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Viernes, 3 de agosto 2018, 23:25

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Turistas, como en casi todo, los hay de muchos tipos. Valencia es sinónimo de sol, playa y fiesta para la gran mayoría de visitantes que recibimos durante todo el año, pero si prestamos atención a la multitud de excursionistas con los que nos topamos (especialmente en los meses de verano) se pueden extraer ciertas conclusiones sobre el público potencial de la ciudad. Porque existe vida -turística- más allá de la Malvarrosa, hacerse un quemado integral, ir al Oceanogràfic y comer paella: hay muchas maneras de vivir Valencia, tantas como estos tipos de turistas.

Texto: Tamara Villena | Foto: Pixabay
Turistas, como en casi todo, los hay de muchos tipos. Valencia es sinónimo de sol, playa y fiesta para la gran mayoría de visitantes que recibimos durante todo el año, pero si prestamos atención a la multitud de excursionistas con los que nos topamos (especialmente en los meses de verano) se pueden extraer ciertas conclusiones sobre el público potencial de la ciudad. Porque existe vida -turística- más allá de la Malvarrosa, hacerse un quemado integral, ir al Oceanogràfic y comer paella: hay muchas maneras de vivir Valencia, tantas como estos tipos de turistas.
Turistas, como en casi todo, los hay de muchos tipos. Valencia es sinónimo de sol, playa y fiesta para la gran mayoría de visitantes que recibimos durante todo el año, pero si prestamos atención a la multitud de excursionistas con los que nos topamos (especialmente en los meses de verano) se pueden extraer ciertas conclusiones sobre el público potencial de la ciudad. Porque existe vida -turística- más allá de la Malvarrosa, hacerse un quemado integral, ir al Oceanogràfic y comer paella: hay muchas maneras de vivir Valencia, tantas como estos tipos de turistas.

El turista solitario: Es un tipo de visitante más común de lo que pensamos, camuflado entre la muchedumbre con sombrillas, gorras, gorritos y otras variantes de accesorios que completan la reconocible indumentaria del buen turista extranjero (a veces complementada también por tonos rojizos en la piel). Lars Helle es el perfecto ejemplo de este perfil: «He estado muchas veces en Valencia pero me encanta volver -reconoce-. De hecho, mi hotel está en Torrevieja pero me he cogido también un par de días para venir aquí», confiesa el noruego, de 42 años. «La verdad es que vengo principalmente por el sol y el ambiente», asegura el turista.

TAMARA VILLENA
El turista solitario: Es un tipo de visitante más común de lo que pensamos, camuflado entre la muchedumbre con sombrillas, gorras, gorritos y otras variantes de accesorios que completan la reconocible indumentaria del buen turista extranjero (a veces complementada también por tonos rojizos en la piel). Lars Helle es el perfecto ejemplo de este perfil: «He estado muchas veces en Valencia pero me encanta volver -reconoce-. De hecho, mi hotel está en Torrevieja pero me he cogido también un par de días para venir aquí», confiesa el noruego, de 42 años. «La verdad es que vengo principalmente por el sol y el ambiente», asegura el turista.
El turista solitario: Es un tipo de visitante más común de lo que pensamos, camuflado entre la muchedumbre con sombrillas, gorras, gorritos y otras variantes de accesorios que completan la reconocible indumentaria del buen turista extranjero (a veces complementada también por tonos rojizos en la piel). Lars Helle es el perfecto ejemplo de este perfil: «He estado muchas veces en Valencia pero me encanta volver -reconoce-. De hecho, mi hotel está en Torrevieja pero me he cogido también un par de días para venir aquí», confiesa el noruego, de 42 años. «La verdad es que vengo principalmente por el sol y el ambiente», asegura el turista.

Turistas en grupo: No a todo el mundo le gusta viajar solo, los hay que optan por descubrir otra ciudad entre amigos, como este grupo de veinteañeras italianas que decidieron acercarse a Valencia por el «sol y playa». Entre los planes de Viola Trapattoni, Martina Boffi, Chiara Capoferri y Roberta Carminati no entra la fiesta: «Queremos aprovechar el buen tiempo, descansar y ponernos morenas», reconocen.

