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JAVIER BOSCH / M. GUADALAJARA J. B. / M. G.
Domingo, 14 de agosto 2022
Lo de cerrado por vacaciones no existe para los vándalos. Con la ciudad atontada por el calor y funcionando a medio gas puede que sea el mejor momento para que proliferen las pintadas, los daños al mobiliario, la suciedad y sobre todo el incivismo. Ahora ... además hay nuevos lugares que sirven de recreativos; cuando se acaban de estrenar las reformas de las nuevas plazas el vandalismo ya amenaza con hacer estragos.
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Justo antes de verano se abrió al público la de Brujas y el Mercado, y hace apenas dos semanas que se terminaron las obras en la de la Reina. Pues poco más de diez días han bastado para pintarrajear y vandalizar en los baños públicos instalados junto a la Catedral de Valencia.
Ahora además hay nuevos lugares que sirven de recreativos; cuando se acaban de estrenar las reformas de las nuevas plazas el vandalismo ya amenaza con hacer estragos. «La gente empieza ahora a disfrutar de la plaza, hay mucho ambiente por las tardes, la limpian, tiran agua por la mañana y por la tarde, están los de la limpieza al tanto, pero es verdad que no tienen respeto por nada, que destrocen las cosas que acaban de poner es una pena», reflexiona Carmen, una vecina que vive desde hace años justo encima de la plaza de la Reina y que confiesa que con las obras pensaba que se iba a acabar el ruido, pero ahora teme que lo de las reuniones nocturnas se convierta en una costumbre en la zona. «Aquí ya hay gente que se queda hasta las tantas, dentro de poco están haciendo botellón», señala.
La gran firma de un grafitero apareció el pasado martes en los baños públicos habilitados en la plaza tras su reforma integral. El asombro de los que lo vieron fue razonable teniendo en cuenta que se acaba de abrir al público. Los vecinos ya han empezado a detectar ciertos actos vandálicos sobre la puesta a punto de las nuevas plazas.
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Las quejas de los residentes son habituales. «Es que no son sólo las pintadas, también los chavales que se ponen a hacer skate, están muchas tardes, en el Ayuntamiento también, dan saltos y hacen bastante ruido, y no les puedes decir nada porque aún sales perdiendo», dice Eduardo, que también reside en la zona. Sin embargo, los comerciantes, salvo casos puntuales, por ahora no han tenido que lamentar «gamberradas» junto a sus establecimientos. «No te digo que por las noches no pase, porque puede que sí, hay gente que sé que se pone a beber en los bancos y lo deja todo perdido, pero es verdad que cuando abrimos por la mañana ya no hay nada», asegura una de las responsables de la administración de Loterías que hay en la misma plaza.
Para el alcalde Joan Ribó, el vandaismo es difícil de controlar. Así lo declaró esta misma semana ante los medios. El primer edil aseguró que la Policía persigue estas acciones pero «es dificícil de evitar». Descartó que hubiera un aumento de control policial en la zona. Es más, el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, ante las críticas de los vecinos por el vandalismo de los grafitis y el skate contestó que eso debían preguntárselo «al concejal de Protección Ciudadana, Aarón Cano», dejando la resposnabilidad sobre sus socios de gobierno, el PSPV. Lo cierto es que la Policía identificó y sancionó a los responsables de la pintada esa misma madrugada porque les pillaron infraganti. Fuentes de este área del gobierno señalaron que con ello «se demuestra que sí hay vigilancia norcturna».
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Pero no es la única nueva plaza que sufre ya el desgaste de actos abusivos y vandálicos. La plaza de Brujas y el Mercado se abrió al público en junio y entre los vecinos y comerciantes ya hay hartazgo por el incivismo en la zona. «Estoy hasta las narices, todo está sucio, meado y no pasa ni una máquina eléctrica del Ayuntamiento por la zona de mi negocio. Escribí a Ribó y ni caso me hizo acerca de este problema», comenta el dueño de una tienda de ultramarinos en la zona de la plaza del Mercado. Por si fuera poco, los vecinos y comerciantes están preocupados ante los posibles robos que se puedan producir. «Tenemos que estar con 100 ojos para que no nos roben. El otro día un chico empezó a gritar que le habían robado la cartera en pleno día. Hay muchos carteristas analizando el ambiente para hurtar», comenta una tienda de la zona.
Esta sensación de inseguridad de los comerciantes también se ve reflejado en algunos ciudadanos. Isabel, vecina que vive cerca de la Plaza de Brujas, comenta la situación actual de la plaza: «Es increíble lo sucio que están todos los bancos, parece que estén negros. El parking de la plaza da vergüenza, entre los grafitis y la gente que se pone a beber por la noche no se puede pasar».
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Además, preocupa el tráfico de drogas que se producen durante muchas noches en algunas zonas de estas plazas. «Muchas noches en la plaza del Tossal hay trapicheo de drogas, llega la policía y les espanta pero a los pocos días la situación vuelve a repetirse», comenta un vecino.
Valencia es una ciudad segura, sí, pero el Ayuntamiento tiene que esforzarse un poco más para paliar este tipo de situaciones que tanto daño hacen a losciudadanos valencianos.
valenciA. Que el vandalismo es difícil de controlar nadie lo pone en duda. Pero en ciertas zonas de la ciudad hay cámaras de vigilancia y el control policial siempre se puede implementar. Además, más que el control, lo que los vecinos, comerciantes y entidades afean es la impunidad que conllevan estos actos. Desde el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural señalan precisamente que desde el Ayuntamiento siempre recurren a la misma argumentación.«Siempre te dicen lo mismo, que es la policía quien debe actuar», asegura Cesar Guardeño, presidente de la entidad. Según Guardeño hay colocadas cámaras de vigilancia pero los agentes no las utilizan en estos casos. «No están pendientes y sólo actúan si alguien denuncian», añade.
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Ahora que algunos monumentos y zonas de la ciudad podrían estar más horas a oscuras por las medidas adoptadas para el ahorro energético, Guardeño ve que la situación podría ser peor. «El problema se agrava con la iluminación de los monumentos, van a estar a oscuras muchos sitios a partir de ahora, con lo que ahora sí que no se va a poder grabar a quien cometa estas acciones porque no van a detectar a nadie, con el centro a oscuras se les da carta blanca».
Comprende que no pueda haber un agente en cada plaza pero pide registrar y castigar más estos actos. «Nosotros tenemos documentadas por lo menos más de 270 pintadas al año y la Policía una docena, si llega», asegura. Para él lo positivo que se ha hecho esta vez es «retirarlo inmediatamente, es cómo se debería de proceder siempre», dice en el caso del grafiti de los baños públicos de la plaza de la Reina.
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En la nueva Ordenanza de Convivencia Ciudadana del Ayuntamiento se contemplan multas de más de 700 euros por pintar, grabar, o hacer cualquier tipo de marca o inscripción sobre el mobiliario o sobre elementos del espacio público. La degradación visual de cualquier lugar público está prohibida y está recogida en esta norma municipal como una infracción. El problema recae en cómo identificar a quienes cometieron los actos.
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