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Es complicado imaginar cómo es el día a día de un conductor de la EMT, con jornadas de varias horas al volante de un monstruo de hasta 12 metros de largo. UGT denunció este jueves que, además de la presión inherente al servicio, los inspectores ejercen un «control continuo» sobre quienes están al volante de los coches. «Cuando suben de ir al baño, les preguntan dónde estaban los últimos diez minutos y por qué el autobús lleva tanto tiempo parado», explica Fani Chardí, secretaria general de UGT en Valencia, que denuncia la «intimidación y el acoso laboral» a los trabajadores por parte de la empresa.
«La presión de directores y gerencia a los subordinados se traslada en la calle. Hay mucha tensión por la falta de servicio», asegura Chardí. UGT emitió este jueves un comunicado en el que señalaba que al ver el cuadro de servicio, esto es, cuántos autobuses habrá de cada línea, para el próximo año, se han encontrado con que la oferta es «la misma que este ejercicio, cuando esperamos que en 2022 haya menos pandemia y más demanda», según la dirigente.
«La intimidación sometida, el control continuo, que pidan explicaciones con frecuencia de los tiempos o de cualquier cosa que haga el conductor, es una forma de intimidar al trabajador. Todo esto valorado desde Correo Viejo. Quizás si se hubieran molestado más de una vez en ir al lado de algún conductor durante su jornada, podrían entender de qué estamos hablando. Esto también lo trasladamos a otros directores e incluso a Gerencia», indica el comunicado, que apunta directamente a una directiva: «Los responsables del área de Operaciones, en este caso encabezados por la directora del Área de Operaciones, Beatriz Garrote, se exceden en cuanto al trato al personal de conducción».
La situación hoy en día en la empresa, según UGT, es que los autobuses «van llenos todo el día, con minutos de retraso» porque «faltan convoyes». «Llevamos un año bastante difícil porque los conductores están trabajando con retrasos», señala la secretaria general del sindicato en la compañía, que asegura que la empresa «no termina de captar» que a pie de línea «los nervios están a flor de piel». «Explota las líneas, pero en vez de poner más autobuses lo que hacen es sustituirlos por gusanos», comenta. 'Gusanos' es jerga de la EMT para referirse a los autobuses articulados que actualmente trabajan en líneas concretas como la 92, la 99, la 25 o la 19.
«Hay bastante absentismo en la plantilla de conductores causado por el año tan malo que llevamos», alerta Chardi. «Antes de la pandemia había más de 1.200 conductores y ahora no llega. La previsión es tener el año que viene en torno a 1.190», dice la secretaria general de UGT, que cree que los problemas económicos de la empresa «hacen que no salga todo el servicio». «No hay demanda, pero ahora está subiendo», dice, y termina: «Los autobuses van totalmente completos» en la mayoría de las líneas.
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