TAMARA VILLENA
Turistas en grupo: No a todo el mundo le gusta viajar solo, los hay que optan por descubrir otra ciudad entre amigos, como este grupo de veinteañeras italianas que decidieron acercarse a Valencia por el «sol y playa». Entre los planes de Viola Trapattoni, Martina Boffi, Chiara Capoferri y Roberta Carminati no entra la fiesta: «Queremos aprovechar el buen tiempo, descansar y ponernos morenas», reconocen.
Turistas en grupo: No a todo el mundo le gusta viajar solo, los hay que optan por descubrir otra ciudad entre amigos, como este grupo de veinteañeras italianas que decidieron acercarse a Valencia por el «sol y playa». Entre los planes de Viola Trapattoni, Martina Boffi, Chiara Capoferri y Roberta Carminati no entra la fiesta: «Queremos aprovechar el buen tiempo, descansar y ponernos morenas», reconocen.

Turistas en pareja: Otros prefieren aprovechar las vacaciones con compañía más limitada, como es el caso de Francesca y Stefano, dos italianos de 25 años a los que les ha «encantado» la paella y el ambiente de las calles de la ciudad. «Es muy bonita y única», reconocen antes de adentrarse en la playa para tomar el sol. «El clima es parecido al de Italia, pero con más calor», apuntan. Valencia les parece un destino «perfecto» para visitar en pareja porque hay «muchas cosas que ver», confiesan los italianos.

TAMARA VILLENA
Turistas en pareja: Otros prefieren aprovechar las vacaciones con compañía más limitada, como es el caso de Francesca y Stefano, dos italianos de 25 años a los que les ha «encantado» la paella y el ambiente de las calles de la ciudad. «Es muy bonita y única», reconocen antes de adentrarse en la playa para tomar el sol. «El clima es parecido al de Italia, pero con más calor», apuntan. Valencia les parece un destino «perfecto» para visitar en pareja porque hay «muchas cosas que ver», confiesan los italianos.
Turistas en pareja: Otros prefieren aprovechar las vacaciones con compañía más limitada, como es el caso de Francesca y Stefano, dos italianos de 25 años a los que les ha «encantado» la paella y el ambiente de las calles de la ciudad. «Es muy bonita y única», reconocen antes de adentrarse en la playa para tomar el sol. «El clima es parecido al de Italia, pero con más calor», apuntan. Valencia les parece un destino «perfecto» para visitar en pareja porque hay «muchas cosas que ver», confiesan los italianos.

Turistas en familia: Son una de las versiones más extendidas del ‘turisteo’. Es muy habitual encontrarse con apacibles grupos familiares que se acercan a la costa valenciana para tomar el sol y comer paella. Con niños pequeños, adolescentes o con los más mayores, son varias las opciones con las que las familias más unidas disfrutan del verano. Njai Askeland, Ingvild Petterson y su hija de 13 años hanne Lotta Askeland vienen desde Noruega a ver Valencia por primera vez. «Es una ciudad muy bonita», declara la menor. «No habíamos venido nunca, pero se está genial aquí», asegura la pareja (de 45 años) que han aprovechado su estancia para acudir «a la playa y próximamente, a probar la paella».

TAMARA VILLENA
Turistas en familia: Son una de las versiones más extendidas del ‘turisteo’. Es muy habitual encontrarse con apacibles grupos familiares que se acercan a la costa valenciana para tomar el sol y comer paella. Con niños pequeños, adolescentes o con los más mayores, son varias las opciones con las que las familias más unidas disfrutan del verano. Njai Askeland, Ingvild Petterson y su hija de 13 años hanne Lotta Askeland vienen desde Noruega a ver Valencia por primera vez. «Es una ciudad muy bonita», declara la menor. «No habíamos venido nunca, pero se está genial aquí», asegura la pareja (de 45 años) que han aprovechado su estancia para acudir «a la playa y próximamente, a probar la paella».
Turistas en familia: Son una de las versiones más extendidas del ‘turisteo’. Es muy habitual encontrarse con apacibles grupos familiares que se acercan a la costa valenciana para tomar el sol y comer paella. Con niños pequeños, adolescentes o con los más mayores, son varias las opciones con las que las familias más unidas disfrutan del verano. Njai Askeland, Ingvild Petterson y su hija de 13 años hanne Lotta Askeland vienen desde Noruega a ver Valencia por primera vez. «Es una ciudad muy bonita», declara la menor. «No habíamos venido nunca, pero se está genial aquí», asegura la pareja (de 45 años) que han aprovechado su estancia para acudir «a la playa y próximamente, a probar la paella».

