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Presentación del proyecto en las clínicas de la Universidad Católica este jueves. Irene Marsilla
La Universidad Católica estudiará la detección precoz de enfermedades cerebrales en 9.000 valencianos

La Universidad Católica estudiará la detección precoz de enfermedades cerebrales en 9.000 valencianos

El proceso, que quiere hacer extensivo a la Conselleria de Sanidad, durará al menos cuatro años y analizará a personas sanas y con patologías neurológicas de todas las edades

José Molins

Valencia

Jueves, 19 de octubre 2023, 14:33

La detección precoz de enfermedades cerebrales es el reto que se ha propuesto la Universidad Católica de Valencia (UCV) con un proyecto que pretende contar con más de 9.000 personas, a las que se les analizará su evolución neurológica. La iniciativa se llama 'Brain Health and resilience Valencia Challenge' y este jueves ha comenzado su proceso de captación de voluntarios, que de manera gratuita para ellos se podrán someter a pruebas para ver su estado de salud cerebral. Está previsto que en enero comiencen a realizarse los seguimientos, tanto presenciales como a través de formularios a los participantes.

La iniciativa busca tener una representación de como mínimo 2.300 personas en cada uno de los cuatro grupos en los que se va a estructurar el proyecto. Se dividirá entre los mayores de 40 años sin enfermedades neurológicas, los que sí las tengan y las personas de 18 a 39 años que no tengan problemas cerebrales y los que sí los sufran. La intención de la UCV es que durante al menos cuatro años se les pueda hacer un seguimiento en tres fases, la inicial, la intermedia a los dos años y la tercera a los cuatro para ver cómo ha sido su evolución y poder detectar posibles problemas. Aunque la intención no es parar ahí, sino poder hacer un seguimiento de los pacientes a largo plazo y que esto se implemente en toda la Comunitat como procedimientos habituales.

«Es un desafío para Valencia, conseguir mantener la capacidad funcional del cerebro durante toda la vida. La propuesta es crear en Valencia un centro de referencia para el estudio de la salud cerebral, de manera colaborativa», señala José María Tormos, vicerrector de Investigación de la UCV. Pero aclara que no es un proyecto solamente de la UCV «sino una iniciativa con voluntad de hacer partícipe a todas las universidades, al sector privado y a toda la Comunitat. La idea es poner esta iniciativa a disposición de la Conselleria de Sanidad, poder alinearla con los programas de promoción de salud y hacerlo extensivo a más personas, es la idea y la propuesta que vamos a hacer», explicaba este jueves a LAS PROVINCIAS en la presentación del acto en la sede clínica de la universidad en la plaza Ciudad de Brujas.

Chequeo personalizado

El proyecto cuenta con la presencia de Álvaro Pascual-Leone, catedrático valenciano de Neurología en la prestigiosa Escuela Médica de Harvard. «La razón por la que se quiere un cerebro sano puede ser distinta en cada persona, hay que analizar las capacidades para cosas distintas. El chequeo es distinto en función de cuáles son sus metas, y eso hay que traducirlo en evaluaciones sobre cómo funciona tu cerebro para hacer eso», asegura. «Analizamos cómo rinde el cerebro, para medir cómo está funcionando para llevar a cabo lo que quiere, es una evaluación breve pero muy personalizada. El primer paso es preguntar al paciente para qué quiere un cerebro sano, qué tipo de funciones cognitivas son las que necesita», apunta el experto.

De las 9.000 personas con las que va a comenzar el proyecto, la mayoría serán controladas con los formularios que podrán rellenar por internet, y que ya están disponibles en la web de la universidad. Pero en torno a 3.000, de edades y estados de salud variados, se les analizará de forma presencial en la clínica. «Vamos a mirar encefalogramas, resonancias, toma de muestras de sangre, orina, heces, porque sabemos que la microbiota tiene un papel importante en el mantenimiento de la salud cerebral», dice Tormos.

Supondrán cuatro visitas de dos horas durante dos semanas, y se debería repetir cada dos años para observar la evolución. «Queremos que les suponga un beneficio en cuanto a saber más y conocer mejor cómo está su salud, que se sientan cómodos. Necesitamos tres medidas temporales como mínimo, si hacemos medidas cada dos años, necesitamos que alguien esté un mínimo de cuatro años en el estudio. Con eso podrías analizar ya tendencias de declive, pero lo que realmente va a dar valor al proyecto es poder seguir a la población a lo largo del tiempo», expresa el vicerrector.

El experto Pascual-Leone incide en que esta iniciativa hará algo novedoso, ya que las pruebas cerebrales no se suelen realizar a gente que está sana. «¿A cuánta gente le hacen un chequeo cerebral? Normalmente se hacen análisis de sangre, otros chequeos, pero es ínfimo el número de gente que le hacen chequeo antes de que haya un problema cerebral», expone. «No se hace una evaluación preventiva antes de que haya problemas. Dan consejos de cómo promocionar la salud como me los daba mi abuela, sobre dormir mejor, llevar una vida sana. Pero eso no es lo que debemos hacer los médicos, debemos tener más precisión personal, con estudios adecuados a cada persona con precisión, con una prescripción para que haya más impacto, no sólo una recomendación», destaca.

Presente y generaciones futuras

El objetivo del proyecto es «que se beneficie la gente ahora y que nos ayuden a aprender para que las generaciones futuras se beneficien más», dice el catedrático de Harvard, que da un plazo de tiempo predecible de 10 años para obtener resultados fiables en esta investigación. «Nos proponemos estudiar desde el gen hasta el comportamiento, con todos los recursos y estrategias disponibles», añade Tormos.

Se harán los mismos procedimientos, pruebas idénticas para las personas de cualquier edad, tengan o no alguna enfermedad cerebral. «La idea es que sea reproducible, hacer los mismos procedimientos para todas las edades. Cogemos 1.000 personas para ver cómo se parecen entre ellas, y las seguimos durante 4 años para ver cómo se comportan», indica el vicerrector. «Empezamos con dos grupos a partir de 40 años de edad porque es cuando se empiezan a notar más estas manifestaciones. Lo que realmente nos interesa es en paralelo empezar con gente a los 18 años, porque cuando lleguen a los 40 recogeremos suficiente cantidad de datos para tener una foto de qué factores y cómo influyen para mantener esta salud cerebral», expone el responsable del proyecto de la UCV.

La prevención y la detección precoz son las claves de este proyecto, como explica Pascual-Leone. «El 80% de la discapacidad cerebral está causada por enfermedades no diagnosticadas o estilos de vida modificables. Pueden ser prevenidos pero no podemos reaccionar cuando los síntomas ya son severos, sino prevenirlos», indica. «La enfermedad se manifiesta cuando te haces mayor pero empieza mucho antes. Por eso debemos entender la neurociencia, el cerebro con la edad deberíamos mantenerlo estable, cuando perdemos capacidad es porque hay una enfermedad o estilos de vida que no promueven la salud. Tenemos que reenfocar la expectativa, entender qué está pasando, hacer chequeos de función cerebral igual que se hace con el cáncer», destaca. El experto señala que tener un propósito de vida bien definido y no sentirse solo en la sociedad son dos factores clave para reducir las posibilidades de enfermedades cerebrales, además de una vida sana.

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