Últimos días de la prostitución en el barrio de Velluters de Valencia

La Policía Local ha intervenido, desde mayo de 2023 a enero de 2024, un total de 469 veces en el entorno del conocido como barrio chino, en calles del barrio del Pilar como Viana o Balmes, para luchar contra la prostitución. Las intervenciones incluyen vigilancia e inspección de locales donde pudieran estar contratándose servicios sexuales. La presión policial, el cierre de locales de hostelería y la cada vez mayor presencia de turistas y vecinos ha reducido mucho la prostitución. La Policía Local tiene la percepción de que la compraventa de mujeres en esta zona de la ciudad tiene los días contados. «Pero no la erradicaremos, se irá a otra parte», indican fuentes del Cuerpo municipal.

Y es que la presencia de agentes en las zonas es constante. Todos los días se personan patrullas de la 1ª Unidad de Distrito. La presión policial y el paso constante de turistas y vecinos han hecho mucho. LAS PROVINCIAS visita el entorno con una patrulla. En apenas una hora se ven grandes grupos de turistas en bicicleta o visitantes que arrastran maletas de camino a los apartamentos de la zona. «Ese edificio de ahí es todo de apartamentos», cuenta un policía mientras señala un edificio cercano. El trasiego es constante, sí, pero eso no evita que un grupo de cinco mujeres esperen en una esquina. En una hora no se les acerca nadie: la presencia policial surte efecto. También influye que la calle Viana esté vacía: ya no hay locales de ocio, ni bares ni pubs que antes estaban abiertos hasta altas horas de la madrugada. Eran epicentro de tensiones y broncas y también canalizaban mucha de esta prostitución, consumida sobre todo por personas mayores.

En una pregunta remitida a la Junta Municipal de Distrito de Ciutat Vella, se cuestionaba por las medidas llevadas a cabo para la lucha contra la prostitución en dichas localizaciones y en concreto en los pisos donde se ejerce la prostitución de la calle Viana, desde mayo de 2023 hasta la actualidad. Según la respuesta del concejal de Policía Local, Jesús Carbonell, las medidas adoptadas han consistido fundamentalmente en la presencia policial en la zona, habiéndose registrado en las calles Balmes, Viana y Hospital un total de 469 intervenciones, de las que 157 se corresponden con vigilancias y 121 con seguridad ciudadana.

De estas cifras, en relación con la calle Viana, y para dicho periodo de tiempo, fueron 204 las intervenciones, de las que 135 fueron vigilancias y 43 intervenciones fueron por motivos de seguridad ciudadana. «La presencia policial en dicha zona resulta adecuada, realizándose una vigilancia continua tanto de la vía pública como de establecimientos en los que pudiera ejercerse tal actividad», indica la respuesta.

Así lo confirman los agentes de Policía Local. «Venimos todos los días, pero está todo muy tranquilo», aseguran. Además, en la zona hay en estos momentos obras que terminarán con dos nuevos edificios construidos. Vecinos y comerciantes de la zona confían en que la llegada de más residentes haga que las actividades marginales e indeseadas, como el consumo de prostitución o el trapicheo de drogas, sean definitivamente expulsadas del barrio, pese a que como advierten desde la 1ª Unidad de Distrito, «este tipo de actividades nunca desaparecen: se trasladan de un lado a otro». Bien lo saben, en este sentido, en la Malvarrosa, que ha recibido parte de las personas drogodependientes que antes vivían en el Cabanyal.

Según explica María José Volta, portavoz de la Asociación de Vecinos El Palleter de Velluters y una de las mejores conocedoras, por el tiempo que lleva combatiéndolos, de los problemas que genera la prostitución y el consumo de drogas en el barrio, la situación ahora «está más tranquila que otros años». «Queda menos, pero hay actividad. Lo que vemos es más drogadictos, hacía mucho que no pero ya los vemos. En el parque de Guillem Sorolla han vuelto», indica Volta, que apunta que uno de los principales problemas que tienen ahora es «una pandilla de adolescentes que se reúne en ese parque hasta la madrugada. Llevan dos noches molestando».

Volta asegura que el cierre de los bares empezó en 2008 y eso ha venido muy bien, aunque apunta que en las habitaciones siguen actuando. «Pero sí, antes era más escandaloso. Vemos a los clientes que entran y salen. Lo que hacen ahora, que lo vemos, es que los clientes las contactan por teléfono y ellas salen a por ellos a Guillem Sorolla», desvela Volta, que apuntala la tesis policial: «Conforme se van haciendo obras, hay más movimiento y las personas drogodependientes se van. En Juan de Vilarrasa había épocas que era un escándalo, veíamos muchos vídeos de gente que se drogaba en el parque, y eso ahora ha desaparecido, en parte porque hay mucha más gente por el barrio y por las obras de Ciudad de Brujas».

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