Vecinos del Botànic preparan una protesta para frenar la expulsión de 16 familias de sus casas de alquiler

La historia se repite. Ciutat Vella se ha convertido en un 'bocado' apetitoso donde comprar edificios enteros para expulsar a los vecinos que viven en casas de alquiler y crear apartamentos turísticos. En esta ocasión, los residentes en peligro de expulsión son las 16 familias moradoras de dos edificios situados en la calle Turia números 49 y 51.

Los vecinos recibieron una carta donde se les informó que no se les daba opción de renovar el alquiler que tenían durante décadas y ahora se iba a dar un nuevo uso a las dos fincas, concretamente para el alquiler vacacional de los turistas que visitan por unos días la capital del Turia.

Si bien ya son varias las familias que han hecho las maletas y se han ido al vencimiento de los contratos, los residentes afectados defienden sus derecho de seguir viviendo en el barrio y han convocado, junto con colectivos que han apoyado su causa, como Veïnat en Perill d'Extinció, EntreBarris y Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), una concentración de protesta que tendrá lugar el sábado a las 12 horas en la calle Turia 49-51. El objetivo es «denunciar su situación y exigir una respuesta de las administraciones públicas que nos permita continuar en las casas», explica Hernán del colectivo Veïnat en Perill d'Extinció. Anuncian que este acto es el inicio de una lucha colectiva que no acabara hasta que no consigan la renovación de sus contratos.

De hecho ya han hecho una pintada en el suelo que reza 'Un turista más, un vecino menos'. Mediante esta protesta el vecindario anuncia que no se irá de la finca y que empieza una lucha colectiva para frenar su expulsión, pero también para denunciar la presión inmobiliaria y turística que reciben las zonas de Ciutat Vella y Botánico, y evitar que vuelven a repetirse casos como este. Lo hacen con el apoyo de varias plataformas ciudadanas que llevan años luchando por el derecho a la vivienda y contra la especulación, la gentrificación y turistificación en Valencia.

Piden a los actuales propietarios la renovación de todos los contratos de alquiler por cinco años a un precio justo y asequible. Además, exigen a las administraciones públicas que tomen partido y paren la expulsión del vecindario y de los comercios y la conversión de los edificios en negocios turísticos. Señalan que existen medidas que las instituciones pueden llevar a cabo, como la compra del edificio acogiéndose al derecho de tanteo y retracto.

Con esta protesta, buscan también reivindicar el valor social de un vecindario y de unos comercios y equipamientos que hacen comunidad al barrio del Botánico desde hace cuatro décadas. Señalan que, si las administraciones no actúan, se expulsará, entre otros, a una pareja de personas mayores que viven de renta antigua y que llevan 40 años en el edificio. Y es que, precisamente hay un matrimonio, Miguel de 90 años y Paquita de 85 años, que tienen un alquiler de renta antigua y, según la hija del matrimonio les han llegado a ofrecer 30.000 euros por irse.

También a equipamientos esenciales que cumplen una función social fundamental y vertebran la vida comunitaria, como es el caso de una escoleta a la que acuden muchos niños del barrio o uno de los primeros restaurantes vegetarianos de Valencia. Los vecinos aseguran que se niegan a aceptar la derrota sin al menos pelear .