El turista fiestero: Otro de los tipos más reconocibles dentro de la población ocasional que circula por Valencia. Tanto que muchos vienen por y para ‘pegarse la fiesta’. Como si del próximo escenario de ‘Resacón en’ se tratase, los extranjeros conciben la ciudad como el templo de la diversión y el discotequeo, ecos distantes de la ruta del Bakalao que han dado paso a jornadas de fiesta playera gracias a locales a orillas del mar. Una fama que traspasa barreras internacionales y locales, porque también vienen a pasárselo bien vecinos de otras comunidades de España como Jesús y Luis, de Cádiz. El primero lleva «4 años» viviendo en Valencia y su amigo Luis pasa por la ciudad para visitarle «y coger un vuelo a Ibiza». Los gaditanos aprovecharon su reunión en la ciudad para salir de fiesta y calentar motores para su escapada a la Isla Blanca. Eso sí, «salir por aquí de noche es carísimo», comenta Jesús, «en Cádiz es bastante más barato», añade su amigo.

TAMARA VILLENA
El turista fiestero: Otro de los tipos más reconocibles dentro de la población ocasional que circula por Valencia. Tanto que muchos vienen por y para ‘pegarse la fiesta’. Como si del próximo escenario de ‘Resacón en’ se tratase, los extranjeros conciben la ciudad como el templo de la diversión y el discotequeo, ecos distantes de la ruta del Bakalao que han dado paso a jornadas de fiesta playera gracias a locales a orillas del mar. Una fama que traspasa barreras internacionales y locales, porque también vienen a pasárselo bien vecinos de otras comunidades de España como Jesús y Luis, de Cádiz. El primero lleva «4 años» viviendo en Valencia y su amigo Luis pasa por la ciudad para visitarle «y coger un vuelo a Ibiza». Los gaditanos aprovecharon su reunión en la ciudad para salir de fiesta y calentar motores para su escapada a la Isla Blanca. Eso sí, «salir por aquí de noche es carísimo», comenta Jesús, «en Cádiz es bastante más barato», añade su amigo.
El turista fiestero: Otro de los tipos más reconocibles dentro de la población ocasional que circula por Valencia. Tanto que muchos vienen por y para ‘pegarse la fiesta’. Como si del próximo escenario de ‘Resacón en’ se tratase, los extranjeros conciben la ciudad como el templo de la diversión y el discotequeo, ecos distantes de la ruta del Bakalao que han dado paso a jornadas de fiesta playera gracias a locales a orillas del mar. Una fama que traspasa barreras internacionales y locales, porque también vienen a pasárselo bien vecinos de otras comunidades de España como Jesús y Luis, de Cádiz. El primero lleva «4 años» viviendo en Valencia y su amigo Luis pasa por la ciudad para visitarle «y coger un vuelo a Ibiza». Los gaditanos aprovecharon su reunión en la ciudad para salir de fiesta y calentar motores para su escapada a la Isla Blanca. Eso sí, «salir por aquí de noche es carísimo», comenta Jesús, «en Cádiz es bastante más barato», añade su amigo.

El turista cultural: Existe. Es real y está entre nosotros, aunque no lo veamos paseando con móvil en mano buscando la plaza de Toros. Son fáciles de encontrar si sabes dónde buscar: entre los muros de algún museo o recinto cultural donde puedan empaparse de algo más que del sol valenciano. Sus inquietudes no se limitan a rebozarse de arena en la playa o comprar imanes de falleras, tienen intención de visitar zonas para enriquecerse de la sabiduría y arte local y están determinados a descubrir todo lo que les posibilite su estancia en el lugar. Ian Debbaut, de 70 años, es la muestra perfecta del turista apasionado por la cultura. Viene desde Bélgica por primera vez a Valencia y está decidido a conocer «todos los museos de la ciudad», asevera. «Espero poder verlos todos», comenta esperanzado el belga. Lo que más le «fascina» de la capital valenciana es «su cultura y arquitectura», que le parece «fantástica».

