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La EMT ha expuesto al público el proyecto para la construcción de un aparcamiento provisional entre el cementerio General y la V-30, una obra encargada nada más y nada menos que el 5 de octubre de 2018. Más de dos años después, la empresa municipal se ve obligada a tramitar la documentación después de que el mismo Ayuntamiento se la tumbara.
El depósito de autobuses debe servir para dar cabida al aumento de la flota y evitar de este modo problemas de estacionamiento en los garajes de la Malvarrosa y San Isidro. Está a tiro de piedra de este último, aunque en el barrio de Zafranar. La inversión firmada con la empresa adjudicataria, un contrato ya anulado, fue de 1,68 millones, IVA aparte.
La pretensión es que en el recinto aparquen un centenar de vehículos, unos 80 articulados que miden hasta 18 metros de longitud y una veintena de 12 metros cada uno. Al menos eso es lo que figuraba en el contrato de hace dos años, que se tropezó con numerosas deficiencias en la tramitación que ahora deben ser resueltas sin falta. La licencia ambiental, para lo que se ha expuesto al público el proyecto, es una más de la que necesita este equipamiento. Los interesados tendrán 20 días para presentar alegaciones si lo consideran.
Las obras llegaron a iniciarse con un movimiento de tierras y la limpieza y vallado de los terrenos, aunque no pasó de ahí. Ahora está todo abandonado, con escombreras por la facilidad de vertidos al estar junto a un camino paralelo a la V-30 que llega desde el tanatorio municipal por el este y las cocheras de San Isidro desde la parte oeste de la ciudad.
El motivo de que sean provisionales es que las parcelas deben acoger una de las fases de ampliación del cementerio General. En su día se llegó a hablar de una caducidad de hasta los diez años, aunque la demora lo ha trastocado todo.
El concejal del grupo popular Carlos Mundina preguntó en una reciente comisión de Urbanismo por este proyecto, con la sorpresa de que la licencia de obras sigue todavía en tramitación y que cuenta desde el pasado 24 de febrero con un informe desfavorable de la sección Urbanística del servicio de Actividades.
La empresa de transportes presentó alegaciones sobre esta cuestión el 3 de junio, mientras que la guinda que complica el equipamiento se encuentra en la necesidad del visto bueno de la comisión de Patrimonio dado que por el subsuelo discurre el ramal de una acequia protegida.
Todo esto sin contar con la más que previsible licitación de las obras que saldrán de nuevo a concurso tras la iniciativa fallida rubricada en octubre de 2018. De momento la compañía dispone de dos depósitos y sigue con los planes de renovación y ampliación de la flota de autobuses, que necesitarán lógicamente un espacio de estacionamiento por la falta de capacidad de las actuales dársenas.
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