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La casa que hace de tapón en la calle Pintor Matarana. Damián Torres

El tapón comercial de Benicalap

Una casa en mal estado divide la calle Pintor Matarana, en la zona con más vida del barrio, dificulta la conexión con la parte nueva del distrito y los vecinos pedirán a la alcaldesa Catalá que agilice una solución

José Molins

Valencia

Lunes, 12 de junio 2023

En plena zona comercial del barrio de Benicalap llama la atención un tapón urbanístico que impide un mayor desarrollo y la conexión con la ... parte nueva del distrito, Nou Benicalap. Se trata de una casa vieja y en mal estado que hay en el cruce entre las calles Pintor Matarana y José Grollo, en el número 70 de esta segunda vía. Supone un auténtico freno para la otra parte de la calle y la diferencia es abismal.

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Mientras el tramo más cercano a la avenida Burjassot está repleto de bajos comerciales abiertos y lleno de vecinos y clientes, la otra parte más allá de la casa en cuestión es un desierto. Todas las persianas bajadas, anuncios de 'se vende' o 'se alquila' en muchas plantas bajas. Y quien camina por allí, lo hace de paso. Ese tapón urbanístico condena al segundo tramo de la calle, entre los números 17 y 26, a vivir aislados del corazón comercial del barrio. Porque la zona está rodeada de pequeños establecimientos, entre Matarana y la avenida Burjassot por un lado, y en la avenida Ecuador por el otro, ya en Nou Benicalap. Pero allí no hay ninguno porque la casa abandonada frena el paso de clientes.

Los vecinos ya están cansados de la situación y la Asociación vecinal de Benicalap quiere pedir al nuevo gobierno municipal liderado por María José Catalá que ponga una solución. «Es una petición que llevamos años reclamando, porque en el plan urbanístico figura que esa casa sería derribada para alinear toda la calle, pero hasta ahora el Ayuntamiento no la ha querido expropiar y seguimos así», dice Chelo Polo, presidenta de la asociación. «Es una lástima porque esa otra parte ganaría mucha vida comercial que ahora no tiene, es un tramo muerto», apunta la líder vecinal.

Tramo de Pintor Matarana con las plantas bajas cerradas y la casa al fondo. J. M.

La casa tiene una superficie de 440 metros cuadrados, y con los 19 metros lineales de fachada que mide impide la continuidad visual de la calle, y obliga a un giro cerrado y estrecho por la calle Barig. La edificación está dividida en dos viviendas, la del número 70, que es la que más dificulta la línea de la calle y donde al parecer todavía vive un hombre mayor al que los vecinos afirman que apenas ven, y la del 68, donde también en alguna ocasión han visto a una mujer, que identifican como la hija del propietario. La solución pasaría por una expropiación municipal del terreno para unificar la calle y conectar las dos partes del barrio, el antiguo con el nuevo.

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Antonio vive en ese otro tramo de Pintor Matarana que se encuentra taponado. «Si tiraran esa casa tendría mucha más vida la calle, sentimos que estamos encerrados en un callejón, esta parte está fuera de comercio y podría tener las mismas tiendas que en las calles de alrededor si no fuera por esa casa», expresa el vecino. «Por aquí han abierto varias empresas en locales, pero ninguna funciona, todo cierra porque no pasa gente. Esto deberían haberlo derribado hace años, pero el Ayuntamiento no ha querido pagar nunca para expropiar. Es un embudo», destaca.

También se muestra en esa línea Pedro, vecino desde hace varias décadas del barrio. «Pasan los años y esto está igual, lo tienen que expropiar y pagar porque este tramo de calle así es un desastre. Ahí está todo abierto y lleno de gente y aquí en la misma calle, todo cerrado y solitario, da pena», lamenta. Raquel además piensa que la calle «conectaría con Nou Benicalap, que hay mucha gente joven y vendrían más por aquí, porque esto afea una parte de un barrio que va en auge, le daría otra vida». Y Carmen apunta que «tendría doble valor la calle, lo han pedido muchas veces pero el Ayuntamiento nunca ha dado el paso para derribar esto. Lleva bastantes años deshabitada y sería bueno para el barrio que lo tiraran», indica la vecina.

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Tramo en 'zigzag' entre la avenida Burjassot y Garbí, con otra casa que rompe la línea de la calle. J. M.

Uno de los últimos proyectos que presentó Joan Ribó en la campaña electoral fue la creación de nuevas líneas de metro y tranvía. Una de ellas sería la línea 6, que crearía una parada nueva en Nou Benicalap que conectara con la de Garbí. El proyecto no tenía definido por qué calle transcurriría el tranvía en esa nueva conexión, pero el paso natural por la forma de las calles y la situación sería por Pintor Matarana, y para ello las vías deberían atravesar la casa en cuestión. Aunque el plan, según la Concejalía de Movilidad, también barajaba otras opciones como la de hacer un túnel de 600 metros de largo entre la calle La Safor y la avenida del Levante UD, con la parada de Garbí soterrada.

Además, en la parte inicial de Pintor Matarana, en su cruce con la avenida Burjassot y la calle Garbí, también hay otra casa fuera de la linealidad del resto y que obliga a vehículos y peatones a hacer un 'zigzag' para conectar con la calle Florista. En esa esquina hay una planta baja con un comercio abierto de una óptica familiar, y la planta de arriba está deshabitada. El plan urbanístico también contemplaba que esa casa fuera derribada para ampliar la calle, y así selo hicieron saber hace años al propietario del comercio, pero nunca se ha hecho, mientras la vivienda colindante, que recae a las vías del tranvía en Florista junto a la parada de Garbí, se ha ido degradando mientras los propietarios esperaban una expropiación o un retranqueo de sus límites, hasta el punto de que ahora se encuentra okupada y muy deteriorada.

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