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El Ayuntamiento ofrecerá desde julio entregar las cenizas de los difuntos tras la cremación en una urna compostable, gratis para las familias, que también podrán ... solicitar un pequeño árbol para plantarlo sobre los restos de su ser querido, siempre en una propiedad privada y nunca en una pública. Así lo anunció este martes el concejal de Cementerios, Alejandro Ramón, quien precisó que los costes serán a cargo de una fundación.
Se trata en síntesis del fomento de la plantación de árboles, comentó, para precisar que el mismo uso podrá darse en una terraza privada, con una jardinera por ejemplo. Las urnas actuales son de madera, metálicas o de mármol, por lo que no sirven para el fin pretendido con esta iniciativa, que pasa por recordar al difunto con un árbol porque las raíces llegan hasta las cenizas.
La normativa actual permite enterrar una urna que no sea compostable en una propiedad privada, indicaron fuentes cercanas al gobierno municipal. Lo que está prohibido es verter las cenizas en el mar o sencillamente esparcirlas donde se quiera, a pesar de la costumbre cada vez más implantada en Valencia de lo primero, especialmente desde el dique norte de la Marina.
Ramón, a preguntas de los periodistas, rechazó que la nueva opción responda a la falta de plazas en columbarios de los camposantos municipales, bien nichos o panteones. «No me consta que haya lista de espera», respondió ante una modalidad que puede suponer un alivio sobre todo para los cementerios de barrio que disponen de esta modalidad de enterramiento.
Por el contrario, fuentes cercanas a la portavoz del grupo popular, María José Catalá, recordaron la respuesta dada por el gobierno municipal el pasado abril. «Ni en Benimàmet ni en el Cabanyal había nichos sencillos o dobles, según admitieron». Los columbarios se concentran prácticamente todos en el General al ser uno de los pocos lugares, por no decir el único, con solares disponibles para construir más filas de nichos.
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La única zona clara de ampliación son los solares situados junto a la V-30, que prolonga el Cementerio General en dirección al barrio de San Isidro. De momento se han construido varias secciones, en una zona que por cierto ha disparado las quejas de las familias de los difuntos por el mal estado de la calzada, bacheada con riesgo de accidente, así como la falta de iluminación.
«Responde a la necesidad por falta de espacio. En octubre pedimos al Gobierno de Ribó que pusiera en marcha un plan por la falta de nichos en varios cementerios, pero no se hizo nada», señalaron, para comentar que desde 2019 se han habilitado 734 unidades de columbarios en el principal camposanto. La concejalía ha recibido 400.000 euros tras una modificación de créditos por la elevada demanda, para sacar adelante más secciones de enterramiento.
Sobre esto último, el edil Ramón comentó que el pasado año se realizaron 2.562 inhumaciones en el cap i casal, mientras que las incineraciones se elevaron hasta los 5.356 casos, es decir, más del doble. Desde 2009 este segundo tipo predomina en las estadísticas, lo que ha aumentado los últimos años. La razón principalmente es ecónomica y en segundo término cultural.
La ordenanza fiscal que se aplica a los cementerios en Valencia dice por ejemplo que los derechos sobre un nicho sencillo durante 20 años se eleva a 607 euros, mientras que la incineración está en 262 euros, a lo que hay que sumar el coste de la urna. La más barata cuesta 15,88 euros.
La cremación supone ya el 67% de los enterramientos en Valencia. Hasta ahora, el Consistorio ofrece para las urnas de cenizas nichos más pequeños en los camposantos o, en su defecto, echarlas en una lámina de agua en el Cementerio General, en el llamado Río de la Vida, para que formen parte de un jardín, precisó el edil.
«Con esto, el Ayuntamiento ha decidido ofrecer a la ciudadanía una opción innovadora y más sostenible para depositar las cenizas de sus seres queridos», dijo el concejal Ramón al referirse a la que ya se conoce como urna-árbol. Será compostable y el apoyo de un árbol mediterráneo que cualquier persona podrá plantar en una parcela de su propiedad, incluso en macetas para balcones y terrazas.
En palabras del concejal, «se trata de una opción sostenible, puesto que el árbol hará su función de captar las emisiones de CO₂ y generará oxígeno, y de esta manera contribuirá para compensar las emisiones de las cremaciones y, en general, en la lucha contra el cambio climático. Además será una manera innovadora de recordar a nuestros difuntos, dándoles una segunda vida a través de un árbol».
Los cortes correrán a cargo de la fundación de la empresa encargada de la gestión de residuos de las cremaciones. En cuanto a los árboles, que aportará el Ayuntamiento, destacó que se podrá elegir entre diferentes variedades mediterráneas como, por ejemplo, pino, carrasca, roble, olivo o encina. Además también se podrá elegir esta nueva opción de enterramiento sin el árbol.
El Ayuntamiento ha puesto en marcha otros proyectos que relacionan el medio ambiente con los cementerios. Es el caso de un programa para colocar miles de placas solares sobre las cubiertas de nichos en el Cementerio General, lo que por cierto tiene el desafortunado nombre de Requiem in Power (RIP).
Ramón defendió por último que la nueva alternativa se enmarca en la «política medioambiental de la ciudad, puesto que, incluso, el papel de las instrucciones será biodegradable», y destacó que también será una opción «poética». A su parecer, «la mejor manera de recordar a los seres queridos, porque siembra vida después de la muerte», y tal como dijo el pintor Edvard Munch «de mi cuerpo descompuesto crecerán flores, y yo estaré en ellas; y esto es eternidad».
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