El vandalismo acecha el Parque Central de Valencia

El Parque Central es la diana fácil para los actos vandálicos. Un recinto semiabierto, recién estrenado y que aún mantiene espacios sin ocupar. Las naves vacías y los muelles de carga además del mobiliario y jardinería nuevos, son el lienzo perfecto de pintadas, rincón para el botellón o fiestas nocturnas.

En tres de las naves rehabilitadas vuelven a quedar las marcas de un vandalismo acechante. Las ventanas amanecieron rotas en la de mayor tamaño. Es la que será destinada a un polideportivo, un proyecto que aún no tiene plazos previstos para el inicio de las obras y cuya adjudicación depende ya de la delegación de Deportes del Consistorio.

Las otras dos naves, de menor tamaño, además de pequeñas pintadas y grafitis en la pared, lucen los impactos de las piedras sobre los cristales. Una de ellas está destinada a acoger un centro cultural en la que se instalará la sala Escalante. La otra se plantea como un espacio social del que aún está pendiente determinar su uso.

Lo ocurrido hizo que ayer los técnicos y operarios de jardinería retiraran cualquier tentación. «Esto es cuestión de una noche, empiezan como un juego y mira cómo acaba», comentó una de las trabajadoras de mantenimiento al tiempo que su compañero retiraba las piedras blancas que hasta ahora servían de decoración para cubrir los alcorques de los más de mil árboles que tiene el parque. «Aún así es inevitable, encontrarán la manera», añade.

Fuentes municipales de la delegación explican que la puerta de entrada del acceso por calle Filipinas fue forzada y está rota. Ya trabajan en repararla. Una de las medidas para evitar que estos hechos se tornen constantes pasa por implementar la vigilancia. Aunque este parque no deja de ser un espacio público, que como tantos otros sufre debido al incivismo. Pero lo cierto es que el objetivo está en que las naves, ahora vacías, alberguen centros públicos, asociaciones o entidades sociales y culturales. De ello es consciente la administración municipal.

Por ello, la regidoria está en tramitación de la solicitud de los permisos a la Delegación de Gobierno para instalar una veintena de cámaras en el exterior del recinto. Pero explican que, aunque conscientes de la necesidad, el proceso se plantea largo, ya que debe de pasar por varias manos como la Policía o Patrimonio.

Los vecinos ya han reaccionado en varias ocasiones y explican como alguna noche, agentes de la Policía Local han acudido a la zona para disuadir estos actos desde que se inauguró el parque.

Desde el área responsable de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valencia aseguran que no tienen constancia de que el vandalismo haya escalado en los últimos meses ni tampoco han recibido ningún informe que acredite el incremento de este tipo de acciones que contribuyen a deteriorar su estado.

Este parque, que en su primera fase alcanza los 110.826 metros cuadrados de superficie, todo ocurre, como en cualquier otro parque de la ciudad.

El mantenimiento de la instalación es riguroso; se aprecia en la extensa vegetación que está en perfecto estado. Las flores y los árboles que ya ofrecen tramos de sombra, hacen del parque un espacio agradable y con diferentes espacios.

Con el parque de juegos para los más pequeños, el rocódromo o el tramo para canes, el Parque Central es ya uno más en Valencia. Como tal, también se convierte en espacio de convivencia.

Hasta el recinto se acercan aquellos más vulnerables. En los bancos junto al llamado Jardín de Flores, duerme un hombre sin hogar aprovechando la tranquilidad de la mañana. En la parte trasera, tras las paredes del parque, en el acceso por Giorgeta, dos chabolas se asientan, una de ellas bajo las vías donde una pareja carga botellas de agua.