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Se trasladaron hace cinco años a Valencia desde Punjab, en Pakistán, pero pese a estar a más de 6.700 kilómetros de distancia de su ... ciudad de origen, Navid puede comer con su mujer y su hija platos típicos de su país, con ingredientes de su tierra. Es posible gracias a un supermercado especializado en productos de este lugar y de India que ha abierto recientemente en Valencia. Se trata de un sector cuyo negocio está consolidado en la ciudad y que en el último año ha aumentado.
Hay numerosos establecimientos de alimentación que venden únicamente productos de un país extranjero. En Valencia existen supermercados de artículos búlgaros, argentinos, rumanos, rusos, ucranianos, indios, pakistanís, colombianos, estadounidenses, italianos, chinos, y otros que agrupan a varios países como locales de alimentación temática árabe, asiática, sudamericana y africana. Y todos ellos cuentan con una fiel clientela de emigrantes que buscan el recuerdo del sabor que probaban en su país de origen.
Aunque, eso sí, todos han notado el incremento de costes, que se ha cebado con los transportes. Traer productos desde miles de kilómetros a España se ha encarecido notablemente en el último año, casi el triple, lo que ha obligado a estos locales a aumentar sus precios. No faltan los clientes españoles, que quieren también probar sabores diferentes tal y como se venden en otros países. Pero en general los asiduos son los emigrantes que pretenden sentirse como en casa tan lejos de su tierra. No son establecimientos pensados para ir a hacer la compra diaria, sino para artículos concretos típicos que sólo se venden allí, y por eso están especializados y tienen éxito.
En el barrio de Mestalla se encuentra el supermercado búlgaro Tangra. Tiene una foto a tamaño natural en la puerta del legendario exfutbolista Hristo Stoichkov, que tantos partidos jugó en el cercano estadio con el FC Barcelona en los años 90. El establecimiento se encuentra a pocos metros del consulado de este país y se nutre en gran medida de sus compatriotas que van a hacer algún trámite allí. Emilia es empleada del establecimiento: «Tenemos clientes españoles pero la mayoría son búlgaros y lo que más se llevan es nuestro queso, que es tipo feta natural y yogures. Aunque vendemos de todo, especias típicas para hacer sopas, embutidos tradicionales, carnes».
Por ejemplo para hacer platos típicos como 'tarator' o 'gyuvech' allí disponen de todos los ingredientes específicos. «Tenemos también una bebida que se llama 'boza' que es parecida a la horchata y también nos la piden mucho los clientes», destaca Emilia. «Llevamos diez años aquí y se mantienen estables los ingresos, vienen búlgaros de otras ciudades de la provincia a comprar aquí, pero es verdad que los gastos han subido mucho y se nota. Cuando viajamos a Bulgaria nos traemos los coches cargados de productos para intentar abaratar algo los costes de importar los alimentos», reconoce.
En Torrefiel, Marcelo hace las delicias de la comunidad argentina con el supermercado 'Sabores del sur'. Carlos y Margarita son clientes habituales. Vinieron hace 20 años de Buenos Aires y todas las semanas compran productos que les trasladen a su país. «Nos llevamos mate, masa para hacer empanadas, dulce de leche», señala el marido. La señora añade: «Venir aquí es una tentación, supone el recuerdo de los sabores de mi país, somos nostálgicos y nos encanta. Compramos empanadas, alfajores, galletitas saladas típicas de allí, harina de maíz», cuenta. El propietario explica que tienen unos 50 clientes diarios, pero en los últimos seis meses ha visto cómo aumentan «tres o cuatro clientes nuevos cada semana que acaban de venir a España». En total cifra en un incremento de un 30% la facturación este año.
Un lugar de referencia en Valencia con 20 años de experiencia es el supermercado de productos rusos y ucranianos junto al cauce del río en Menéndez Pidal. Alimentos de dos países que siempre se han vendido juntos y que ahora están divididos por una guerra. Julia y Natalia son madre e hija que vinieron hace un año desde Vinnytsia, cerca de Kiev (Ucrania). «Hay alimentos en esta tienda que solía comer en mi país. La compra general la hacemos en supermercados comunes de aquí, pero en este venimos a por ciertas cosas especiales para cocinar como lo hacíamos allí», cuenta la hija, que se maneja mejor que su madre en castellano. «Desde que empezó la guerra se nota que faltan productos de todo tipo de mi país, llega menos cantidad», lamenta, y admite que lo están pasando mal por los familiares que siguen en Ucrania. Llevan dos bolsas con legumbres, quesos, caramelos y galletas, todo típico ucraniano. En la tienda hay varios clientes, algunos de ellos rusos. La dependienta apunta que venden todo tipo de productos de ambos países «desde cosas más baratas hasta caviar», dice.
El pakistaní Navid busca por los pasillos del supermercado Taj Mahal en la avenida Tres Cruces de Valencia, especializado en comida de India y Pakistán. «Nos gusta cocinar un 'biryani', plato típico de mi país que lleva arroz, carne, jengibre, especias y aquí encontramos todos los ingredientes. Me llevo también empanadillas ya hechas y carne 'halal' (una palabra árabe que quiere decir permitido, autorizado o saludable, porque no es de cerdo)», asegura.
Su compatriota Nadim es de Islamabad, la capital, y también frecuenta este establecimiento. «Suelo venir a por especias, harina de garbanzos, sémola, arroces, lentejas típicas para hacer platos tradicionales que en tiendas españolas no encuentras. Para el resto, como es aceite, agua, leche, patatas y todo eso ya están los supermercados normales», indica. «Me gusta encontrar productos de mi país aquí. Mis hijos han nacido en España y si no fuera por estas tiendas no probarían la comida típica nuestra», argumenta. El local ofrece también productos preparados como dulces pakistanís y en la época del Ramadán, como es ahora, muchos dátiles. «Hemos notado que desde que abrimos hace cuatro meses no dejan de aumentar los clientes», cuenta Jessica, dependienta encargada.
Y en el barrio del Ensanche está 'Taste of America', con productos de Estados Unidos y algunos también de Canadá y Australia. «Nuestros clientes son la comunidad americana en Valencia, porque aquí les ofrecemos un pedacito de su país, aunque también vienen españoles para probar cosas», apunta Laura, la comerciante. En los días previos a Acción de Gracias venden muchos pavos con los ingredientes que más se utilizan en el país norteamericano y durante el año «refrescos de sabores raros, mezcla para tortitas, bagels auténticos, mantequilla de cacahuete, salsas de barbacoas, chucherías típicas de allí y chocolates», expresa la dependienta.
Además, al final de calle Bailén está Hiper Asia, el supermercado asiático más grande de Valencia, con cientos de productos chinos y japoneses, principalmente, que ofrece frutas y verduras importadas desde ambos países, bebidas exóticas, frivolidades desconocidas e innumerables tipos de snacks de múltiples sabores. Más reconocibles para cualquier español son los productos que venden en 'L'Officina del gusto', supermercado italiano que también se encuentra en el Ensanche. La harina y la pasta italianas son las reinas para los clientes, pero también dulces, productos frescos y salsas.
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