no se ha trasladado, a pesar de las promesas de unos y otros y, por eso, los residentes han salido este lunes de nuevo a la calle para que los políticos cumplan sus promesas. Han sacado las cazuelas de las cocinas para hacer una sonora cazerolada con el lema de '¡Traslado, ya!'.

Cabe destacar que hace justo un año el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que además reside en el barrio, preguntado por LAS PROVINCIAS reconoció que el traslado se había quedado «un poco durmiendo», y así sigue, porque se habló de alejarlo hacia la V-30, pero nunca más se supo de ello y la subestación sigue en funcionamiento.

La asociación de vecinos de Favara, organizadora de la cazerolada, espera que el malestar llegue al Ayuntamiento para que, ahora que están en plenas elecciones, se comprometan a hacerlo ya.

A la espera de que el traslado se haga efectivo, los vecinos quieren que las máquinas entren ya en el solar adjunto, en la calle Campos Crespo, donde el Consistorio tiene previsto crear una plaza.

Cabe recordar que la concejalía de Desarrollo Urbano el pasado año pagó tres millones de euros para adquirir varios solares y «nos dijeron que a lo largo de mayo vendrían con las máquinas a hacer las obras. Esperamos que así sea porque nos hace mucha falta tener una plaza para los vecinos. Llevamos muchos años reivindicándolo», comenta Toña Gómez, portavoz de la asociación de vecinos Favara, perteneciente al distrito de Patraix.

El proyecto se incluye dentro del programa 'ciudad de plazas' que promueve el Consistorio, pero falta que se haga realidad. Hoy por hoy este espacio es un solar «que está invadido siempre por coches. En una parte se acotó para aparcamiento temporal y en la otra tuvimos que poner ruedas con cemento para que no pasaran y estuviera diáfano y como espacio vecinal, pero queremos tener nuestra plaza».

Para hacer realidad este proyecto, el Ayuntamiento tendrá que invertir cerca de 800.000 euros en un solar de unos 500.000 metros cuadrados e incluirá también la remodelación de las calles Ramón Perellós y Folch Cardona.

En la misma calle de Campos Crespo, a la altura del número 21, frente a un supermercado, también hay otros solares, en este caso privados, pendientes de edificar, y llenos de coches y en este punto las aceras están por hacer. «Resulta que hasta que los constructores no hagan las fincas, como carga urbanística, quedan pendientes las aceras y es un perjuicio para los vecinos», comenta la portavoz de Favara.

Además, el diseño de los solares y del espacio cimentado pero sin aceras «se come media calle y llevamos tiempo reivindicando que se actúe», añade. En la calle Montesa con Pintor Agrasot ocurre lo mismo: hay un solar donde no se ha edificado «y tampoco tenemos aceras ni se hace la alineación de la calle». Y lo mismo ocurre en otro tramo de la calle Montesa, «donde hay un solar vallado y obliga a los viandantes a hacer un requiebro».

Ya junto a la estación de metro de Zafranar el problema es distinto. «En este caso, cuando ampliaron la zona ORA detrás del hospital Peset, vallaron el terreno entre Pintor Agrasot y Juan de Garay y la gente no puede dejar el coche. Sería un punto perfecto para hacer un aparcamiento disuasorio y fomentar el uso del metro, pero se ve que prefieren dejarlo cerrado», añade Toña Gómez.

Un asunto que también preocupa en el barrio es la cantidad de casas antiguas, de principios del siglo XX que están cerradas, en mal estado y algunas ocupadas en zonas como la calle José Zaragozá o Agustina de Aragón. «No están protegidas y tememos que estén especulando, esperando que haya constructores que las compren para hacer fincas. Si se hubiera actuado, protegiéndolas, seguro que las arreglaban», añaden en Favara.

A todo ello hay que sumar que «tenemos un centro cívico hecho hace dos años y que no se ha puesto en marcha y en el barrio faltan bancos, para que se puedan sentar las personas mayores y que nos quiten elementos como una antigua cabina de teléfonos de Gaspar Aguilar».

Ya en la zona del casco histórico de Patraix, la asociación de vecinos de Patraix lleva más de 20 años pidiendo la apertura de la calle Dibujante Manuel Gago. «Está sujeta a la aprobación del plan del casco histórico y también hay actuaciones urbanísticas a nivel privado que se tienen que hacer en la zona», indica Toni Pla, presidente vecinal.

En este tapón urbanístico hay viejas naves, unas chimeneas protegidas y un edificio en mal estado que actualmente sirve de cobijo a decenas de palomas. Un vecino de la zona, Alejandro Moreno, detalla que vive 40 años en esta zona «y estas naves siguen ahí y cada vez con más palomas».

Moreno añade que no entienden «cómo es posible que Ribó viva en el barrio y esto siga en este estaco de abandono». Y señala que en alguna ocasión «lo he visto por aquí y le he preguntado en tono irónico qué le parece esta 'Capìlla Sixtina'».

Este vecino, además, argumenta que unos amigos tienen una casa en el casco antiguo «y le han tardado muchísimo en darle la licencia para rehabilitarla. En lugar de facilitarlo, todo son pegas».

El hornero del barrio, José Compañ, recuerda que justo en este punto de Dibujante Manuel Gago, «donde tienen que abrir el tapón, pasa la acequia de Favara y mi abuelo me contaba que antiguamente el agua iba muy limpia e incluso se bañaban». Recuerda que estas naves han tenido usos varios «como un taller eléctrico y para hacer colchones, pero ahora hay que arreglarlo todo». En otra de las naves había una fábrica de tintes y, de hecho quedan las chimeneas.

Desde la asociación de vecinos de Patraix, Toni Pla, explica que siempre «hemos reivindicado que dejaran intervenir en este espacio urbanizarlo ya, independientemente que luego construyan lo que esté acordado».

En cuanto al plan especial de Patraix, Pla detalla que ya se ha dado el visto bueno, «falta que se publique. Supondrá una gran mejora para el barrio, esperamos que vayan surgiendo rehabilitaciones y las acciones públicas de urbanización».