Los tesoros del Museo de la Catedral de Valencia
HISTORIAS VALENCIANAS ·
Cerca de 1,3 millones de personas visitan la custodia del Corpus Christi o las imágenes originales de la Puerta de los Apóstoles en cinco añosHISTORIAS VALENCIANAS ·
Cerca de 1,3 millones de personas visitan la custodia del Corpus Christi o las imágenes originales de la Puerta de los Apóstoles en cinco añosSi entendemos la Catedral de Valencia como un inmenso cofre que oculta en su interior decenas de tesoros, como el Santo Grial o los frescos renacentistas, se da la circunstancia de que, como si fuera una muñeca rusa, aún esconde otro pequeño regalo que, ... a su vez, oculta más joyas. Es el Museo de la Catedral de Valencia, que en cinco años ha recibido cerca de 1,3 millones de visitantes.
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Tras enlazar tres años con aumentos medios de un 10 por ciento de visitantes de año en año –en 2017 recibió 17.000 más que el anterior; en 2018 fueron 27.000 más; y en 2019, 34.000 más–, la pandemia frenó ese ritmo y ahora el Museo encara el segundo semestre de 2021 con el objetivo de recuperar esa tendencia al alza, según explica el canónigo José Verdeguer, director del museo catedralicio. Los visitantes ingleses son los primeros del ránking por nacionalidades, seguidos por españoles, italianos, franceses, rusos y alemanes. Completan la lista los visitantes valencianos, portugueses y japoneses.
El museo fue restaurado en 2016 y se decidió entonces que el propio espacio fuera parte de la exposición. Así lo explica Verdeguer, que indica que las paredes «reflejan los distintos momentos constructivos de la Catedral, por ejemplo, la estancia que acogió la 'Biblioteca dels Borja', que mandó construir el Papa Calixto III, con su columna helicoidal, del siglo XV, o la huella del primitivo campanario, la torre de San Pedro, del siglo XIII».
Esas obras de restauración del museo sacaron a la luz, como suele ser habitual cuando el taladro agujerea el suelo de cualquier enclave del centro de la ciudad, restos de tiempos pasados. «A tres metros de profundidad se encontró una calle romana, la entrada de dos casas de entre los siglos I y II, parte del cementerio de la antigua parroquia de San Pedro y restos de construcciones medievales», según Verdeguer. Estos restos son visitables, lo que permite crear un entorno museístico importante junto a la cercana Almoina.
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En el recorrido por el Museo, «que alberga piezas únicas, al visitante le llama mucho la atención la gran Custodia procesional del Corpus Christi, llamada 'Custodia de los pobres', en la entrada; las imágenes originales de la Puerta de los Apóstoles, de principios del siglo XIV, en la sala superior del museo; y la talla en madera de 'El mal ladrón', realizada por Juan Muñoz, del siglo XVI, en la planta principal, que es lo único que se conserva del retablo renacentista de la iglesia de San Martín de Valencia», explica Verdeguer.
En el apartado de pintura, el Museo expone, en la misma sala que presiden las imágenes originales de los Apóstoles, 'La duda de santo Tomás', de 1400, la obra documentada más antigua de la Seo, cuyo autor es de Marçal de Sax; la colección más importante de pintura del Maestro de Alzira, pintor anónimo del XVI; obras de los grandes maestros, como Juan de Juanes, y también del Manierismo y Barroco, hasta el siglo XIX. Además de pintura y escultura, el Museo muestra al visitante «los grandes cantorales, libros que usaban en el coro, para los cantos, los canónigos y también los monjes, porque muchos proceden del Monasterio de San Miguel de los Reyes, y todos ellos, aproximadamente 200, suponen una riqueza documental enorme», indica Verdeguer.
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Pero si hablábamos de la catedral como un cofre repleto de joyas, no es sino en la conocida como Sala del 'Tesoro' donde la metáfora se vuelve realidad. Se trata de un espacio en el que pueden verse las reliquias y relicarios que custodia la Catedral, como el relicario de la Corona de Aragón donado a la Seo por el Rey Alfonso el Magnánimo en el siglo XV.
Y lo que queda por exponer, que es mucho. «Hay cerca de 40 'quemados', cuadros que ardieron durante el incendio de 1936, que aún no se han restaurado», indica Verdeguer, que relata que con ellos está trabajando la restauradora María Gómez. También está la caja original del órgano, del siglo XVI. La catedral aún tiene historias que contar.
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