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La Valencia que ha cambiado por el coronavirus

Miércoles, 8 de abril 2020, 20:01

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
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Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
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EP
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Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
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J. Signes
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
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EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
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J. SIGNES
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Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

J. SIGNES
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

AFP
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

TXEMA RODRÍGUEZ
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

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EFE
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
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J. Signes
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
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J. Signes
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J. Signes
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J. Signes
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J. Signes
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J. Signes
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J. Signes
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J. Signes
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J.Signes
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EFE
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EFE
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EFE
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EFE
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EFE
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Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

J. Signes
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

J. Signes
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

J. Signes
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.
Valencia ha cambiado por el coronavirus. Las calles, plazas y parques están vacíos y la presencia policial y militar es casi constante. La afluencia a cafeterías y restaurantes ha caído un 95% (y los comercios están cerrados), al igual que el uso del transporte público. Los controles en carretera se acentúan para evitar desplazamientos. Ya es una realidad el hospital de campaña que se empezó a levantar junto a la Fe, mientras que la antigua Fe también entra en servicio. Pero a pesar de todo, del confinamiento y del estado de alarma, los ciudadanos no dudan en salir cada tarde -a las 20 horas- a sus balcones para aplaudir y rendir homenaje a los sanitarios, por su trabajo y lucha contra el virus.

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