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Sentados en el suelo y con pancartas de protesta alzadas hacia el cielo. Así protestaron ayer los hosteleros que acudieron a la calle Cura Femenía, en el barrio de Ruzafa, en una concentración de rechazo al recorte de terrazas en bares y restaurantes de la zona.
«Sin terrazas no podemos subsistir», dijo Amor López, propietaria del restaurante El Camerino y que ha visto en su caso una reducción del 60% de la superficie autorizada. Los técnicos del Ayuntamiento acudieron ayer al repintado de los espacios asignados, bajo apercibimiento de multa en caso de que no se cumpliera la resolución.
En total, la actuación fue en once terrazas, tanto de la citada calle como de las cercanas Cura Femenia, Vivons y Bardón de Cortés. «Al menos hay un caso que sepamos donde les han dicho que la terraza se anula por completo», dijo Amor, quien explicó que su restaurante ha pasado de una plantilla de 15 a 9 personas.
«Hemos bajado por la pandemia un 70% la facturación y esto es lo que nos remata. Queremos diálogo con el Ayuntamiento, pero sólo encontramos silencio». López, presidenta de la asociación local y miembro de la Coordinadora de la Hostelería de los Barrios de Valencia, indicó que la reducción de terrazas «se basa en un plan especial de 2019 que recurrimos y donde jamás nos contestaron».
La concejala de Espacio Público, Lucía Beamud, explicó que la actuación pretende acotar las terrazas a la normativa municipal y prevenir la declaración de una nueva zona acústicamente saturada. «Queremos evitar de todas las maneras que Ruzafa se sume a la lista de ZAS que ya hay decretadas en otros barrios».
Por esta razón, consideró que se trataba de una «medida necesaria, más aun teniendo en cuenta la advertencia hecha por el Tribunal Superior de Justicia el pasado julio que recomendaba declarar el barrio como zona acústicamente saturada, atendiendo a las diferentes indicaciones del Síndic de Greuges». La declaración ZAS supondría con toda seguridad la reducción de horarios y la imposibilidad de conceder nuevas licencias de apertura.
La presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, dijo que la intervención «va en la línea de lo demandado por la entidad, es decir, garantizar un mayor espacio para viandantes y reducir problemas de ruido». Del mismo modo, Víctor Pérez, presidente de FOTUR, dijo estar de acuerdo con la reducción.
Por el contrario, con pancartas de «El virus mata y el Ayuntamiento remata», los hosteleros mostraron su indignación ante lo que consideran una «falta de humanidad contradictoria», con el anuncio reciente de que no se producirían más actuaciones al recorte de terrazas en la plaza de la Virgen, al menos mientras durante la crisis económica. «Cada día cierren numerosos negocios», lamentaron.
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