MAR GUADALAJARA
Lunes, 23 de septiembre 2019, 20:13
El mes de septiembre es de adaptación y cambios. La vuelta a la rutina y al trabajo también traerá novedades para aquellos que usan a diario los autobuses de línea de la ciudad. Un nuevo reglamento de la Empresa Municipal de Transportes de Valencia (EMT) será aprobado este jueves ya que la concejalía de Movilidad considera necesaria su actualización para mejorar los derechos de los conductores y los usuarios. Lo cierto es que, algunas de las aportaciones del reglamento sorprenden a los propios viajeros. Mientras unas las consideran aceptables, hay otras prohibiciones que las ven innecesarias.
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Entre las que más llaman la atención a los habituales de este servicio es la prohibición de fumar en las marquesinas de las paradas. Muchos consideran este veto excesivo, ya que se trata de «una cuestión de educación y civismo», como la mayoría indica. Los propios fumadores son conscientes de las molestias que pueden ocasionar y por eso, «se retira uno y ya está, tan sencillo como apartarse», comenta uno de los afectados por la nueva normativa, quien insiste en que se trata de «respetar». Así, aceptan que las paradas sean espacios libres de humo.
Sin embargo, otras cuestiones que entrarán en vigor traen más polémica y controversia. Una de las principales es aquella en la que se admite posibilidad de subir mascotas al autobús, siempre que quepan en un trasportín. Esta nueva permisión no es bien recibida por los usuarios, sobre todo, cuando se sienten incómodos o supone una exposición para su salud. «Yo soy una gran amante de los animales, pero soy alérgica así que no me gustaría coincidir en un trayecto con alguien que subiera a un perro en el autobús», se justifica una pasajera de la línea 9.
Pero no todos los animales podrán acceder a los autocares. Para poder viajar en la EMT, las mascotas deberán ir dentro de un transportín (de 45x35x25 centímetros), que se situará sobre el regazo o a los pies de la persona responsable, y tan sólo se permitirá un máximo de tres animales por bus.
Entre otra de las novedades está la prohibición de escuchar música sin auriculares en el bus. Esta decisión ha sido alabada pero muchos se preguntan cómo lo controlaran: «no entiendo cómo les van a sancionar porque cómo se demuestra que estaban infringiendo la normativa», se pregunta una joven.
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Asimismo, se incorporan cuestiones de mayor calado, como la de permitir peticiones de parada a demanda por parte de las mujeres. Tendrán la posibilidad de indicar un lugar diferente a las paradas habituales por motivos de seguridad.
«Me alegro de que lo hayan prohibido, es muy molesto», dice esta usuaria al enterarse de las novedades. Cree que dejar viajar a las mascotas «traerá problemas, no todo el mundo es igual de tolerante».
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Detrás de la marquesina de una de las paradas de plaza de la Reina espera fumando. «Entiendo la prohibición, yo siempre me aparto para no molestar; tal vez prohibir es demasiado, pero falta respeto».
No usa a diario el autobús, pero no acepta que a partir de ahora pueda compartir trayecto con animales. «Que limpien las calles, la ciudad ya está sucia por los perros, sólo falta que entren en el bus»
«Creo que no se trata de prohibir, sino de concienciar, acabarán por prohibir todo; no sé cómo pretenden controlarlo, no parece eficiente», dice este pasajero con prisa ante la llegada de su autobús.
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