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Cuando aparecieron en 2010, las bicicletas de Valenbisi fueron toda una revolución en la ciudad. No se puede negar que Valencia necesitaba un servicio ... similar. En una urbe prácticamente plana y con más de 300 días soleados al año, bicicleta y valencianos protagonizan desde hace más de una década un idilio de los que marcan época. Como muestra, un botón: en 2012 llegó al máximo de usuarios anuales, más de 1,3 millones de abonos. Sin embargo, el paso del tiempo, la falta de mantenimiento y de promoción por parte del Consistorio y, curiosamente (o no), el aumento del uso de la bicicleta por parte de los valencianos ha conseguido que en 2021 los bonos anuales cayeran a mínimos históricos, incluso por debajo de los registrados en pleno 2020: apenas 374.269 abonos anuales, según una respuesta de la concejalía de Movilidad Sostenible a Ciudadanos.
Las claves de este descenso, superior al 30% con respecto al último año sin pandemia, 2019, son variadas. No todas tienen que ver con el estado de las estaciones, que funcionan mejor de lo que dicen las leyendas urbanas. «Nunca he tenido problemas con los enganches», comenta Carla, que dice que usa la bicicleta de forma diaria para ir a la universidad. «A veces faltan en alguna estación, pero es que están todas muy cerca. Si no tienes en una estación te vas a otra», dice Paula, compañera suya, en un punto de estacionamiento cerca de Benimaclet.
Ana María Morales, responsable de Bicicletas de JC Decaux, ha explicado que los datos «no se pueden comparar con los que había en 2010». De hecho, a fecha 8 de mayo Valenbisi tenía 31.963 usuarios, lejos de los 113.332 de junio de 2012, según datos ofrecidos por el Anuario Estadístico de la Ciudad de Valencia. «Pero vamos mejorando día a día: hemos llegado a 30.000 usuarios», ha comentado Morales. De acuerdo a los datos ofrecidos por Ciudadanos, han llegado a menos: en mayo de 2021 tuvieron 28.924 usuarios.
El descenso del turismo también podría explicar la caída de usuarios, sobre todo tras la pandemia, cuando el número de visitantes no se ha terminado de recuperar. Sin embargo, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, tiene otra explicación: «No tengo datos objetivos pero tengo la sensación de que mucha gente que empieza con Valenbisi se compra rápidamente una bici». «Ha jugado un papel importante, introductor para mucha gente que hace un trayecto», ha comentado.
Morales ha explicado que hay mucha gente que tiene su bicicleta y otra mucha, como los estudiantes Erasmus, «que no se van a comprar una bicicleta porque no pueden subirla a casa». «El hecho de dejar una bicicleta en una estación te garantiza que no te la van a robar», ha indicado la representante de JC Decaux.
El concejal de Ciudadanos que ha desvelado los datos de Valenbisi gracias a una pregunta en la comisión de Movilidad, Narciso Estellés, ha asegurado que el edil delegado, Giuseppe Grezzi, «tiene abandonado el servicio municipal de alquiler de bicicletas», cuyo contrato con el Ayuntamiento expira en 2030. «Siempre consideró a Valenbisi un problema heredado del PP y no una solución potente de movilidad. Por eso, no ha hecho nada por su modernización y por velar por su crecimiento en estos años», ha explicado Estellés.
«La tendencia a la baja de usuarios y usos de Valenbisi no solo es de este periodo transcurrido entre la pandemia y la nueva normalidad, sino que recordemos que entre los años 2016 y 2017 cayeron los usos y entre los años 2017 y 2018 también cayeron los usuarios», ha recordado el concejal de Ciudadanos.
Estellés ha hecho hincapié en que curiosamente Compromís, que hace una defensa verbal de 'lo público', en materia de alquiler de bicicletas, «parece que invite continuamente a la ciudadanía a coger su propia bicicleta o su propio patinete». «De hecho, Grezzi no aparece con una bicicleta de Valenbisi en sus comparecencias públicas, prefiere la suya propia para hablar del uso de la bicicleta», ha comentado Estellés.
El concejal de Ciudadanos ha criticado que tanto Compromís como PSPV, «con su dejadez con Valenbisi», están contribuyendo «a un acotamiento del servicio publico de alquiler de bicicletas dirigido hacia los turistas ocasionales y no hacia el propio usuario de Valencia, que daría un uso más prolongado del servicio en el tiempo». Estellés ha tildado esta política de «error».
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