TAMARA VILLENA
El turista cultural: Existe. Es real y está entre nosotros, aunque no lo veamos paseando con móvil en mano buscando la plaza de Toros. Son fáciles de encontrar si sabes dónde buscar: entre los muros de algún museo o recinto cultural donde puedan empaparse de algo más que del sol valenciano. Sus inquietudes no se limitan a rebozarse de arena en la playa o comprar imanes de falleras, tienen intención de visitar zonas para enriquecerse de la sabiduría y arte local y están determinados a descubrir todo lo que les posibilite su estancia en el lugar. Ian Debbaut, de 70 años, es la muestra perfecta del turista apasionado por la cultura. Viene desde Bélgica por primera vez a Valencia y está decidido a conocer «todos los museos de la ciudad», asevera. «Espero poder verlos todos», comenta esperanzado el belga. Lo que más le «fascina» de la capital valenciana es «su cultura y arquitectura», que le parece «fantástica».
El turista cultural: Existe. Es real y está entre nosotros, aunque no lo veamos paseando con móvil en mano buscando la plaza de Toros. Son fáciles de encontrar si sabes dónde buscar: entre los muros de algún museo o recinto cultural donde puedan empaparse de algo más que del sol valenciano. Sus inquietudes no se limitan a rebozarse de arena en la playa o comprar imanes de falleras, tienen intención de visitar zonas para enriquecerse de la sabiduría y arte local y están determinados a descubrir todo lo que les posibilite su estancia en el lugar. Ian Debbaut, de 70 años, es la muestra perfecta del turista apasionado por la cultura. Viene desde Bélgica por primera vez a Valencia y está decidido a conocer «todos los museos de la ciudad», asevera. «Espero poder verlos todos», comenta esperanzado el belga. Lo que más le «fascina» de la capital valenciana es «su cultura y arquitectura», que le parece «fantástica».

El turista cómodo: Localizar a este perfil de visitante tampoco resulta nada complicado. En la puerta de la Catedral, el Miguelete, la Lonja, el Bioparc, el parque de Cabecera… Todos esos lugares que aparecen en las guías de viajes como parada ‘obligatoria’ y que aglutinan a multitudes con cámara de fotos, gafas de sol y litros de crema solar. La familia Ehret, de Alemania, disfruta por primera vez de Valencia y han visitado «algunos de los edificios históricos del centro», como la Catedral. Quieren hacerlo «todo» y no dejarse por ver «ninguno de los sitios más importantes», aseguran.

TAMARA VILLENA
El turista cómodo: Localizar a este perfil de visitante tampoco resulta nada complicado. En la puerta de la Catedral, el Miguelete, la Lonja, el Bioparc, el parque de Cabecera… Todos esos lugares que aparecen en las guías de viajes como parada ‘obligatoria’ y que aglutinan a multitudes con cámara de fotos, gafas de sol y litros de crema solar. La familia Ehret, de Alemania, disfruta por primera vez de Valencia y han visitado «algunos de los edificios históricos del centro», como la Catedral. Quieren hacerlo «todo» y no dejarse por ver «ninguno de los sitios más importantes», aseguran.
El turista cómodo: Localizar a este perfil de visitante tampoco resulta nada complicado. En la puerta de la Catedral, el Miguelete, la Lonja, el Bioparc, el parque de Cabecera… Todos esos lugares que aparecen en las guías de viajes como parada ‘obligatoria’ y que aglutinan a multitudes con cámara de fotos, gafas de sol y litros de crema solar. La familia Ehret, de Alemania, disfruta por primera vez de Valencia y han visitado «algunos de los edificios históricos del centro», como la Catedral. Quieren hacerlo «todo» y no dejarse por ver «ninguno de los sitios más importantes», aseguran.

El turista de sol y playa: El más reconocible y conocido, todo un clásico. Adam, de 27 años, y Rania, de 23, han venido desde París por primera vez para «disfrutar de la playa y el sol». «La comida de aquí es muy buena y el ambiente también», comenta la pareja sobre su experiencia en la ciudad. Aunque «hace mucho calor», sus planes de darse un buen baño y ponerse moreno no van a cambiar. «También queríamos visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero primero hemos venido a la playa», explican los franceses.

