Las comisiones de la Seu-Xerea-El Mercat pierden 200 falleros tras la instalación de las cámaras en Ciutat Vella

La imposibilidad de acceder a las demarcaciones falleras en vehículos, para acudir a las juntas directivas semanales o para asistir a los actos culturales, festivos o cenas programadas durante todo el año, ha hecho que el censo de las trece fallas del sector agrupación la Seu-Xerea-El Mercat adelgace de forma notable.

El presidente de esta agrupación, Tono Fagoaga, detalla que en 2020 el número de falleros asociados llegaba a los 2.609 «y en el año 2021 ya tuvimos una bajada bestial. Nos quedamos con 2.182». Con estos datos reflejados en la Junta Central Fallera, entonces fueron 427 los falleros que se borraron de estas comisiones.

Más allá de algunas bajas que se pudieran producir como consecuencia de las restricciones de la pandemia, Fagoaga tiene claro que «aquí el descenso que estamos sufriendo no es principalmente una cuestión de problema económico, lo que nos está perjudicando son las restricciones de acceso por las cámaras de Ciutat Vella y la imposibilidad de aparcar y de hacer ciertas actividades».

Cabe recordar que las cámaras se instalaron en 2021 en la plaza Portal Nou (calle Salvador Giner); la calle Corona, la plaza del Mercado, la calle Salvador y calle Vieja de la Paja con la plaza de Brujas. En esta agrupación pasaron de tener en 2020 un total de 2.609 falleros a 2.182; en 2022 la cifra era de 2.216 y ahora han podido recuperar algunos más, ya que en 2023 hay censados 2.408, pero recuerda que «seguimos sin conseguir las cifra de 2020. Tenemos 201 falleros menos que antes de tener las cámaras».

De hecho, se pregunta «¿cómo es posible que el censo fallero suba en general en las fallas de la ciudad y en las fallas del centro, en el área de influencia de las cámaras, baja?». Fagoaga detalla que el «85% de los falleros que tenemos censados viven fuera de Ciutat Vella y si ven que es difícil tanto acceder en coche como aparcar, pues acaban apuntándose a la falla que tienen bajo de sus casas, que es más cómodo».

Añade que, en muchos casos, los falleros que no continúan nos explican los motivos «pero eso se nota también en que va menos gente a las juntas y a los actos programados, porque cuesta llegar, a no ser que cada vez vayas a un parking y si estas varias horas, te salga cara la asistencia».

Como ejemplo, Fagoaga cita que en el grupo de teatro de su comisión, «hace dos años éramos 27 componentes y ahora somos 15, ya que menos tres todos viven fuera de Valencia. Ensayamos por la noche y hay algunos que tienen que venir en autobús y al final se cansan y van asistiendo menos».

Los falleros explican que a la zona de las cámaras «a las asociaciones culturales sólo nos permiten autorizar dos matrículas al mes, cuando en el caso de los vecinos son diez». Incluso cuando en la semana grande de la fiesta tienen que acceder los artistas o las grúas, tienen que dejar los pases autorizados de las fallas.

Fagoaga también recuerda que, en el caso de los hoteles, «tienen la posibilidad de registrar un determinado número mayor de matrículas, en función de las habitaciones y de las plazas de parking disponibles. En nuestro caso podría ser una proporción tendiendo en cuenta el número del censo de cada falla».

En agrupaciones vecinas, como la del Carmen, sí ha subido un poco el censo y en El Pilar-San Francesc, que no están en la zona de las cámaras pero sí en puntos donde es difícil aparcar, tienen 32 menos que en 2020.

En las tres agrupaciones reconocen que la asistencia a los actos baja porque los falleros no pueden llegar en transporte privado.

Por eso, solicitan medidas que permitan frenar esta situación. Así, por ejemplo, desde el sector agrupación la Seu-Xerea-El Mercat ya han lanzado propuestas al Ayuntamiento de Valencia, como «que no se sancione con las cámaras en los días centrales de fiesta y que esto se incluya en el bando, al igual que se recoge la eliminación del horario en la zona azul de aparcamiento».

También admiten que les gustaría poder negociar con el Ayuntamiento unos bonos falleros «para poder aparcar con unos precios acordados tanto para cuando tengamos juntas como de viernes, desde las 20 horas y hasta el domingo por la noche, para que la gente pueda aparcar a precios asequibles y así poder asistir a los nombramientos de las falleras, a la semana cultural y a los actos que se organicen».

Otra de las peticiones en la que coinciden tanto en la Seu-Xerea-El Mercat, como en El Pilar-Sant Francesc y el Carmen, es la necesidad de poder volver a aparcar en el carril bus por las noches en puntos como Guillem de Castro o el puente situado junto al Ivam.

En el Pilar-San Francesc, donde en 2020 tenían 2.532 falleros; en el año 2021 un total de 2.281; en 2022 la cantidad de 2.411 falleros y los 2.500 en 2023 (sin llegar a la cifra de 2020), el presidente de la agrupación, José Felipe Villanueva, reconoce que se nota «menos asistencia de miembros a los casales. En nuestro caso, no por las cámaras, sino por la falta de aparcamiento. Desde que quitaron la opción de aparcar en el carril bus e implantaron las zonas naranjas y verdes, nos ha afectado».

En el caso de la agrupación del Carmen, donde sí tienen más falleros que en 2020, ya que han pasado de 2.154 a 2.272, el presidente, Antonio Villena, detalla que para los residentes con la APR «hay menos tráfico y ruido lógicamente» pero los falleros tienen dificultades para aparcar. Además, señala que en calles como Pintor Zariñera o Alejandro Soler hay zona naranja «y tampoco pueden usarlo porque desde el sábado a las 15 horas y hasta el lunes a las 9 horas sólo pueden estacionar vecinos, algo que se podía revisar».

También coincide con Fagoaga en la necesidad de acordar bonos para falleros en los parkings próximos ya que alegan que las fallas hacen actividades todo el año y son un potente motor cultural y si no se actúa contra las dificultades de acudir a los casales, será complicado retener a los falleros.