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Una de las unidades de la serie 3900, estacionadas en València Sud. jesús signes
Los trenes que FGV retiró al comprar otros innecesarios tenían uso para 15 años más

Los trenes que FGV retiró al comprar otros innecesarios tenían uso para 15 años más

Los vehículos se quitaron del servicio para incorporar 22 unidades destinadas a la ampliación de la línea 1 que no se ejecutó

ISABEL DOMINGO

VALENCIA.

Jueves, 7 de junio 2018, 00:48

La incorporación de 22 nuevas unidades de metro de la serie 4300 a la red de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) no sólo supuso un desembolso de 186 millones para un trazado que no existe (la prolongación nunca ejecutada de la línea 1) y, por tanto, una adquisición innecesaria, como avanzó LAS PROVINCIAS y según recoge la información a la que ha tenido acceso este diario. También supuso la retirada del servicio de las unidades de la serie 3900, que actualmente se encuentran abandonadas en las vías de los terrenos de la estación València Sud.

Unos vehículos que, según las fuentes consultadas, aún tenían una vida útil para otros 15 años y podrían estar prestando servicio en la red de Metrovalencia, en concreto, en la línea 1, que realiza el trayecto entre Villanueva de Castellón y Bétera, o haber sido destinadas tras una adaptación al Tram de Alicante.

En este sentido, los sindicatos de FGV criticaron hace unos años «el despilfarro» de la empresa al haber adquirido 22 unidades nuevas cuando las de la serie 3900, incorporadas a la red entre los años 1993 y 1995, todavía tenían vida útil y podrían haberse empleado hasta 2023. De hecho, en el metro de Madrid circulan unidades de esa antigüedad que han sido renovadas.

La Generalitat tiene previsto convocar una nueva subasta de las 18 unidades apartadas

Esa utilidad también quedó reflejada en el pliego técnico de la subasta que la empresa pública dependiente de la Conselleria de Obras Públicas impulsó el año pasado para deshacerse de las unidades que tiene estacionadas desde hace años en las oficinas de Picanya. «Las unidades estuvieron 17 años de explotación, en los que realizaron de forma satisfactoria más de 26 millones de kilómetros, con una media por unidad de 1.600.000 km. La vida esperada del material es de 30-35 años», recoge uno de los apartados del documento de la licitación.

Subasta desierta

Retiradas a mediados de 2012, cuando FGV incorporó los vehículos de segunda generación de la serie 4300 (de la 4341 a la 4362), cuatro años después, en 2016, la conselleria que dirige María José Salvador optó por convocar una subasta pública para enajenar las 18 unidades de la serie 3900 por un importe de 9,4 millones, de los cuales 8,11 millones correspondían al material móvil y 1,30 millones a los repuestos.

El proceso, abierto en enero de 2017, se cerró a mediados de febrero sin éxito, ya que quedó desierto. Ya hubo otro antecedente: unas conversaciones con México que finalmente no se plasmaron en ninguna oferta de compra, lo que llevó a FGV a promover la subasta alegando que los trenes contaban con un sistema de seguridad antiguo, tenían que afrontar la revisión de los 20 años y no eran necesarios para el servicio actual al contar con 62 unidades en el parque móvil.

Fuentes de FGV han confirmado que el proceso sigue sobre la mesa, es decir, se está pendiente de una nueva valoración de las 18 unidades para promover de nuevo otra convocatoria de subasta. En la primera, el precio de los trenes oscilaba entre los 302.143 euros y los 1,13 millones en función de su estado. Mientras llega el nuevo procedimiento de enajenación, los vehículos siguen fuera de servicio en las vías destinadas a maniobras de la estación de València Sud.

Traspaso de sistema

Antes de ser retirados de la circulación, los trenes de la 3900 aún prestaron un último servicio, curiosamente, a los nuevos convoyes de la 4300. Y es que el sistema de seguridad que llevaban instalado (el denominado ATO, que permite la circulación automática y aumenta la seguridad) se traspasó a los trenes que habían costado 186 millones.

¿El motivo? Económicos, pues la Generalitat no contaba con los más de dos millones necesarios para su implantación en las nuevas unidades (sólo tenían la preinstalación), por lo que se decidió traspasar el sistema ATO de las 3900 a las 4300. De esta forma, FGV sólo tendría que invertir unos 360.000 euros en el proceso de desmontaje y montaje en 18 vehículos y abonar una partida similar para colocarlo en las cuatro restantes, pues se adquirieron 22. La compra de los vehículos se justificó por las previsiones de incremento de viajeros y por la ampliación de la red de metro con las líneas 1 y 3 (Ribarroja).

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