València en Comú se planta ante el modelo urbanístico del PSPV

Ya lo había dejado caer ayer en un desayuno informativo con los medios de comunicación, pero hoy València en Comú ha decidido desmarcarse por completo de los planes urbanísticos del Ayuntamiento en algunos Proyectos de Actuación Integrada (PAI) de la ciudad, como es el caso de Benimaclet Este, reactivado por el PSPV, que gestiona Urbanismo. Así, la formación que dirige María Oliver ha anunciado que va a pedir un informe jurídico al Consistorio sobre si se puede convertir el suelo urbanizable del PAI, donde se prevén edificios en altura superiores a los inmuebles que hay ahora en el barrio.

«Queremos que se estudie la viabilidad de la propuesta de desclasificación del suelo y las posibles consecuencias jurídicas que comportará, atendiendo a la estrategia planteada por Cuidem Benimaclet, donde el Ayuntamiento, a través de la potestad que le atribuye la LOTUP (Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje), tendría la posibilidad de abordar la desclasificación del suelo urbanizable establecido en el PAI a suelo no urbanizable«, señala la formación en un comunicado, en el que apuntan que, como no existe un incremento demográfico, han decidido pedir replantear la actuación urbanística al resto del tripartito.

Oliver cree que siempre que se pueda empezar de cero una planificación «especulativa», «será bueno para la ciudad y para la gente. Si tenemos que crecer, que sea para los que no tienen recursos y no para los especuladores», ha dicho la concejala, que ha insistido en que el Consistorio está »ante una ocasión de reconducir y mejorar el desarrollo urbano de nuestra ciudad, apostando decididamente y con valentía por un modelo de ciudad a escala humana, saludable y sostenible, una ciudad del siglo XXI«.

Tanto la portavoz como los concejales Berto Jaramillo y Neus Fábregas se han reunido hoy con la Asociación de Vecinos de Benimaclet, que junto a Benimaclet és Futur, han pedido la reducción de la edificabilidad. La promotora del PAI, Metrovacesa, mantiene la idea de construir 1.350 viviendas en el entorno afectado por el plan, una propuesta que las entidades vecinales del barrio y, ahora también, València en Comú, rechazan con la misma contundencia.