TAMARA VILLENA
El turista de sol y playa: El más reconocible y conocido, todo un clásico. Adam, de 27 años, y Rania, de 23, han venido desde París por primera vez para «disfrutar de la playa y el sol». «La comida de aquí es muy buena y el ambiente también», comenta la pareja sobre su experiencia en la ciudad. Aunque «hace mucho calor», sus planes de darse un buen baño y ponerse moreno no van a cambiar. «También queríamos visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero primero hemos venido a la playa», explican los franceses.
El turista de sol y playa: El más reconocible y conocido, todo un clásico. Adam, de 27 años, y Rania, de 23, han venido desde París por primera vez para «disfrutar de la playa y el sol». «La comida de aquí es muy buena y el ambiente también», comenta la pareja sobre su experiencia en la ciudad. Aunque «hace mucho calor», sus planes de darse un buen baño y ponerse moreno no van a cambiar. «También queríamos visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias, pero primero hemos venido a la playa», explican los franceses.

El turista 'low cost': Es un sector que cada vez se tiene más en cuenta porque van ganando terreno en el perfil de turista más habitual, gracias a los precios más asequibles que facilitan las plataformas de alquiler vacacional. Pero tengan estancia en apartamento privado o en un hotel, hay muchos visitantes que optan por reducir gastos e ir ‘a lo barato’. Andrea, Filippo, Giovanni, Marco y Alessandro son un grupo de amigos entre 21 y 23 años que han elegido la ciudad como destino veraniego para «hacer un poco de todo», confiesan. «No nos queremos perder nada, sobre todo fiesta y comida», reconocen los italianos. «Probaremos la paella, pero son un poco caras y nos vamos a alimentar más a base de kebabs, hamburguesas y bocadillos», asegura Filippo mientras el resto del grupo asiente con la cabeza. Es su primera vez en Valencia y no tienen intención de dejarse nada para la próxima.

TAMARA VILLENA
El turista 'low cost': Es un sector que cada vez se tiene más en cuenta porque van ganando terreno en el perfil de turista más habitual, gracias a los precios más asequibles que facilitan las plataformas de alquiler vacacional. Pero tengan estancia en apartamento privado o en un hotel, hay muchos visitantes que optan por reducir gastos e ir ‘a lo barato’. Andrea, Filippo, Giovanni, Marco y Alessandro son un grupo de amigos entre 21 y 23 años que han elegido la ciudad como destino veraniego para «hacer un poco de todo», confiesan. «No nos queremos perder nada, sobre todo fiesta y comida», reconocen los italianos. «Probaremos la paella, pero son un poco caras y nos vamos a alimentar más a base de kebabs, hamburguesas y bocadillos», asegura Filippo mientras el resto del grupo asiente con la cabeza. Es su primera vez en Valencia y no tienen intención de dejarse nada para la próxima.
El turista 'low cost': Es un sector que cada vez se tiene más en cuenta porque van ganando terreno en el perfil de turista más habitual, gracias a los precios más asequibles que facilitan las plataformas de alquiler vacacional. Pero tengan estancia en apartamento privado o en un hotel, hay muchos visitantes que optan por reducir gastos e ir ‘a lo barato’. Andrea, Filippo, Giovanni, Marco y Alessandro son un grupo de amigos entre 21 y 23 años que han elegido la ciudad como destino veraniego para «hacer un poco de todo», confiesan. «No nos queremos perder nada, sobre todo fiesta y comida», reconocen los italianos. «Probaremos la paella, pero son un poco caras y nos vamos a alimentar más a base de kebabs, hamburguesas y bocadillos», asegura Filippo mientras el resto del grupo asiente con la cabeza. Es su primera vez en Valencia y no tienen intención de dejarse nada para la próxima.

