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ÁLEX SERRANO
Valencia
Viernes, 12 de enero 2018
Los trabajadores de la EMT aguantan la respiración. Conductores, inspectores, servicio de atención al cliente... todos los empleados aguardan la llegada de febrero, cuando tal como anunció el presidente de la entidad, Giuseppe Grezzi, el pasado diciembre, se pondrán en marcha la remodelación de varias líneas y se crearán macrotrayectos que cruzarán la ciudad. Los sindicatos alertaron ayer del más que previsible caos circulatorio al que se verá sometida la ciudad con la puesta en marcha de estas medidas e insistieron en que Grezzi pretende crear nuevas líneas sin informes internos de distintas áreas, necesarios para cambios de esta envergadura.
El primer sindicato en alzar la voz de alarma fue Comisiones Obreras. «Hemos conocido por la prensa que la remodelación de la plaza de la Reina, que era para abril, se aplaza a después del verano. Los plazos previstos para 2018, y gran parte del trabajo de planificación realizado, puede que no sirvan para nada. Y eso no es culpa sólo de la dirección de la empresa, sino sobre todo, de los vaivenes políticos de la coalición gobernante y, también, de los impulsos irreflexivos de quien dirige la concejalía de Movilidad y el Consejo de Administración de nuestra empresa», analiza el sindicato en una circular en la que avisan: «El personal de Operaciones debemos de prepararnos para el caos».
«Con la desaparición de varias líneas, por refundición de otras nuevas, nos van a acribillar a preguntas, reclamaciones con malos modos y más de una discusión», señala CCOO en el documento, en el que alertan además de que la llegada de Fallas supondrá «un vuelta a empezar» con las protestas de los usuarios «cuando la cosa empiece a remitir un poco».
De la misma opinión es UGT, el otro sindicato mayoritario. Fuentes autorizadas de la formación se mostraron de acuerdo con el aviso de Comisiones Obreras y recordaron que el día 16 tienen una reunión con la EMT para debatir la oferta de servicio de los conductores. La fecha, como señaló CCOO, hasta la que será válido ese reparto de coches será, en principio, el 31 de mayo. Y es que la EMT tiene en mente poner en marcha una remodelación de líneas más ambiciosa a lo largo de 2018, que reducirá la cantidad de autobuses que entran al centro y cambiará el nombre a decenas de trayectos. De hecho, la previsión es que estas modificaciones afecten a una de cada tres líneas de la red urbana.
Y estos cambios preocupan, y mucho, dentro de la EMT. Fuentes de UGT alertaron ayer de que el proceder de la gerencia no está siendo «el adecuado». Apuntaron que no han pedido los informes preceptivos a diferentes áreas de la empresa, como la encargada del discurrir de los autobuses por las calles o la de salud laboral, que deberá evaluar si los nuevos recorridos afectan, de cualquier manera, a la salud de los conductores.
Recuerdan diversas fuentes consultadas por este diario que los problemas para circular por las calles de Valencia provocan un importante nivel de estrés en los conductores. «Tienen que ir más rápido de la cuenta para cumplir las frecuencias», señalan estas fuentes. Cabe recordar, además, que el nivel de siniestralidad entre los autobuses de la EMT ha crecido. En el primer trimestre de 2017 hubo un aumento del 31,5% de los accidentes en los que se vio envuelto un autobús de la EMT con respecto al mismo periodo de 2016. En total, fueron 121 accidentes. El comité de empresa ha denunciado esta situación en varias ocasiones ante la dirección de la EMT y han alertado del aumento de las bajas de trabajadores afectados por el nivel de estrés al que se ven sometidos.
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