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Patricia Orduna
Valencia
Lunes, 12 de agosto 2024, 01:01
Trescientos días de sol al año. Valencia goza de uno de los climas más llamativos y agradables para vivir: buena temperatura, mucho sol y poca lluvia. A pesar de ello, muchos valencianos no se libran de un déficit de vitamina D que afecta a gran parte de la población a nivel mundial. Y es de extrañar precisamente por la cantidad de horas de sol que tiene la ciudad. Pero aunque vinculemos la vitamina D con el sol, este no es el único factor que influye, sino que también lo hacen otros como, por ejemplo, la alimentación.
Según un estudio reciente de la Revista Nature, más del 80% de la población mundial presenta niveles bajos de vitamina D. Esta cifra llega al 75% en España, donde sobre todo se da esta circunstancia en la población de las zonas mediterráneas como Valencia. Aquí da igual que sea verano, invierno, otoño o primavera, casi siempre va a haber sol. Y si está nublado, igualmente puede ocurrir en cualquier época del año. Por ello, la cantidad de sol no es la causante de este déficit, sino la actitud de la población en el día a día.
Guillermo Bargues es el vocal de Nutrición Comunitaria del Colegio Oficial de Dietistas - Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa). LAS PROVINCIAS ha contactado con él para saber a qué se debe esta falta de vitamina en la población valenciana. Bargues relaciona este déficit con la «escasa exposición al sol» de las personas. Porque aunque Valencia es una de las capitales de España con más horas de sol, «no es suficiente con eso», cuenta. Explica que ahora las personas «van a trabajar en coche, a comprar en coche...», realizan las tareas de una manera más cómoda pero con la que no afecta el sol. Esta forma de vida es más sedentaria que antiguamente, e influye directamente en el tiempo que las personas pasan (o no) al sol, pues tareas comunes como ir a por el pan o dar una vuelta por el barrio se han sustituido por otros planes que no implican salir de casa o, si lo hacen, no es a pie. En verano es cuando más tiempo nos exponemos al sol, pero la cantidad de sol que toman las personas no es directamente proporcional a la vitamina D que absorben los cuerpos. En invierno, entre el frío, las capas de ropa y lo temprano que anochece, recibir rayos de luz es una tarea complicada.
Cada vez son más los valencianos se hacen una analítica, bien sea por una revisión rutinaria o por cualquier otra cuestión, y sin esperárselo se encuentran con que sus niveles de vitamina D están bajos. Esto influye en la salud, y puede provocar problemas sanitarios inesperados. Por ejemplo, las personas con este déficit son más propensas a sufrir enfermedades inmunitarias y cardiovasculares (como la diabetes o la hipertensión) e incluso la osteoporosis, ya que esta vitamina ayuda al cuerpo a absorber el calcio, por lo que si no hay vitamina D los huesos y las articulaciones se pueden acabar volviendo más frágiles.
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Para prevenir la falta de esta vitamina, Bargues recomienda «como medida principal» tomar el sol. Entre diez o quince minutos diarios es lo más recomendado. Recuerda que esto debe hacerse «con la protección adecuada», pues sino puede llegar a ser perjudicial, y no exponerse durante largos periodos de tiempo, ya que la piel puede sufrir con un exceso de sol. Aunque la falta de vitamina D puede estar provocada, en parte, por la prevención a las quemaduras que tienen las personas. Al protegerse continuamente con crema solar, los rayos de sol no penetran con tanta fuerza en la piel, y esta no absorbe la vitamina D.
El nutricionista también da gran importancia a la alimentación: «Se recomienda consumir alimentos que contengan vitamina D, aunque estos son escasos». Entre ellos, Bargues destaca el pescado azul, que recomienda tomar «hasta tres veces por semana» y los huevos «hasta cuatro a la semana» aunque sobre cuál es la cantidad de huevos beneficiosa que se deben tomar a la semana existen opiniones enfrentadas. También recomienda otro tipo de pescados grasos, como puede ser el salmón, o algunos tipos de setas ricas en esta vitamina.
En caso de tener los niveles de vitamina D más bajos de lo normal, Bargues recomienda acudir al médico. Es muy probable que, tras las pruebas pertinentes, él sea quien recete los suplementos pertinentes para devolver al cuerpo los niveles normales de esta vitamina. Bargues incide mucho en consultar a un experto, pues asegura que esta suplementación «tiene que ser individualizada», ya que dependerá de las características físicas de cada persona y otros factores como la época del año en la que se esté recetando. Por ello, es muy probable que conozca a alguien a quien le falta vitamina D, pero el nutricionista incide en que «la solución no es tomarse la medicación del familiar que tiene el mismo problema».
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