El turista gastronómico: Otra manera de descubrir un lugar es a través de sus platos estrella, desde los más típicos hasta los más experimentales o vanguardistas. Tania y Maria vienen desde Suecia para celebrar sus 40 años y disfrutan del buen clima en la ciudad desde una de las terrazas de la plaza de la Reina, donde han aprovechado para degustar los «pinchos». «Lo próximo que queremos probar es la paella», asegura Tania. Maria apunta que Valencia le recuerda «mucho» a Barcelona, «pero en una versión menos abarrotada, en la que se puede disfrutar más del ambiente».

TAMARA VILLENA
El turista gastronómico: Otra manera de descubrir un lugar es a través de sus platos estrella, desde los más típicos hasta los más experimentales o vanguardistas. Tania y Maria vienen desde Suecia para celebrar sus 40 años y disfrutan del buen clima en la ciudad desde una de las terrazas de la plaza de la Reina, donde han aprovechado para degustar los «pinchos». «Lo próximo que queremos probar es la paella», asegura Tania. Maria apunta que Valencia le recuerda «mucho» a Barcelona, «pero en una versión menos abarrotada, en la que se puede disfrutar más del ambiente».
El turista gastronómico: Otra manera de descubrir un lugar es a través de sus platos estrella, desde los más típicos hasta los más experimentales o vanguardistas. Tania y Maria vienen desde Suecia para celebrar sus 40 años y disfrutan del buen clima en la ciudad desde una de las terrazas de la plaza de la Reina, donde han aprovechado para degustar los «pinchos». «Lo próximo que queremos probar es la paella», asegura Tania. Maria apunta que Valencia le recuerda «mucho» a Barcelona, «pero en una versión menos abarrotada, en la que se puede disfrutar más del ambiente».

El turista realista (o hater): Hay gente a la que todo le parece maravilloso y otra a la que no le cuesta reconocer que su destino vacacional no es tan idílico como pensaba. A este tipo de turista se le identifica especialmente en los últimos días de su estancia, cuando han vivido todas las facetas de la ciudad y se puede detectar de manera más nítida su hastío o cansancio. Naomi, Jasmine, Esme y Diana vienen desde Holanda y han vivido al máximo la experiencia. «Hemos hecho un poco de todo», reconoce una de ellas. «Es agotador», añade otra. Con 21 años, el realismo no les falta. Aunque confiesan haberlo pasado «muy bien», tienen algunas sugerencias para mejorar Valencia: «Tiene edificios muy bonitos, fiesta, sol y todo, pero el tráfico no es seguro», señala una de las jóvenes mientras otra exclama que «hace mucho calor». También lamentan que «todo está muy alejado entre sí como para ir en bicicleta» y que se han perdido porque «no hay suficientes señales». Aspectos que para los valencianos pueden pasar desapercibidos pero que los turistas miran con una óptica muy diferente.

TAMARA VILLENA
El turista realista (o hater): Hay gente a la que todo le parece maravilloso y otra a la que no le cuesta reconocer que su destino vacacional no es tan idílico como pensaba. A este tipo de turista se le identifica especialmente en los últimos días de su estancia, cuando han vivido todas las facetas de la ciudad y se puede detectar de manera más nítida su hastío o cansancio. Naomi, Jasmine, Esme y Diana vienen desde Holanda y han vivido al máximo la experiencia. «Hemos hecho un poco de todo», reconoce una de ellas. «Es agotador», añade otra. Con 21 años, el realismo no les falta. Aunque confiesan haberlo pasado «muy bien», tienen algunas sugerencias para mejorar Valencia: «Tiene edificios muy bonitos, fiesta, sol y todo, pero el tráfico no es seguro», señala una de las jóvenes mientras otra exclama que «hace mucho calor». También lamentan que «todo está muy alejado entre sí como para ir en bicicleta» y que se han perdido porque «no hay suficientes señales». Aspectos que para los valencianos pueden pasar desapercibidos pero que los turistas miran con una óptica muy diferente.
El turista realista (o hater): Hay gente a la que todo le parece maravilloso y otra a la que no le cuesta reconocer que su destino vacacional no es tan idílico como pensaba. A este tipo de turista se le identifica especialmente en los últimos días de su estancia, cuando han vivido todas las facetas de la ciudad y se puede detectar de manera más nítida su hastío o cansancio. Naomi, Jasmine, Esme y Diana vienen desde Holanda y han vivido al máximo la experiencia. «Hemos hecho un poco de todo», reconoce una de ellas. «Es agotador», añade otra. Con 21 años, el realismo no les falta. Aunque confiesan haberlo pasado «muy bien», tienen algunas sugerencias para mejorar Valencia: «Tiene edificios muy bonitos, fiesta, sol y todo, pero el tráfico no es seguro», señala una de las jóvenes mientras otra exclama que «hace mucho calor». También lamentan que «todo está muy alejado entre sí como para ir en bicicleta» y que se han perdido porque «no hay suficientes señales». Aspectos que para los valencianos pueden pasar desapercibidos pero que los turistas miran con una óptica muy diferente.

