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P. MORENO
Jueves, 17 de diciembre 2020, 01:21
El Ayuntamiento de Valencia y la Acequia Real del Júcar escenificaron ayer una nueva «entente cordiale» entre las dos instituciones después de las duras alegaciones de los primeros contra el efecto en la Albufera de la modernización del riego en el plan de reparto de agua de la confederación hidrográfica para el periodo 2021-2027. El vicealcalde Sergi Campillo manifestó que la apoyarán siempre que se garantice un caudal al humedal.
Este año será de 12 hectómetros cúbicos de agua sobrante del riego de los campos, mientras que cuando se ejecuten todas las obras se llegará a 40 anuales, según informó el Consistorio después de acordar ese compromiso con la entidad de regantes. Campillo subrayó el apoyo a la modernización de los regadíos, siempre que «los ahorros de esa modernización se destinen íntegramente a la Albufera como reserva de agua ambiental».
Esos trabajos, explicó, «permitirán recuperar una parte importante de las aportaciones de la mejor agua para atender las necesidades ambientales del humedal durante los meses sin cultivo arrocero». Según las alegaciones entregadas el pasado octubre, la principal entrada de caudal procede del sistema de riego de la Acequia Real del Júcar, que hasta los años 80 aportaba una media de 308 hectómetros cúbicos sobre un total de 395 de excedentes fluviales. El próximo ciclo de planificación hidrológica de la demarcación del Júcar, cuyo proceso de consulta pública ha de comenzar en los primeros meses de 2021, deben «quedar inequívocamente asignados al uso ambiental de la Albufera».
Fuentes de la Acequia Real del Júcar señalaron que el «apoyo de Valencia es muy importante», para señalar que los plazos para llegar a la última fase de la modernización de los regadíos depende en gran medida de la evaluación estratégica ambiental que debe aprobar la Generalitat.
«Desde 2016, cuando se alcanzó el acuerdo para la modernización y el destino del agua sobrante hemos cumplido entregando agua limpia», añadieron. En total, el Consistorio considera que la aportación anual debe ser de 70 hectómetros cúbicos los meses sin cultivo. La «sequía técnica» se extiende más allá del invierno, abarcando a juicio de los técnicos municipales casi todo el periodo de parada del cultivo arrocero, ya que la «derivación de caudales en alta apenas genera retornos o excedentes».
Valencia es la propietaria del lago, por lo que más allá de autorizaciones para las obras, las mismas fuentes señalaron que es «muy importante este apoyo a nuestro trabajo». La reclamación de un aporte constante de caudal limpio al lago ha sido una reivindicación frecuente del Consistorio, que de esta manera quiere favorecer a la regeneración de flora y el aumento de fauna en el parque natural.
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