Las cápsulas de café, las tapas de yogur o los tubos de pasta de dientes se podrá reciclar a partir de mayo

¿Dónde se tiran las cápsulas de café? ¿En el cubo de residuos orgánicos? ¿Junto al plástico? Estas son las dudas más comunes a la hora de desechar productos de aluminio ligero que están manchados con alimentos. Ahora mismo la mayoría de estos materiales, el 80%, se acumulan en los vertederos sin llegar a las plantas de reciclaje. Al contrario que el papel, el plástico o el vidrio, ahí termina su vida útil que, tal vez, son los dos segundos en los que destapas el yogur, en el caso de las tapas, o los cinco en los que tarda en salir el café de la máquina. Un proyecto piloto les dará por fin en Valencia una segunda vida.

A partir de mayo se podrán reciclar las cápsulas, tapas de yogur, tubos de pasta de dientes y todos los productos de aluminio y acero ligeros siempre que se desechen en el contenedor amarillo, junto al plástico y los envases. Se pone en marcha esta acción y se debe adaptar para ello la planta de reciclaje de Vaersa. Así, Valencia se convierte en la primera ciudad española en aproximarse a los objetivos marcados por la Unión Europea. España no cumple la marca que fija Europa: en 2025 se deben reciclar el 50% del aluminio desechado.

El Ayuntamiento ha firmado un convenio con la Generalitat y Nespresso para llevar a cabo el proyecto y facilitar la separación de estos residuos sin coste alguno para el Gobierno municipal. En la ciudad, a partir del próximo mes de mayo se instalará en los contenedores amarillos un vinilo informativo sobre los nuevos residuos que se pueden reciclar. El vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, calcula que entre 500 y 1.000 toneladas en el año serán potencialmente reciclables con este nuevo sistema, «que hoy por hoy acaban en el vertedero de Dos Aigües o como residuos impropios en el contenedor marrón de materia orgánica por su difícil separación».