ÁLEX SERRANO
VALENCIA.
Lunes, 19 de abril 2021, 00:14
La concejalía de Urbanismo protegerá los edificios modernos en el marco de la revisión pormenorizada del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que está llevando a cabo el departamento que dirige Sandra Gómez. Aunque fuentes del mismo insisten en que la decisión no ha estado motivada por el rechazo a los derribos de parte de la vieja escuela de Agrónomos, llevados a cabo en diciembre, a nadie se le escapa que el anuncio de Urbanismo llega cuatro meses después de aquellas obras, que recibieron críticas del Colegio de Arquitectos y de la Universitat Politècnica de València, entre otros.
Publicidad
En el año 2015 se aprobó la última revisión integral del Catálogo Estructural de Bienes y Espacios Protegidos de Valencia. Según Gómez, en dicha revisión, «el gobierno del PP dejó fuera todos los edificios de estilo moderno con los que cuenta la ciudad». La vicealcaldesa explicó que esta revisión pormenorizada «también incluye la revisión del catálogo pormenorizado». En esta revisión, la delegación de Urbanismo pretende «analizar todas aquellas construcciones que son más recientes e incorporar al catálogo las que tengan elementos suficientes para su protección, o incluso su propuesta como BRL o BIC», indicó.
A pesar de su abundante producción, el movimiento moderno está particularmente infrarrepresentado en los catálogos estructurales de protección. Como ha señalado la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, de los 1.007 inmuebles declarados Bien de Interés Cultural (BIC) en la Comunitat Valenciana, ninguno de ellos pertenece a la arquitectura moderna y únicamente la Iglesia de San Nicolás del Grao de Gandía se encuentra en estos momentos en trámite de declaración como BIC. Asimismo, de los cerca de 90 inmuebles de Valencia inscritos en el Registro DOCOMOMO Ibérico, son Bien de Relevancia Local (BRL), entre otros, los Colegios Jesús y María (Agustín Borell), Guadalaviar (Fernando García Ordóñez) y Pureza de María (Mauro Lleó), así como los edificios universitarios proyectados por Moreno Barberá en la Avenida Blasco Ibáñez, entre ellos la antigua escuela de Agrónomos que fue derribada en parte en diciembre. Urbanismo siempre defendió que las naves que desaparecieron no formaban parte del conjunto protegido.
No están protegidos, en cambio, el Edificio Alonso (Luis Albert Ballesteros); el Edificio Merle (Ignacio de Cárdenas); el Edificio Gómez Trénor (Luis Gutiérrez Soto); el Edificio Moroder (Miguel Fisac); los Edificios Cadahia (Estudio GO.DB); la Torre Ripalda, más conocida como la Pagoda (Antonio Escario); el Colegio Alemán (Eberhard Becker et al.); la sede de la Confederación Hidrográfica del Júcar (Miguel Colomina) y la del Colegio Territorial de Arquitectos (Emilio Rieta et al.), por citar algunos ejemplos que nombró el PP en una moción presentada al pleno que fue rechazada por el equipo de Gobierno. Ahora Urbanismo revisará estos y otros edificios de la ciudad para ver si son susceptibles de protección y evitar, en la medida de lo posible, que suceda de nuevo algo como lo ocurrido en Agrónomos donde hubo dudas sobre qué parte de la antigua escuela estaba protegida y cuál no, según varios informes de Cultura.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.