Zafarrancho de revisión de todos los carriles bici de la ciudad de Valencia. El nuevo Ayuntamiento llevará a cabo una revisión de todos los trazados de la capital. En el punto de mira, la seguridad y la posibilidad de accidentes de tramos controvertidos y diseñados ... durante los dos mandatos de Ribó al frente del Ayuntamiento. El polémico carril bici de Pérez Galdós, borrado con el paso del tiempo y escenario de un sinfín de cruces criticados por ciclistas y conductores; el estrechísimo carril bici de las grandes vías (que contraviene incluso las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico); el controvertido carril de bici de la calle Colón, vía que se enfrenta a una enmienda a su totalidad, los numerosoos carriles bici que se sitúan entre las paradas de autobús y el camino que transitan los pasajeros, con el consiguiente riesgo de atropello... son sólo algunos de los tramos que aparecen en el horizonte de la auditoria global que fuentes municipales señalaron ayer que se llevará a cabo.
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El objetivo del examen general que llevará a cabo el Consistorio tiene como objetivo determinar cuáles son los tramos a rediseñar por el departamento de Movilidad, en cuáles se tiene que mejorar la señalización o sentido de los mismos. El propio programa que el PP presentó a las elecciones municipales ya recogía este extremo que ahora se detalla con la auditoría: «Mejorar la seguridad de los carriles bici, rediseñándolos en aquellos aspectos en los que resulte necesario según criterios técnicos».
La remodelación de los carriles bici es sólo la punta del iceberg de la nueva movilidad que viene con María José Catalá. En la hoja de ruta de la alcaldesa, otros asuntos como la mencionada remodelación de la calle Colón, apagar las cámaras de la APR de Ciutat Vella, revertir los horarios a mediodía de la ORA que impulso el Gobierno de Ribó o el regreso al centro de las 15 líneas de la EMT desplazadas por la peatonalización.
La polémica de la APR
Fue una de las primeras promesas electorales que Catalá confirmó que iba a llevar a cabo con su victoria el pasado 28M: suspender las multas a aquellos no residentes que transiten por el Área de Prioridad Residencial (APR) de Ciutat Vella. Apagar unas cámaras que en sólo el pasado mes de abril supusieron la friolera de 100 sanciones al día. «Suspenderemos la aplicación del régimen sancionador regulado en la APR hasta que se alcance un consenso con residentes, comerciantes, hosteleros, profesionales, centros educativos y entidades culturales y festivas del barrio», se recogía en el programa del PP.
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A la espera está que la nueva corporación empiece la ronda de contactos con todos los protagonistas, algo que se producirá cuando esté plenamente conformada la nueva delegación de Movilidad y Seguridad Ciudadana, en quien recaerá esta responsabilidad. Fue apenas unos días después de la victoria electoral cuando los populares subrayaron que ejecutarían la medida. El cerrojazo con las cámaras al centro de Valencia ha supuesto la friolera de 2,1 millones de recaudación en multas por parte del Consistorio, desde que se puso en marcha en diciembre de 2021.
Una reforma pendiente
«La calle Colón es el emblema de cómo la movilidad a ido a golpe de improvisación«. En su entrevista a LAS PROVINCIAS como candidata a Ayuntamiento, María José Catalá ya deslizó como la reforma de la calle Colón sería uno de sus más tempranos e intensos caballos de batalla. Una vía que ha acabado por no contentar a nadie: ni a conductores privados por las estrecheces de los carriles, ni a los ciclistas y usuarios de patinetes por los continuos peligros de un carril sembrado de vados y garajes, ni tampoco a peatones ni comerciantes, por la abundante presencia de osbtáculos en las aceras y la reducción de compras por la peatonalización capitaneada por Giusseppe Grezzi.
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Es otra de las promesas que ejecutará la alcaldesa. «Reordenar la movilidad y el espacio público de la calle Colón, de forma consensuada y con un proyecto de calidad en el que participarán vecinos, comerciantes y sectores afectados, primando la seguridad y la accesibilidad», señalaba el programa de los populares. En manos de la corporación municipal está un estudio llevado a cabo por el auditor de Seguridad Vial por la Unión Europea Andrés Luis Romera que identificaba «peligro de accidente hasta en cinco de los siete puntos analizados». Desde el Ayuntamiento aún no se ha detallado como se hará convivir el difícil equilibrio de carriles de circulación para vehículos privados, el de la EMT y taxis y la franja reservada a bicicletas y patinetes.
La zona azul
¿Pero a mediodía hay que poner ticket en la ORA o no? Era una de las preguntas más escuchadas en los últimos años junto a las plazas 'azules' de estacionamiento limitado. El Gobierno del Rialto puso en marcha en junio de 2021 la ampliación de los horarios en los que había que pagar: de 14 a 16 horas de 20 a 21 horas. Y no pocos conductores cayeron víctimas no sólo de la intención de no abonar el aparcamiento, sino del despiste a la hora de saber si acudir o no al parquímetro. La prueba es que sólo en el primer año de funcionamiento, el Consistorio recaudó más de 800.000 euros.
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El Gobierno de Catalá ejecutará la modificación de de estos horarios. «Revertiremos y dejaremos sin efecto los juevos horarios de aparcamiento de vehículos en las zonas de estacionamiento regulado de la ciudad de Valencia (Zonas ORA), volviendo a la franja horaria anterior sujeta a pago (de 9 a 14 horas y de 16 a 20 horas)», era el anuncio que contenía el programa electoral del PP y que ahora ejecutará Catalá.
EMT
El cierre de la plaza del Ayuntamiento por su peatonalización desencadenó un notable rediseño de las líneas que atravesaban la zona neurálgica de Valencia. Grezzi puso todo su empeño en convertir la llamada lanzadera C-1 en el icono del equilibrio entre el transporte público y lo que el Rialto llamaba la «pacificación» de Valencia. No ha funcionado. Se inauguró después de terminar el confinamiento por el Covid y en los primeros meses demostró que no era una apuesta bien planteada: 192.000 pasajeros menos que cuando circulaba la desaparecida línea 5. No contentó ni a usuarios ni mucho menos a los comerciantes.
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Replantear las líneas que circulan por el cogollo de Valencia y por la cercana megaparada de Guillem de Castro es otra de las apuestas en Movilidad de María José Catalá. Así lo sostenía ya su programa electoral: «Recuperaremos las 15 líneas de la EMT que llegaban al centro de la ciudad».
Aparcar, misión imposible
Con Ribó, Valencia ha perdido 3.000 plazas de aparcamiento cada año. La decidida apuesta del Gobierno del Rialto por la movilidad en bicicleta o patinete ha supuesto una sangría de estacionamiento para la ciudad. O bien con la eliminación de parking gratis o con su conversión en las controvertidas zonas naranjas y verdes, extendidas hasta a tres barrios y que han supuesto un quebradero de cabeza para residentes, comerciantes y vecinos. Difícil no contentar a nadie.
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En todo su mandato, Ribó ha eliminado 15.000 plazas de estacionamiento. Durante la campaña se marcó una estrambótica propuesta: crear más de 2.000 con proyectos como el sótano de un instituto como parking, construir otros tres en altura y acondicionar un solar para el estacionamiento de coches. Otra más de los muchos castillos en el aire que la corporación saliente lanzó durante la campaña. El objetivo de Catalá es dotar de más estacionamientos a la ciudad. «Habilitaremos más de 8.000 plazas de estacionamiento público en 15 barrios de la ciudad, a fin de dar respuesta a la demanda actualmente existente», subraya el programa de los populares.
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