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Lola Soriano
Valencia
Martes, 30 de junio 2020, 00:21
El mejor termómetro para medir las consecuencias de las obras y los cierres del tráfico de la Plaza del Ayuntamiento es ver cómo afecta a los comerciantes. La mayoría lo tiene claro: la venta ha caído en picado desde que los maceteros y bolardos han restringido el paso de vehículos. De hecho, son varios los casos de cierres de negocios que se han producido y también se empiezan a registrar traslados, es decir, gente que se va de la Plaza del Ayuntamiento para tratar de sobrevivir.
Ayer mismo, Ángel Mota, gerente de la administración de Lotería número 12 hacía efectivo el desmontaje del negocio para irse fuera de la Plaza. «Hemos estado tres generaciones en la Plaza del Ayuntamiento, desde el año 1943 y lo que han hecho aquí es terrible. No hay derecho».
Explica que «nos trasladamos porque tenemos que estar cerca de la zona de paso de los clientes. Ya no hay paradas de autobuses y la gente se queja de que no puede llegar al centro», añade. Afirma que «desde que han iniciado la peatonalización, he disminuido en el ranking de ventas que nos pasa Loterías». Por eso detalla que «nos tenemos que ir a Marqués de Sotelo a buscar a los clientes, cerca de las paradas del bus y además me querían triplicar el alquiler».
Jesús Plaza, de la joyería Plaza, confirma que «no llega turismo, los residentes de los pueblos no bajan porque tampoco pueden llegar al centro en coche y desde que han quitado las paradas la gente ya ni se acerca a la Plaza. Las obras dejan bastante que desear».
Isabel Pastor, directora de Óptica Universitaria, argumenta que «la gente se queja mucho porque ya no puede aparcar en la ORA. Han estrangulado el paso de coches por Colón y no pueden llegar a la Plaza para recoger las compras. Tampoco pueden llegar las personas que venían de pueblos». Sobre el diseño, explica que «los clientes nos dicen que es horroroso y que sale muy caro».
En Lotería Bello, el director gerente, Fernando Bustamante, confirma que «se ha notado el bajón. Los clientes que accedían con vehículo ya no pueden». Indica que «me parece fatal que empiecen las obras ahora, cuando estamos haciendo un esfuerzo por reactivar la economía. Se podía hacer más adelante».
José Miguel Lliso, del horno San Vicente, detalla que «entre las obras y la pandemia nos ha bajado el trabajo un 50%». Y añade que «no me gustan las obras de la Plaza del Ayuntamiento. Tenían que haber pensado en la movilidad. No es normal que se pongan todas las calles de alrededor de salida y no se pueda llegar a la calle las Barcas». Andrés Salvador, de Centro Música, lamenta que «si no se puede aparcar estamos perdidos, al igual que con los atascos de Colón». Antonio Sánchez, dueño de una relojería, tiene ganas de que peatonalicen San Agustín, «pero espero que no hagan lo mismo que en la Plaza del Ayuntamiento, que se actúe sólo una vez». También quiere que se peatonalice Miguel Ángel Simó, de Chic Bolsos, «pero reconozco que lo que han hecho en la Plaza del Ayuntamiento no me gusta».
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