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Decenas de personas agolpadas a la entrada del rastro el pasado domingo JOSÉ BURGOS

Usuarios del rastro denuncian aglomeraciones en la entrada

La concejalía de Mercados recuerda que el nuevo espacio del mercadillo de Valencia cuenta con seguridad privada

ÁLEX SERRANO

VALENCIA.

Sábado, 15 de agosto 2020

La imagen se repite, dicen los usuarios, semana tras semana. Decenas de personas se agolpan en las entradas del nuevo rastro, en la esquina de Serrería con Tarongers, para entrar a la zona vallada donde ahora se ubica el mercado de viejo. Visitantes del mismo han protestado ante la seguridad privada y ante la Policía Local, pero, denuncian, nada se ha hecho. En tiempos de Covid-19 y con los brotes casi descontrolados en la ciudad, la situación preocupa y mucho a los usuarios del rastro.

Uno de ellos es José Burgos. Comenta que el problema se repite semana tras semana. «El pasado día 9 me olía que podía volver a pasar. La entrada está en Tarongers. Por eso hice fotos», indica Burgos. «Hablé con técnicos municipales y tomaron nota. Antes de entrar ya vi que había mucha gente y se lo dije a la Policía Local de Valencia. No soy nadie para decirles cómo tienen que hacer su trabajo, pero sí consideré que tenía que decírselo», asegura.

Este usuario del rastro explica que hay prisa por entrar porque los horarios ahora son más reducidos: «Si no entras el primero igual no encuentras nada». Luego la situación no se repite dentro, dado que el lugar es amplio. «Hay paradas donde hay mucha gente y otras donde hay poca gente. Las paradas son más pequeñas. Caben 300 paradas pero no se pueden poner más de 150 ahora y creo que hay incluso menos», indica este usuario del rastro, que señala que el pasado día 9 informó a los trabajadores municipales de la situación.

El retraso en la hora de apertura provoca que mucha gente se reúna con demasiada antelación para acceder los primeros

A la entrada, relata, «la gente pasa sin distanciamiento tocando codo a codo por un pasillo estrecho. Recordemos que es un mercado municipal del Ayuntamiento de Valencia. Lo que pase allí es responsabilidad del Ayuntamiento y no queremos un rebrote en el mismo rastro a tan poca distancia». Burgos ya había avisado al 010, el teléfono de información del Ayuntamiento, de la poca distancia a la hora de entrar. El mismo día nueve, además, avisó a los encargados de vigilancia privada, «que pasaron el problema a los empleados municipales (placeros en el argot del rastro)». «Hablé con los empleados municipales y una de ellas tomó nota y vi cómo hizo fotos de la entrada masiva. Fuera hablé con la policía y les dije el problema que podríamos tener. Dijeron que tomarían nota pero no hicieron nada», lamenta Burgos.

Preguntadas a este respecto las concejalías de Mercados y Policía Local, aseguraron no tener constancia. En la primera indicaron que cuentan con vigilancia privada para controlar el nuevo rastro, inaugurado el pasado mes de junio tras los días más complicados de la pandemia, y que pretende reubicar los 517 vendedores autorizados que podían trabajar en la plaza Luis Casanova, junto a Mestalla. Desde Mercados apuntaron que estarán vigilantes de la situación por si se repite a la entrada de los usuarios, en torno a las 9 horas.

Esta nueva ubicación era muy reclamada por los vendedores. Ya en 2017, en una consulta interna de las dos asociaciones del rastro, la mayoría de los propietarios de los puestos apostaban por el cambio de ubicación (148 frente a 83 que votaron no de los que participaron en la encuesta del Consistorio).

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