El turista local: No todos los visitantes que se pueden encontrar (aún en plena ola de calor) por Valencia son extranjeros, ni mucho menos. Hasta los propios valencianos se animan a hacer excursiones en su terreno para disfrutar de las muchas posibilidades que ofrece. Unos, como Paco García, opta por la playa para aprovechar el sol y darse algún chapuzón en el mar. Lleva en Valencia «más de 20 años» y no perdona sus paseos por el paseo de la Malvarrosa para «bañarse y salir un poco».

TAMARA VILLENA
El turista local: No todos los visitantes que se pueden encontrar (aún en plena ola de calor) por Valencia son extranjeros, ni mucho menos. Hasta los propios valencianos se animan a hacer excursiones en su terreno para disfrutar de las muchas posibilidades que ofrece. Unos, como Paco García, opta por la playa para aprovechar el sol y darse algún chapuzón en el mar. Lleva en Valencia «más de 20 años» y no perdona sus paseos por el paseo de la Malvarrosa para «bañarse y salir un poco».
El turista local: No todos los visitantes que se pueden encontrar (aún en plena ola de calor) por Valencia son extranjeros, ni mucho menos. Hasta los propios valencianos se animan a hacer excursiones en su terreno para disfrutar de las muchas posibilidades que ofrece. Unos, como Paco García, opta por la playa para aprovechar el sol y darse algún chapuzón en el mar. Lleva en Valencia «más de 20 años» y no perdona sus paseos por el paseo de la Malvarrosa para «bañarse y salir un poco».

Otro ejemplo perfecto del turista local es Adrià Lapuente, que acude a una «quedada de sol y playa» junto a sus amigos para disfrutar del clima valenciano.

TAMARA VILLENA
Otro ejemplo perfecto del turista local es Adrià Lapuente, que acude a una «quedada de sol y playa» junto a sus amigos para disfrutar del clima valenciano.
Otro ejemplo perfecto del turista local es Adrià Lapuente, que acude a una «quedada de sol y playa» junto a sus amigos para disfrutar del clima valenciano.

Estos son algunos de los turistas que visitan las calles de Valencia, pero los hay de otros tipos, como los 'animal lovers', que vienen a disfrutar la ciudad con sus mascotas; los turistas comerciales, que aprovechan su escapada para visitar tiendas y hacer compras de todo tipo con las que rememorar su viaje; los aventureros que optan por hacer snorkel, rafting o actividades deportivas... La variedad de posibilidades que oferta Valencia la avala como un destino vacacional perfecto, para cualquier público o época del año.

Texto: Tamara Villena | Foto: Pixabay
Estos son algunos de los turistas que visitan las calles de Valencia, pero los hay de otros tipos, como los 'animal lovers', que vienen a disfrutar la ciudad con sus mascotas; los turistas comerciales, que aprovechan su escapada para visitar tiendas y hacer compras de todo tipo con las que rememorar su viaje; los aventureros que optan por hacer snorkel, rafting o actividades deportivas... La variedad de posibilidades que oferta Valencia la avala como un destino vacacional perfecto, para cualquier público o época del año.
Estos son algunos de los turistas que visitan las calles de Valencia, pero los hay de otros tipos, como los 'animal lovers', que vienen a disfrutar la ciudad con sus mascotas; los turistas comerciales, que aprovechan su escapada para visitar tiendas y hacer compras de todo tipo con las que rememorar su viaje; los aventureros que optan por hacer snorkel, rafting o actividades deportivas... La variedad de posibilidades que oferta Valencia la avala como un destino vacacional perfecto, para cualquier público o época del año.

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