![Búnker de El Saler. La fortificación de la Guerra Civil se quiere recuperar para convertirla en visitable.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201811/12/media/cortadas/vandalismo1-kzRD-U6015444277011tD-624x385@Las%20Provincias.jpg)
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«Acción de pintar en las paredes letreros preferentemente de contenido político o social». Eso es lo que dice la Real Academia de la Lengua de la Lengua de las pintadas, pero no es lo que se produce a diario en la inmensa mayoría de las calles de Valencia, donde impera el simple vandalismo, sin matices.
Es algo que irrita a los vecinos, molesta a los grafiteros porque la opinión pública confunde esta lacra con su trabajo, y cuesta dinero público para su limpieza. El cálculo para este año es que se limpiarán 140.000 metros cuadrados de paredes, lo que equivale a la superficie de 14 campos de fútbol. Todos los días laborables, de lunes a sábado, se dispone de un equipo de limpieza de pintadas para cada una de las tres zonas de la ciudad en que se han dividido las contratas municipales.
Pero es un problema crónico, que para expertos como la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio Histórico se resuelve con la colocación de cámaras de vigilancia en el entorno de monumentos. La entidad ha elaborado una completa base de datos con los daños causados, cuyas imágenes ilustran este reportaje y han sido facilitadas a LAS PROVINCIAS.
Mientras, los vecinos piden que se apliquen las sanciones previstas en las ordenanzas, sin más. Uno de los epicentros se encuentra en el barrio del Carmen, donde las pintadas se ceban en los edificios de viviendas, además de los muros de los solares. La última rehabilitación del Ayuntamiento en la zona, un refugio de la Guerra Civil, costó más de 160.000 euros y a las pocas semanas ya tenía algunas pintadas en el lateral.
«Eso nos pasa a nosotros todos los días», indicaron fuentes vecinales, quienes recordaron el trabajo de las contratas municipales para repintar las paredes. «Sirve de poco, enseguida vuelven a mancharlo todo». En algunos lugares se detecta incluso una obsesión por superponer las llamadas 'firmas' para tapar las demás.
El Ayuntamiento ya ha entregado el proyecto para situar la videovigilancia en el entorno de siete monumentos de la ciudad, que han padecido con frecuencia pintadas y otros actos de vandalismo. Se trata de la Lonja, las torres de Serranos, las torres de Quart, las Atarazanas, el Museo de la Ciudad, el Palacio de Cervellón y el Almudín.
Pero es como poner puertas al campo, sobre todo cuando el monumento dañado está fuera del casco urbano. El ejemplo más claro es el búnker El Saler, como se llama a los restos de la plataforma de una batería naval situada en esta playa para defender el puerto durante la guerra civil. Los ladrillos que forman la enorme estructura están llenos de pintadas.
«Hay cinco furgonetas con un grupo de presión de agua con un operario conductor, que, al mismo tiempo, es quien repinta o disuelve con agua o productos desengrasantes», señala fuentes de la concejalía de Medio Ambiente, responsable del servicio municipal, sobre los medios disponibles para toda la ciudad.
En Ciutat Vella durante marzo, abril y mayo hubo un refuerzo de dos equipos limpiando pintadas y grafitis. Cuando consiste en repintar superficies, se utiliza pintura del mismo color afectado. Si se trata de materiales cerámicos, vidrios y piedra (mármol) sólo se puede emplear agua a cierta presión y fregado con trapo y cepillo.
Hay zonas en las que se incide algo más. En la zona 1, en los barrios de Ciutat Vella, el Ensanche y i Extramuros; en la 2, en el casco antiguo de Benimaclet, en la Trinitat, Morvedre y los distritos de Algirós i Camins al Grau; en la 3, en el Cabanyal-Canyamelar, en un tramo de la calle Pavía, la Iglesia de los Ángeles, la plaza de la Vallivana, el colegio Santiago Grisolía y alrededores, inmediaciones del mercado del Cabanyal, la plaza de la Iglesia del Rosario o algún tramo de Doctor Lluch.
Fuentes de Círculo por la Defensa del Patrimonio señalan que desde la entidad «seguiremos insistiendo en que las administraciones públicas deberían agilizar todos los trámites para llevar a buen puerto la instalación de las cámaras, anunciadas en enero, antes de que finalice la legislatura».
«Han transcurrido ya diez meses y durante ese tiempo se han seguido produciendo los delitos contra nuestro patrimonio, sin que veamos los resultados de las decisiones para acabar con esta lacra, más allá de la obligatoria reparación y limpieza de los daños, a costa del dinero del contribuyente», añaden.
La entidad reclama que Valencia siga los pasos del Ayuntamiento de Salamanca, donde se aprobó un plan específico contra delitos patrimoniales y actos vandálicos. «Aquella ciudad cuenta con un documento de más de setenta páginas destinado a combatir estas actitudes delictivas e incívicas», afirman.
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