El debate de la peatonalización ya está en el Ensanche de valencia

Hasta 1877 formaba parte del municipio de Ruzafa con el resto del Ensanche y desde entonces es un barrio más de Valencia, consolidado y con uno de los niveles de renta más altos de la ciudad, aunque también con carencias.

El Plan del Remei tiene en el mercado de Colón quizás uno de sus iconos más conocidos para los turistas, aunque vecinos y comerciantes deben soportar a diario en las calles del barrio aceras estrechas, atascos y saturación de estacionamiento, así como ausencia de arbolado, entre otros agravios respecto a otras zonas de Valencia.

La presentación la pasada semana del plan de participación ciudadana para diseñar el nuevo barrio, con unas conclusiones rechazadas de plano por los comerciantes, ofrece una excelente oportunidad para aproximarse a estas calles, calificadas como nobles en la jerarquía del callejero.

Cirilo Amorós, Hernán Cortés, Pizarro, Jorge Juan,... albergan los alquileres comerciales más caros y viviendas en sólidos edificios. Aún así, la realidad es más cruda que esa postal como subraya la asociación de Comerciantes del Centro, al criticar abiertamente al Ayuntamiento por la falta de inversiones este mandato. «Es una pena la paralización de estos años de las obras de urbanización. Este mandato se debía hacer actuado en alguna calle como por ejemplo Isabel la Católica y todavía queda tiempo para lo que hagan», señalaron fuentes de la entidad.

El mal estado de esta calle afecta directamente a los problemas de los comerciantes, apuntan. Eso sí, la solución no debe ser incluir un carril bici, como se ha planteado alguna vez desde el Ayuntamiento, sino considerar toda la vía como una ciclo calle preferente para ciclistas.

«En el colegio Dominicos es necesario ampliar las aceras en toda la fachada y eliminar el aparcamiento como está ahora. En su lugar, durante el horario de entrada y salida de los alumnos se reservaría una zona de estacionamiento, que el resto del día serviría para carga y descarga».

Es sólo un ejemplo de mejoras que necesita esta parte del Ensanche. El barrio de Pla del Remei apenas ha registrado variación en su población durante la última década, al pasar de 7.071 a 7.005 habitantes desde 2007 al pasado ejercicio, lo que muestra también una ocupación casi completa de las viviendas. Por lo tanto, se puede planificar las necesidades de equipamientos a largo plazo sin problemas.

Una de las que más afectan a los residentes y las personas que acuden a diario al barrio es el aparcamiento. El estudio realizado por EFG Arquitectura para el plan de Movilidad de Pla del Remei asegura que a cinco minutos andando de cualquier tramo de la calle Cirilo Amorós hay un total de 5.000 plazas de aparcamientos públicos, una cifra más que suficiente para transformar la zona ORA de azul a naranja.

Esto supondría la preferencia para los vecinos a la hora de estacionar, con precios mucho más reducidos que el resto de conductores. De momento, el Carmen es el único barrio donde funciona este sistema. Más cautos se muestran desde la asociación de Comerciantes, al pedir un estudio con más desarrollo antes de tomar cualquier decisión. Hasta el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, comentó que todavía quedan mucho pasos por dar, ante la polémica surgida.

Desde la asociación de vecinos Ruzafa-Gran Vía apoyaron «cualquier medida que abra posibilidades de paseo y limite el tráfico». El presidente vecinal, Giovanni Donini, admitió la importancia de la opinión de los comerciantes, aunque «no menos es la de los vecinos».

Más arbolado es otra de las premisas que indican los residentes. El plan propone que en la calle Ruzafa se amplíen aceras por este motivo, algo que los comerciantes apoyan pero con matices. «Somos favorables pero no podemos cambiar las instalaciones subterráneas a cualquier precio. Si el Consistorio tiene dinero adelante, pero vecinos y comerciantes deben saber que las obras se duplicarían como mínimo en tiempo y presupuesto», estimaron.

Una visión global es lo que reivindican y para ello, cuentan con que el gobierno municipal quiera financiar un estudio donde se incluyan aspectos como los aspectos demográficos, el número de vehículos, la dotación comercial y de servicios del barrio, así como encuestas realizadas a trabajadores y clientes. Pero donde más reproche se produce es en la falta de inversiones del gobierno municipal este mandato.

«Se han hecho las tres calles que ya estaban proyectadas y presupuestadas, pero nada más». Además, cuestionan algunas de las decisiones como la de rebajar el bordillo de las aceras en la calle Hernán Cortés, lo que aprovechan los conductores para aparcar con frecuencia.

«Hemos pedido maceteros que hay alrededor de Cirilo Amorós, que se pueden quitar sin problemas porque hay muchos. Llevamos tres años esperando y no se ha hecho porque no se ponen de acuerdo entre las concejalías. Ese es el nivel de coordinación», recriminan.

La solución a los problemas del Ensanche, en lo que respecta al tráfico, pasa según la entidad por hacer antes las calles transversales. «Hasta que no se reurbanicen Isabel la Católico, Jorge Juan y Grabador Esteve no sabremos cómo funcionan los itinerarios y la circulación. Sólo después de eso hay que empezar a pensar en la calle Cirilo Amorós», insisten para descartar cualquier ensayo de peatonalización en la vía principal de Pla del Remei.

«Fui de los primeros en ubicarme en el mercado de Colón hace cinco años y nuestra horquilla de clientes se ha modificado mucho. En temporada de verano la afluencia de turistas se ha intensificado un 200%». Diego Laso es miembro de la Asociación de Empresarios del Mercado de Colón, una entidad de reciente creación y que agrupa a una veintena de locales.

«El mercado es bueno para toda la ciudad como reclamo de todo tipo», precisa, para apuntar que «pienso que da para mucho más, estamos lejos de tocar techo». Sobre las propuestas encima de la mesa para reformular el tráfico, los espacios públicos y los itinerarios peatonales, consideró a título particular que el Ayuntamiento debería consultar más a las asociaciones y vecinos del barrio antes de decidir.

«Estoy concienciado con la sostenibilidad, entiendo el plantemiento para obtener un beneficio a largo plazo, pero es verdad que a veces nos enteramos de este tipo de cosas por la prensa. Con más información, la gente se quedaría más tranquila», apuntó.

Sí que habló de un punto negro desde el punto de vista del tráfico, como es el cruce de las calles Cirilo Amorós y Conde Salvatierra, prácticamente a diario. Los atascos son grandes y es difícil llegar al aparcamiento» del mercado de Colón, para añadir que «se produce un cuello de botella con el paso de autobuses, coches de paso y aparcamiento en el cruce que garantiza el atasco todos los días».