El vandalismo se ceba con los jardines de Monforte

Los grafiteros no hacen caso del valor patrimonial del también llamado Huerto de Romero ni tampoco de las cámaras de vigilancia que cuelgan de algunas fachadas y puertas de acceso. El muro que limita con la clínica Quirón es el preferido para este acto de gamberrismo, que se extiende a la parte cercana a la plaza Legión Española y la puerta que recae casi a la esquina con la avenida Blasco Ibáñez.

Fuentes de la asociación lamentaron que las pintadas permanezcan «demasiado tiempo» sin ser limpiadas. «Deberían quitarse de inmediato para evitar el efecto llamada, en algunas incluso se puede ver la firma, lo que podría servir para la investigación policial», recordando que este tipo de atentados se puede perseguir incluso por vía penal.

Las pintadas se concentran en los muros, aunque el lugar protagonista sin duda es el mirador situado sobre una colina artificial, el remate del jardín al que se accede a través de un camino estrecho que la va rodeando. Todos los accesos se encuentran vallados y cerrados al público por trabajos de mantenimiento, aunque como pudo comprobar LAS PROVINCIAS, la profusión de los grafittis es sólo comparable a lo que ocurre en cualquier muro del barrio del Carmen, por ejemplo.

«No sabemos si las cámaras sirven para algo», indicaron desde la asociación, que citó el ejemplo de este mirador como lo que el Ayuntamiento «no debe consentir nunca». Algunos carteles anuncian que el cierre obedece al riesgo de caída de ramas por los temporales, aunque las mismas fuentes precisan que «lo mismo podría entenderse si se impide el paso del público para frenar nuevas pintadas, que es lo que parece».

La denuncia de la asociación en una red social fue contestada poco después por el vicealcalde Sergi Campillo, delegado de Ecología Urbana, quien indicó que darían parte enseguida al servicio de Patrimonio Histórico. No obstante, no está claro que sea este servicio el que deba encargarse finalmente de la tarea de limpieza.

Los jardines de Monforte son un Bien de Interés Cultural, aunque fuentes de esta delegación indicaron que en otras ocasiones la reparación de daños producidos en el palacete no ha sido de su competencia, lo que se extiende según este criterio a los muros. Sea como sea, el Ayuntamiento deberá resolverlo.

El vandalismo de las pintadas no es el único que padece Monforte. A una escultura del dios Neptuno le faltan varios dedos de una mano y el tridente característico. Este martes por la mañana apenas había público en el jardín salvo algunas personas descansando, un pintor trabajando en un paisaje y un fotógrafo buscando los mejores rincones del jardín, por lo que los jardineros podían trabajar con tranquilidad.

El Palacete de Monforte es el lugar donde el Consistorio realiza las bodas civiles, lo que suele generar una afluencia considerable de visitantes al jardín, ahora que han pasado casi todas las restricciones de la pandemia del Covid-19. Pero eso no explica el vandalismo, todo lo contrario, lo pone más en relieve dado que el estado de conservación de las zonas verdes es más que bueno.

La excepción son dos esculturas, dado que al Neptuno se une otra que representa a un niño sobre un cisne, que tiene una de las alas completamente agrietada. En 2019, el Ayuntamiento anunció la última intervención después de otra realizada tres años antes. Como se observa, una sucesión de anuncios y reparaciones.

El palacete ha entrado también en los presupuestos participativos, en el distrito de Pla del Real. La persona que lo propone indica que la fachada se encuentra en mal estado de conservación, lo mismos que algunos elementos de las ventanas y cornisas. En efecto, en algunas zonas las grietas superficiales son más que evidentes, al igual que ocurre con las manchas de humedades.