Anunciadas la primera semana del pasado octubre, la docena de cámaras de vigilancia en el Parque Central no han entrado todavía en servicio, mientras las naves rehabilitadas hace unos años y a la espera de los ansiados equipamientos públicos siguen acumulando grafitis, cristales rotos y ... restos de botellón.
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Las cámaras de videovigilancia suponen una inversión modesta que asciende a 76.885 euros, con 12 dispositivos repartidos en la primera fase del jardín que debe tapar la playa de vías que ahora conduce a la estación del Norte. Fuentes de la concejalía de Ecología Urbana comentaron que la instalación está finalizada y que ahora se trabaja en los diferentes servicios para conectarlas con la central de la Policía Local en la avenida del Cid, por lo que descartaron una fecha precisa para su entrada en servicio.
Mientras, la nave en peor estado de conservación es la mayor, que se dedicará a un polideportivo municipal. Seguramente se debe a que se trata de las más alejada de la calle Filipinas y la plaza Manuel Sanchis Guarner, accesos del jardín, y que con las llamadas naves gemelas forman un largo pasillo y una replaza, auténtica zona cero del vandalismo en el parque.
El Parque Central se abrió al público el 17 de diciembre de 2018, por lo que cuatro años después se puede concluir que el gobierno municipal no ha tenido mucha prisa para colocar el sistema de videovigilancia. Las 'víctimas' han sido las cristaleras y fachadas de las naves, dado que los vecinos han denunciado que por las noches es frecuente la entrada ilegal en la zona verde.
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Álex Serrano Lola Soriano
Las cámaras instaladas cuentan con la tecnología starlight con excelente rendimiento en condiciones de poca luz. También, el rango dinámico de 133 dB permite capturar con seguridad detalles en situaciones de sobreexposición. Otra característica que tendrán es la «Essential Video Analytics», para activar las alertas relevantes y recuperar los datos de manera rápida.
Respecto a la ubicación de las cámaras, siete de las 12 se colocarán en el perímetro del parque, mientras que las otras cinco estarán en zonas interiores, controlando fundamentalmente los muelles, las naves y la alquería.
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El Ayuntamiento ha dedicado dos de las naves, las menores, como sede de la Universidad Popular y la otra para actividades culturales, mientras que el concurso para convertir la mayor en polideportivo no se ha adjudicado todavía. Una tercera que recae a la calle Filipinas se dedicará a centro de servicios sociales y de los dos muelles de carga, uno será subsede del IVAM.
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La mayor necesita una inversión de seis millones de euros para acometer unas obras durante unos quince meses. La rehabilitación de las naves dejó el recinto vacío, literalmente sin suelo, pero con una cuidada reforma de la cubierta y las fachadas, que se ha arruinado en parte por los actos de vandalismo.
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En cuanto a la nave que se dedicará a servicios sociales, el concurso se encuentra en la recta final y junto al uso citado también habrá un centro de Juventud en le mismo recinto. La inversión en este caso se sitúa en 2,59 millones de euros. Como mucho, en la recta final de este mandato se verá el inicio de las obras. Por último, la subsede del IVAM se ha fijado para 75 años con dos salas de exposiciones y una inversión de dos millones de euros. De momento no se ha adjudicado el equipamiento del inmueble.
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