«Aquí no hay toque de queda ni mascarillas», dicen los vecinos

valencia. Uno de los problemas más serios que tiene el Marítimo, por no decir el mayor, es la falta de convivencia en muchas de sus calles, que se acerca al vandalismo en muchos aspectos. Producto de ocupaciones ilegales durante lustros y casas en ruinas, no es de extrañar la afirmación que se hace desde la plataforma Zero Incívics: «en muchos lugares, aquí no existe ni el toque de queda ni las mascarillas», se lamentan.

La plataforma nació para reivindicar una mayor presencia policial, la lucha contra el tráfico de drogas al menudeo y la degradación urbanística en zonas como las calles Pescadores, Amparo Guillem o Bloque Portuarios.

Aspectos como la limpieza funcionan bien, aseguran, aunque el problema es que «en poco tiempo todo vuelve a estar como antes, sucio. Es una cuestión de concienciación». El parón del Plan EDUSI, señalan, se compensa con la actividad que hay gracias a las otras líneas de financiación. «Hay muchos edificios en obras, como un centro de Servicios Sociales o viviendas», apuntan desde el barrio.

La remodelación de la plaza Lorenzo de la Flor, en la conocida como zona cero por su abundancia de solares y edificios sin rehabilitar, está aguantando «bastante bien; al principio sí que hubo un amago de ensuciarlo todo con pintadas, aunque eso paró».

A modo de reivindicación, han pedido al Consistorio que retire unas señales en las calles peatonales donde se permite jugar a la pelota. «Se pasan todo el día y parte de la noche allí, sin ir al colegio ni cumplir el toque de queda».