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Desembocadura de la gola, esta semana. AA.VV. DEVESA DE EL SALER

Las tormentas se tragan una gola de la Albufera

La desembocadura del Pujol queda arrasada por el oleaje y los vecinos advierten de que hacer pequeñas reparaciones será «tirar el dinero»

Paco Moreno

Valencia

Martes, 1 de diciembre 2020, 00:19

De nada ha servido el aporte de arena realizado por la Demarcación de Costas el pasado mes de mayo. La desembocadura de la gola del Pujol parece haber pasado por una guerra, lo que en realidad no dista mucho de su aspecto tras las dos trombas de agua del pasado mes, que han arrastrado toneladas de arena mar adentro.

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Fuentes de la asociación de vecinos la Devesa de El Saler señalaron ayer que lo ocurrido es un ejemplo de cómo «se tira el dinero en cosas que luego no sirven, como las reparaciones que hicieron en la gola». Las dos tempestades han dejado más al descubierto la escollera norte, mientras que ha desaparecido un tramo considerable de dunas que había en segunda línea de playa.

El concejal de Devesa-Albufera, Sergi Campillo, indicó que se trata de un encargo de la Demarcación de Costas, aunque reconoció la dificultad de mantener la línea de playa ante este tipo de temporales. «La alternativa es mucho peor porque si no se hace nada, entonces desaparecería lo que hay detrás», dijo en referencia a los cordones dunares.

«Sabemos que lo idóneo es realizar el proyecto que está ahora en evaluación ambiental, pero requiere de una inversión de 28 millones de euros, eso sólo para una parte de las playas de la provincia de Valencia», dijo.

El Ministerio de Transición Ecológica tiene en previsión esta iniciativa desde hace lustros. La caducidad de los estudios de 2013 han obligado a repetir el proceso de nuevo, señalaron fuentes vecinales, quienes criticaron el descontrol con algunas de las últimas actuaciones como la retirada de arena para destapar una malla en la pinada. «No tenemos constancia de que se hayan seguido los trámites obligados como corresponde a las zonas protegidas», dijeron. Las dos trombas de agua ya han convertido la zona en una nueva laguna, a la espera de que crezca la vegetación. Este tipo de aterramientos se hicieron con la urbanización de la Devesa en zona residencial.

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Los efectos de las tormentas, la última de apenas hace unos días y la primera el 6 de noviembre, todavía se notan en la Albufera. El concejal Campillo informó ayer que se han recogido todas las cañas y demás residuos que se acumulaban en la acequia del Racó de l'Olla, en una de las últimas acciones que se ha hecho desde el Ayuntamiento para intentar dejar limpio y volver a las máximas condiciones de salubridad el parque natural.

La primera tromba de agua elevó el nivel de agua en el lago casi un metro y obligó a la apertura de todas las compuertas, además de la retirada de arena en la de El Perelló. Pese a ello, los arrastres fueron tremendos por la gran cantidad de paja de los arrozales que quedaba pendiente de recoger en los campos.

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